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PATRICK REYES: LAS MIL FACETAS DE UN AVENTURERO.

PATRICK REYES: LAS MIL FACETAS DE UN AVENTURERO.

Durante toda mi vida, mi mundo ha girado alrededor de las dos ruedas, dice Patrick Reyes Morrison, piloto, fotógrafo deportivo, mercadólogo, empresario, aventurero, hombre de familia y ciudadano consciente que cree en la responsabilidad social. A los 37 años, Patrick ha competido en más de 150 carreras, nacionales e internacionales, mayormente en la especialidad de Enduro. Sus triunfos le han motivado a preparar su proyecto más ambicioso: el rallye Dakar. Sin embargo, deberá primero restablecerse por completo de una lesión en los codos.

Dakar es un proyecto que exige por lo menos dos años. En el momento en que me comprometa a emprenderlo, no habrá vuelta atrás, agrega Patrick, quien pese a no hallarse al cien por ciento físicamente tomará parte en el Aniversario número 50 de la Baja Mil. La define como la carrera más peligrosa en la que haya participado.  Es una carrera muy loca.

Los comienzos precoces

Patrick se inició en el motociclismo a una edad en que casi nadie se monta aún en una bicicleta, sino en un triciclo: Fue gracias a mi papá y a mi tío Hernán, principalmente, quienes me involucraron con las motocicletas. La primera vez que me subí a una moto fue a los cuatro años, y mi primera carrera fue a los seis. Creo que puedo decir que debo haber tomado parte en 100 o 150 carreras.

En aquellos días, el motociclismo era la clásica actividad de hombres que tanto necesitan y disfrutan los niños con sus padres. Sin embargo, en el caso de Patrick fue además el comienzo de lo que acabó por convertirse en su pasión. Al principio, las carreras eran ocasionales: Mi papá me llevaba al Ajusco los domingos a andar en moto. De cuando en cuando mi tío nos avisaba y una vez al año yo corría alguna carrera del motoclub Correcaminos∫ rememora el joven empresario.

A los 16 años, Reyes Morrison ganó su primer campeonato nacional. A los 17 ingresó a la clase de Expertos en la categoría Enduro: Gracias al apoyo de mi tío, de mi papá y de todos, conseguimos patrocinadores para lograr ir a mi primera carrera internacional de Enduro, en Italia. Era 1997. Ahí obtuve la medalla de plata. Luego, en el 98 corrí en Australia, donde gané la medalla de bronce; en el 2000, obtuve la plata en España. En Guatemala y Venezuela conseguí el subcampeonato latinoamericano de Enduro.

Como todos los deportistas, como todos los emprendedores y aventureros, Patrick tiene sus modelos, quienes le motivaron a emularlos: el finlandés Juha Salminen, ocho veces campeón mundial de Enduro (aun siendo bajito, calladito, era increíble cómo se movía en la motocicleta) y Monsieur Dakar, el galo Stéphane Peterhansel, máximo ganador del gran rally, seis veces en motocicleta por ocho en carro.

Otro héroe de Patrick es el trotamundos argentino, Emilio Scotto, quien obtuvo el récord Guinnes con su doble vuelta alrededor de la Tierra. Scotto rodó durante diez años, dos meses y diecinueve días por 279 países, 735 mil kilómetros en total. Patrick Reyes Morrison ha tenido la fortuna de encontrarse un par de veces con Scotto para sostener largas conversaciones.

De México, de la comunidad, Juanjo Gómez. Siempre ha estado muy involucrado en promover todo. Lo que más me impresiona de Juanjo es su total desprendimiento, aunque le cueste, da todo para que las cosas sucedan. Definitivamente, al señor Juanjo yo lo considero un gran amigo, dice Patrick.

Reyes Morrison siente gratitud personal hacia Juanjo Gómez; siente que a él le debe que la comunidad BMW le haya adoptado como a uno de los suyos.

Recuerda cuando, junto a Juanjo Gómez, trabajó en el Coleman Adventure Experience, un esfuerzo para que los motociclistas de BMW transitaran de la carretera asfaltada a la tierra.

