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ARACELI SEGARRA: UNA VIDA SIN LÍMITES

ARACELI SEGARRA: UNA VIDA SIN LÍMITES

“Creo que el motor que mueve todo lo que hago es el mismo: un coctel de pasión, curiosidad, deseo de probar, tenacidad, disciplina y constancia…”

En casi todas sus numerosas facetas, Araceli Segarra tiene como escenario y como reto el mundo real; en algunas otras ella crea sus propios mundos que luego comparte a través de sus diseños, libros, ilustraciones y sitios de Internet. Esta versatilidad le ha ganado la admiración de los públicos más diversos, desde quienes practican el montañismo hasta la infancia que se inicia en la lectura. Araceli Segarra, originaria de Lérida, España, ha destacado internacionalmente en unas actividades de alta exigencia, que requieren capacidades y preparaciones muy diferenciadas: especialista en fisioterapia infantil, espeleóloga, montañista, modelo, escritora de libros para niños, ilustradora de sus propios relatos y diseñadora de una original línea de ropa. ¿Cómo ha desarrollado tantas facetas?: “Creo que el motor que mueve todo lo que hago es el mismo: un coctel de pasión, curiosidad, deseo de probar, tenacidad, disciplina y constancia; todo ello conectado a la idea de que no hay límites preestablecidos para nuestros sueños y que la vida hay que exprimirla al máximo, para que cuando la dejemos podamos decir que nos lo hemos pasado lo mejor posible”, dice la propia Araceli.

Mujer de acción Durante su actividad como espeleóloga, alcanzó su máxima profundidad (menos 1,070 metros) en Tolox, Málaga. Tenía 18 años cuando se abocó al montañismo, primero en los Pirineos y más adelante en el Toubkal, Marruecos (4,165 metros) y el Monte Kenia (5,199 metros). A los 21 años llegó por primera vez al Himalaya, donde ascendió el Broad Peak de Pakistán, alcanzando los 7,100 metros. 

En 1992 consiguió su primer ochomil, ya en estilo alpino, en el Shishapangma “Trono de los dioses”, del Tíbet, al norte de Katmandú. En la especialidad de escalada técnica, Araceli triunfó en “The Nose”, de mil metros casi verticales en el Capitán, Parque Nacional de Yosemite, en los Estados Unidos. 

Luego ascendió el Pilar Bonatti en el lado Oeste de la Aiguille du Dru, en el Mont Blanc de los Alpes franceses, y más tarde la cumbre Walker en las Grandes Jorasses, también del macizo de Mont Blanc, entre otras. En 1996 se convirtió en la primera española en ascender al Everest, cumbre a la que regresó un año después para el rodaje de un documental en formato Imax, cuyo estreno se ha programado para este 2010.

Cuando se le pregunta cómo fue descubriendo sus vocaciones tan diversas, Araceli Segarra comenta: “Descubrí la ilustración con apenas tres años y la montaña con 15. Ahora es cuando he conseguido conjugar ambas facetas, porque una alimenta a la otra. 

Mi imaginación se nutre de mi espíritu”. Añade que no se rige por alguna regla respecto a la secuencia con que desarrolla sus vocaciones: “A veces es una consecuencia de las circunstancias, otras veces de la curiosidad, otras una evolución lógica. Lo que sí hago cuando me enfrento a una nueva faceta, haya llegado a ella por la razón que sea, es verla con optimismo y energía, visualizando que de ella sacaré sin ninguna duda un aprendizaje y una ganancia”.

Para esta mujer de acción, todas las especialidades que ha emprendido han sido igualmente importantes: “Las satisfacciones han sido las mismas en la espeleología, la escalada deportiva, la escalada clásica, la escalada en hielo, la escalada mixta, en los Alpes, en los Andes o en el Himalaya. La satisfacción viene dada por las decisiones que tomas respecto al objetivo, al estilo y por haberte mantenido fiel a ellas, independientemente de haber completado ese objetivo o no. Para mí la manera de hacer las cosas ha sido siempre lo principal, sin exageraciones, sin vender una película, sin ayuda de porteadores, o aprovechándote del trabajo de los demás, realizando un esfuerzo. 