La ocasión inesperada

Patrick Reyes Morrison habla un poco más despacio cuando refiere cómo se interrumpió aquella etapa triunfal:

“En el 2002 sucedió una de las situaciones de que más me arrepiento en la vida, una de las tonterías más grandes: haciendo un “caballito” en traje de baño, me fui para atrás y me deshice la rodilla derecha. Permanecí por lo menos dos años sin poderme siquiera subir a la moto. Y además yo ignoraba en qué condiciones iba a poder regresar, porque sí me destrocé totalmente la rodilla. No fue sino hasta 2004 cuando regresé a correr”.

Durante aquellos dos años, Patrick asistía a las competencias como espectador, para ver a sus amigos. Pero el piloto, añorante de entrar en acción, se aburría en aquella pasividad forzosa. Paradójicamente, vivió entonces una revelación.

Un amigo me dijo: “Oye, ¿por qué no tomas fotos?” Dije “¡va!”. Y de ahí, con otros dos cuates, nos hicimos de una buena cámara y les empecé a tomar fotos a todos en las carreras de motos.

Así, lo que había comenzado como una catástrofe, inesperadamente le ofreció un nuevo campo de acción, que tal vez hubiera descubierto a la larga o tal vez no.

De ahí surgió lo que primero se llamó Sport Bikes. Siempre fue mucho Enduro, carreras de Motocross. Gracias a que estaba tomando fotos ahí, como estaba asistiendo a todo el campeonato, a la revista Motociclismo le interesó que le pasara fotos y que escribiera el artículo respectivo. Así nació mi relación con ellos. Una vez que estuve bien, me volví piloto de pruebas. Algo de lo increíble que es trabajar para un medio son los viajecitos a que te invitan, relata Patrick, quien recuerda especialmente su viaje a Miami, Florida, para probar una moto acuática.

En su nueva faceta, Patrick viajó a Italia y a España. Sin embargo, opina que su mejor experiencia fue el viaje a Tailandia en 2016, como representante de la prensa especializada mexicana, para el GS Trophy ™:Fueron ocho días manejando una motocicleta GS 1200 nuevecita, con mi nombre; llegaba y me daban mi traje rally. Era convivir todo el tiempo con mi equipo y con gente de todo el mundo. Era terminar relativamente temprano y toda la tarde pasársela platicando con ellos, comentar las pruebas, de cómo nos había ido. Realmente sí es una competencia que te marca de por vida.

Para Reyes Morrison, el GS Trophy significó sobre todo establecer nuevos contactos y vínculos con motociclistas de diferentes naciones.

En su faceta como fotoperiodista, Patrick se independizó y puso en marcha Top Shot. Reconoce que se trata de una tarea agotadora: hay que levantarse muy temprano, ubicar los mejores sitios desde los cuales se tomarán las fotos, capturar una gran cantidad de imágenes que luego habrá que seleccionar e imprimir a toda prisa. Pese a todo, Patrick disfruta verdaderamente su trabajo, que además le da la ocasión de encontrarse con muchos amigos.

La cámara de Patrick recorre las competencias de enduro, motocross, supermoto, carretera, doble propósito. Las fotografías de sociales no son lo suyo, sino las de acción.

Así ha podido conjuntar su vieja pasión por el motociclismo y su relativamente recién descubierta vocación por la imagen. Le satisface llegar a las competencias no como un desconocido, sino como amigo de muchos de quienes participan.

Patrick reitera: Mi vida gira en torno a la motocicleta. A mis mejores amigos los he conocido a través de las motos. Es increíble estar en una fecha en Guadalajara, en Monterrey, compitiendo con tu mejor cuate y luego poder irte a competir en una fecha en el extranjero; evidentemente no es solamente la competencia, es el viaje, el previo, la carrera, tal vez quedarte unos días, conocer México y conocer otros países. Realmente las motocicletas me han dado grandes satisfacciones.

Respecto al lado difícil de este estilo de vida, Patrick menciona algunas lesiones: en una clavícula, otra en un pie, y la más grave, en las cervicales. Ese percance pudo haberlo marginado del motociclismo.

Caí de cabeza, mientras entrenaba. Era un principio de año, había mucho polvo, relata Patrick. Esos percances le llevaron a cuestionarse los riesgos de su deporte. Los peligros se volvieron más evidentes a partir de los 18 años, cuando su actividad como piloto fue más constante.

Pese a todo, sus padres siempre le apoyaron. En broma, mi papá me decía si no deseaba probar un deporte, un poquito menos peligroso, como en ping-pong o algo así. Conforme transcurrían las semanas tras el accidente y empezaba a aliviarse el dolor, la pasión por las dos ruedas me ganó.

Sea una motocicleta de enduro, de doble propósito, de rally, de viaje, Patrick Reyes Morrison siempre se sentirá en su elemento sobre ella. Entre el quehacer de organizador y el de piloto, Patrick se siente más pleno sobre la motocicleta.

Como organizador es muy padre; cuando me pongo a ver fotos de las primeras pruebas que organizaba, da pena hasta la forma en que nos vestíamos para dar el banderazo. El aprendizaje ha sido intenso. El estrés que esto provoca resulta de veras inimaginable. Es algo que no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Para Patrick, la carga de responsabilidades que implica la tarea de organizador se resume en garantizar la seguridad y la integridad física de sus competidores. Con esta premisa, para la edición de este año del Coast to coast, Patrick y sus socios rentarán un helicóptero. No es sencillo, pero ayudará a reforzar la seguridad de los participantes, comenta con cierta tensión, y concluye: De los dos lados se disfruta y de los dos lados se sufre.

La agotadora producción de eventos deportivos

En 2010, con su socio Hernán Samaniego y su esposa Romina, Patrick se adentró en una nueva actividad: Comenzamos lo que antes se llamaba Rally Playero Enterteinment, que empezó como una carrera veraniega de motocross/enduro en las dunas de Chachalacas, Veracruz.

Después siguió lo que en ese entonces era el Rally Oaxaca-Puerto Escondido, que, según el propio Patrick, de rally no tenía nada, porque todo era un híbrido extraño. Prácticamente, lo hicimos entre los tres, con un presupuesto tal que hasta ahorita, a la fecha, no entiendo cómo salió todo bien. Casi había que dar el banderazo, subirse a la moto y ganarles a los participantes para darles el banderazo de llegada, relata con buen humor.

 Los tres emprendedores ya no se detuvieron: el siguiente año organizaron otros dos certámenes y comprendieron que necesitaban enfocarse en una modalidad específica, así que optaron por el cross-country, debido a que Patrick y Hernán siempre habían sentido atracción por el rally Dakar.

Sin exageraciones, se trataba de un esfuerzo casi inédito en nuestro país, los antecedentes eran más bien híbridos. Los socios se propusieron acometer el proyecto con todo rigor. Se prepararon profesionalmente: Viajamos a El Salvador, para tomar un seminario de la Federación Internacional de Motociclismo, a fin de obtener nuestras licencias de director de carrera. Ahí aprendimos el reglamento de Cross country, que es la modalidad del rally Dakar y lo tratamos de adaptar aquí.

¿Cómo consiguieron consolidar su proyecto?

Patrick responde: Lo que nos ha llevado hasta donde hemos llegado ha sido la terquedad, porque durante los primeros años solo veíamos el dinero entrar y salir. En el 2012 llevamos a cabo el primer campeonato de Rally X-Country en México, integrado con cuatro fechas; al siguiente año decidimos reducirlo a tres fechas, porque es una modalidad cara, nueva, y sin el suficiente número de participantes. Monster Energy es uno de nuestros patrocinadores. Ha estado con nosotros desde el 2010. Gracias a ellos hemos sobrevivido.