Y por supuesto, compartiendo todo esto con un grupo de personas que coinciden contigo en esta visión de la montaña, y que al final son las que le dan sentido a todo esto”. 

Los admiradores de Tina

Los libros infantiles de Segarra, en sus argumentos, escenarios y diseños, expresan vitalidad y optimismo. Además de la acción, recrean la aventura de conocer a la gente, los paisajes y los otros seres del planeta. La autora sabe que expresan sus propias experiencias: “Casi todos los escritores afirman que sus obras se nutren de sus vivencias, yo no soy diferente. En los cuentos expresos conceptos que pueden ser educativos a la vez que interesantes, curiosidades que me llaman la atención y que creo que a un niño también. Ideas que he aprendido o vivido en las expediciones”. 

Cuando presenta uno de sus libros, los niños que acuden se ven muy entusiasmados. Araceli está consciente de que es un público muy sensible: “Son niños de entre dos y ocho años, que expresan sus emociones de forma muy sencilla y directa: o les gusta o no. Algunos hacen preguntas, pero en general cuando vienen a las firmas de libros suelen ser muy vergonzosos. Sus padres me comentan cuáles cosas les gustan más o si tienen alguna preferencia, pero por desgracia no puedo pasar con ellos más que unos pocos minutos y suele ser difícil que con tan poco tiempo se relajen con alguien a quien apenas conocen. 

En la Web de Tina: www.tina.cat tienen un apartado para que envíen sus comentarios y algunos ya lo han hecho”. Seguramente no faltarán los lectores de Tina que deseen emular algún día a la heroína; la propia Araceli ha motivado con su trayectoria a quienes se inician en el montañismo. A su vez, ella tuvo sus propios modelos: “Todos hemos conocido alguna persona más o menos de nuestra época que ha influido en nosotros para hacernos descubrir cuál es el estilo con el que nos sentimos identificados. Catherine Destivell y Walter Bonatti fueron para mí dos ejemplos de esfuerzo, habilidad y estilo en la montaña”.

No hay que retar a la naturaleza 

La montañista peninsular compagina su actividad deportiva, académica y artística con el modelaje: “Yo diría que soy más una modelo ocasional que no otra cosa. Cuando me contratan es porque el anunciante considera que me identifico conceptualmente con el producto a anunciar, es más bien una cuestión de credibilidad y no de belleza. Creo que mi manera de plantear las expediciones y la montaña ha sido bastante comprometida y, en consecuencia de ello, probablemente se desprende una credibilidad sobre el estilo alpino

Segarra declara: “No ha sido una evolución, ha sido un planteamiento desde el primer momento. En mi primera cumbre en el Himalaya, con 22 años, en el Shishapnagma, hicimos el segundo ascenso a una ruta sin repetición en la Cara Sur. Subimos sin oxígeno, sin campamentos preestablecidos, sin cuerdas ni porteadores. Nos gustó tanto que repetimos el mismo estilo en el corredor Horbein de la Cara Norte del Everest, en el otoño. Ir ligero, hacer tú, el esfuerzo es lo que importa. Que los portadores te hagan el trabajo o te pilles a las cuerdas fijas que han puesto los otros… ¿Qué sentido tiene si tú no has aportado nada para conseguir esa cumbre?

Sin embargo, Araceli Segarra mira siempre con respeto a las montañas: “Yo intento evitar los enfrentamientos contra la naturaleza, es demasiado poderosa y casi nunca se le gana, cuando esto ocurre decido abandonar. Con la naturaleza intento tener una relación de armonía, es más divertido y aleccionador. Cuando hago alpinismo solo me enfrento a mis miedos y mis dudas, y dependiendo del resultado subo o bajo un escalón en mi vida”.

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