En el 2014, los entusiastas crearon su primer Rally Coast to Coast ya constituido como la empresa Off Road Logistics. Sabían que necesitaban apegarse a la realidad de los números y los recursos para que el proyecto funcionara como negocio. Todo salió muy bien.

Decidimos implantar una sola fecha al año, pero bien hecha, con la idea de aspirar a ser un campeonato latinoamericano o una fecha del Mundial de Rallys en algún momento; tener pilotos de renombre corriendo en México. Ese año tuvimos como 80 participantes, cuenta Patrick.

El empresario reconoce que siguen todavía en el proceso de aprendizaje, porque lo que ofrecen no existía en México: Pero los participantes también nos han dado mucho aliento para seguir trabajando. Hay quienes tienen sus motos de rally listas; permanecen todo el año guardadas en sus casas, y las sacan solamente para el Coast to coast.

Nos da gusto también decir que todos los pilotos mexicanos que han competido en el Dakar han corrido con nosotros, y también que les ha servido como entrenamiento a otros pilotos con miras al rally más importante del mundo.

El orgullo por lo alcanzado hasta ahora es legítimo y motivador.

Patrick rechaza los alegatos respecto a que no se debe lucrar con la organización de competencias: Yo, sin duda, creo que para que algo se haga bien, para que haya interés y para que suba el nivel, ¡claro que tiene que ser un negocio! Porque la pasión llega hasta un cierto punto a partir del cual uno comienza a distraerse y a empeñar sus esfuerzos en otro objetivo.

Una aspiración de la empresa es que su competencia llegue a convertirse en fecha para algún mundial como un Dakar Challenge. El Rally Dakar otorga su aval y fechas a los Dakar Challenge oficiales que integran un serial.

La adaptación del concepto tipo Dakar a la realidad de México, dice Patrick, ha significado empezar desde cero: Desde enseñar a los pilotos –porque hay quienes sienten miedo de las velocidades que se alcanzan– hasta el uso del equipo de navegación. Ayudamos a los pilotos a conseguir su equipo y actuamos como distribuidores de navegadores especializados en rally. Para crecer hemos tenido que impartir cursos de navegación gratuitos, con el objetivo de enseñarle a la gente que se trata de una modalidad muy amigable, que realmente es como jugar ajedrez arriba de la moto y que no necesariamente el piloto más rápido gana.

En estas carreras hay motociclistas de 50 años que compiten contra otros de veinte. Y resulta que gana el de 50, porque el de veinte corre como bólido, mientras que el de 50 va navegando como se debe.

Patrick considera que el apoyo de las autoridades es indispensable para esta modalidad: Especialmente porque estás atravesando cientos de kilómetros, no se hace en un recinto cerrado, pero la verdad, nos han tratado muy bien. Definitivamente, esperamos que nos puedan apoyar como en otros países al rally Dakar. Al grado que los países son quienes auspician la competencia y piden que el Dakar se vaya con ellos. Lo mismo estamos tratando de lograr aquí en México, pero a nivel estatal. Hace dos años lo conseguimos en el estado de Puebla, que nos patrocinó, y cuando pasamos por Tehuacán, el gobernador, Rafael Moreno Valle, dio el banderazo de salida.

También logramos el respaldo de los medios de comunicación, particularmente de Televisa, que transmitió el Coast to coast a nivel nacional, durante el medio tiempo de los partidos sabatinos y dominicales de futbol. Igualmente, nos mencionaron en sus noticieros. Acabamos de cerrar un contrato de tres años con Fox Sport.

México, campo natural del motociclismo

Los buenos augurios no impiden reconocer que aún hay mucha gente que desconoce la modalidad en México, por lo que hay mucho trabajo por delante.

En su experiencia como deportista, reportero especializado y empresario, Patrick ha constatado que México tiene mucho que ofrecerle al mundo del motociclismo:

Realmente en México tenemos todo. Todo, todo. Todo tipo de terrenos. Nosotros hemos querido mostrar el lado turístico de este deporte, porque al participar o seguir a los competidores, atraviesas México, desde el nivel del mar hasta la alta montaña. Este año ascendimos a los 4,200 metros, recorrimos dunas, bosques, selvas, planicies. Ese es el trabajo que hemos estado tratando de hacer con los estados, no solo mostrar los principales centros turísticos, sino también mostrar otros lados igual de atractivos en el interior de la República.

El infatigable aventurero opina que en México se han dado grandes pasos en deportes motor durante los años más recientes: Ya tenemos Fórmula 1, WRC, Mundial de Motocross; ahí la llevamos, pero en comparación con otros países, como Argentina, estamos todavía en pañales. Nosotros seguimos tratando de poner nuestra aportación para difundir el motociclismo en México y resultaría increíble el poder ser un semillero de talentos; imagina lo increíble que sería sacar un piloto mexicano que pueda quedar en los primeros lugares del Dakar, o meter a México en la escena de los pilotos fuertes del Dakar como los tienen ahorita Argentina y Chile, que cuentan con superpilotos como Kevin Benavides o Franco Caimi, dos pilotos latinoamericanos que comenzaron en el enduro; competí con ellos y ahora están punteando en el Dakar. Así que, ¿por qué no? México tiene todo para poder estar ahí, en ese nivel.

Sobre la experiencia de Patrick en las carreras de navegación, como la Baja Mil, advierte que el piloto va concentrado en el libro de ruta. Durante las prácticas debe enfocarse en conocer perfectamente el camino, con cada bache y cada grieta. Pero una vez superadas las pruebas, el corredor tiene oportunidad de solazarse ante los paisajes y la cultura de Baja California. Puede pararse junto a un puesto del camino a comerse unos camarones, tomar fotografías y platicar con los lugareños.

En cuanto a su preparación, Patrick nos platica que toda la vida se ha ejercitado con ahínco: Hay pilotos que no basan tanto su desempeño en la condición física. Yo sí. Desde chico jugué futbol, practiqué karate, trato de nadar, ya que sirve mucho; practico ciclismo de montaña –que ahora vive un auge– en el Desierto de los Leones. Así es como trato de complementar mi preparación.

Patrick piensa que en el enduro el esfuerzo es fundamentalmente físico, mientras que, en el rally, es sobre todo mental: Una prueba especial puede durar cinco horas, trescientos kilómetros, y hay que ir clavado en el libro de ruta. Me ha pasado que termino la etapa especial con dolor de cabeza, a causa de esa concentración.

El piloto nos confía que desde la niñez padece en famoso Síndrome de Atención Dispersa, por lo que su esfuerzo es aún mayor. Pero siempre consigue concentrarse en el libro de ruta, en el cronómetro y en el camino.

El sueño del Rally Dakar

Una de mis metas es tomar parte en el Rally Dakar. La he tenido que mantener en pausa por una lesión que tengo en los codos, de la cual aún no estoy al 100%. Por ahora puedo seguir andando en moto, aunque tal vez no debería, pero en cuanto esté totalmente recuperado lo voy a retomar, porque participar el Dakar es un proyecto que requiere mínimo dos años.

Para alcanzar su mayor reto deportivo, Patrick se ha planteado un itinerario realista: Obviamente, como amateur y en mi primera participación, el aspirar a los primeros lugares es estúpido si lo piensas. A mí, lo que me gustaría es acabarlo, esa es la primera meta, y si se puede, cumplir un muy buen papel, tratar de conseguir un muy buen resultado para México.

Como sucede con tantas otras pruebas deportivas, advierte Patrick, el Rally Dakar ha evolucionado mucho: Antes estar en los primeros cuarenta lugares como amateur era posible, inclusive, figurar entre los 30 mejores en tu primera participación. Ahora los primeros 30 pilotos, casi todos, reciben apoyo de alguna marca, la gran mayoría son pilotos profesionales. Pero me gustaría tratar de terminar de media tabla para abajo. En el rally compiten más o menos 180 pilotos, entonces si logro estar alrededor del lugar 50, estaría satisfecho.

En el durísimo rally Dakar, quien llega a la meta, obtiene ya un logro magnífico, comenta Patrick: Algo muy importante es en qué condiciones vas; puedes ir en un plan ideal.

Competir en condiciones ideales significa disponer de logística: en cuanto el piloto se baja de la motocicleta, se la entrega a su mecánico y se despreocupa de ella; en la mañana, el mecánico le vuelve a dar la motocicleta, ya lista, al piloto. Condiciones ideales quiere decir que al final de la jornada, el piloto aborda una casa rodante para bañarse y dormir.

Pero todo ello requiere una inversión aproximada de $ 100,000 dólares, informa Patrick.

Frente a esta tendencia suntuosa, ha ido cobrando fuerza su antagónica: el Dakar original. Esta categoría se designa como maleta-moto. En ella está prohibida la asistencia exterior, todo se reduce al piloto y su motocicleta. La organización le proporciona al participante dos baúles, que el propio piloto debe recoger. En ellos viene la herramienta y una tienda de campaña. El competidor mismo debe armar su tienda, si le da tiempo para ello. Si es afortunado podrá dormir unas tres horas.

Cada vez que te bajas de la moto, hay que revisarla, arreglarla, y tratar de mantener ese ritmo durante catorce días. Es algo sobrehumano. Evidentemente, es mucho más económico, aproximadamente la mitad de la otra categoría, pero también de esa manera tus probabilidades de ganar se reducen considerablemente.

Patrick, siempre realista y metódico, planea emprender su mayor reto, probablemente en 2020: El primer año lo dedicaría única y exclusivamente a reunir el presupuesto, porque el pago inicial siempre se tiene que depositar durante los primeros meses del año, y al momento en que haces ese primer pago, es porque ya sabes que vas a conseguir todo lo que se necesita para el viaje y la competencia.

El piloto mexicano está resuelto a materializar su mayor proyecto: Ese es mi objetivo, para lograrlo habrá que tocar todas las puertas al alcance de la mano, y poner en marcha, como hacen muchos pilotos amateurs, toda una campaña con la comunidad motociclista local; realizar actividades como vender camisetas, organizar salidas, un poco de todo.

El Rally Dakar no cerraría la carrera deportiva de Patrick Reyes Morrison, sino que sería como la cúspide de esa trayectoria.

Respecto a la viabilidad de conseguir los patrocinios necesarios en México, Patrick se muestra optimista: Yo creo que sí es posible. Uno piensa que 100,000 dólares es mucho dinero, pero bien manejado, con una buena campaña de publicidad, haciendo alguna negociación con televisoras, revistas, medios en general, creo que sí se logrará reunir esa cantidad. Conozco a muchos pilotos latinoamericanos que lo han conseguido de esa manera y creo que es cuestión de seguir el caminito que ellos han trazado. Pero, sin duda, se trata de un esfuerzo y de un sacrificio muy grandes.

La actitud positiva de Patrick tiene bases lógicas: si en una competencia del ámbito nacional le es posible a un equipo reunir cien mil dólares, para el Dakar, con la cobertura intensiva de los medios internacionales, la oportunidad se vuelve mucho más interesante para los potenciales patrocinadores.

Pero a todo esto, ¿cuál moto usaría Patrick en Dakar?

La verdad es que KTM y Yamaha son las únicas marcas que producen motocicletas diseñadas desde cero para el Dakar: la KTM 450 Rally. Trae los tanques grandes, está diseñada para altas velocidades. Tal como se compra no hay que hacerle nada más. Vale 36 mil dólares. Pero la mayoría de los pilotos amateurs se compran una moto de enduro por unos diez mil dólares, la modifican por otros diez mil.

Peo por ahora, recuperarse completamente de la lesión en los codos, con sus dolores que aún torturan al piloto, es una de las prioridades de Patrick, así podrá garantizar la inversión de los patrocinadores.

Un moderno trotamundos

Amén del motociclismo, a Patrick le apasionan los viajes: Para mí viajar es lo máximo, me encanta. También es algo que me ha gustado mucho de practicar motociclismo, porque he logrado experimentar ambas vivencias. Precisamente después del GS Trophy, en Tailandia, me alcanzó allá Romina y nos dedicamos a pasear por aquel país.

Amiguero y buen conversador, Patrick gusta mucho de convivir con sus camaradas. Sus descansos también se relacionan con su pasión, ya que dedica una parte de su tiempo libre doméstico a la mecánica de su moto; naturalmente, juega también con su perro. En general, me gustan las actividades en donde esté al aire libre.

En lo familiar, Patrick es muy afortunado: su esposa, Romina, siempre ha compartido con él este mundo de las motos, incluso a la hora de las labores rudas: Siempre ha estado conmigo. Ha ido a todos lados. Hay competencias en las que ella forma parte del equipo. Este año, en la Baja Mil en La Paz, Romina y la esposa de otro amigo, van a ser las encargadas de la comunicación, para estar avisando cómo vamos todos en el equipo.

Romina y Patrick se conocieron cuando ella estudiaba Diseño; hoy es una experta en motociclismo que se ha ganado el reconocimiento de los pilotos más experimentados. Durante el seminario de Cross country en El Salvador, Romina obtuvo la puntuación más alta de todo el grupo. Actualmente, es una de las mejores profesionales en la organización de competencias y la contratan como juez para las pruebas de alto nivel en nuestro país.

También me ha apoyado muchísimo en las fotos, en los eventos, si yo estoy tomando las fotos, ella me ayuda a organizarlas y en la venta de estas. En Off Road Logistics, ella es socia. En el Coast to coast lleva un papel importantísimo con toda la administración, todos los rooming lists de todos los hoteles; coordina los montajes y desmontajes en metas. De verdad que estoy muy agradecido con ella por involucrarse en este mundo, dice Patrick.

¿Cuáles motos tiene actualmente Patrick? La respuesta puede sorprender un poco: No tengo BMW por ahora, tengo una KTM 450 que es la que utilizo para enduro y rally; también una KTM 640 Adventure. Tengo la fortuna de estar en el medio, y cuando necesito cierto tipo de motocicleta, me la prestan. Para el Sol a sol, BMW me ha prestado moto, por ejemplo. Yo donde nací como motociclista es en el Enduro, y es lo que más me gusta andar los fines de semana, pero la Adventure me gusta mucho para el doble propósito. Con Romina y los amigos, a veces nos vamos a Tepotzotlán en doble propósito. Tengo miras en comprarme una moto más propia para carretera, porque mi Adventure es más bien para tierra, y precisamente quisiera una BMW. En Tailandia utilicé una BMW 1200 con chip de Enduro pro, para el GS Trophy; me fascinó.

Me da muchísimo gusto que en últimos años he visto muchísimo crecimiento en el uso de motocicletas, comenta Patrick. Recuerda que, en sus tiempos de estudiante, él era el extraño, porque montaba en motocicleta. Ahora, muchos de sus antiguos condiscípulos tienen su BMW y Patrick ha viajado con ellos en el Sol a sol.

Pese a todo, considera que definitivamente falta mucha cultura del motociclismo en México, para que se respete al motociclista: Porque es una gran opción de transporte. Creo que cada vez más, el gobierno poco a poco va entendiendo que los motociclistas no somos enemigos, que realmente es una opción muy viable y ecológica, con muchos puntos a favor.

El piloto desea que cada día más entusiastas se unan a este movimiento: Yo invitaría a toda la gente a involucrarse en el mundo del motociclismo. Se pueden conocer lugares increíbles, que sin una moto difícilmente se descubrirían, simplemente hacer el mismo viaje en motocicleta y en coche, es totalmente distinto. También creo que la moto ofrece mucho más contacto con la gente, y, por ejemplo, en mi caso, a mis mejores amigos de la vida los he conocido a través del motociclismo.

Espero que esto siga creciendo en nuestro país.

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