De acuerdo a datos publicados en el Programa Integral de Seguridad Vial de la Ciudad de México (instrumento normativo que establece las líneas estratégicas para la seguridad vial), anualmente el parque de motocicletas en la ciudad ha crecido un 22% desde 1997, pasando de 11 mil unidades a 486 mil motocicletas en 2017. Este crecimiento obedece a las diversas ventajas que presenta la motocicleta como medio de transporte personal y comercial en el contexto urbano.
Sin embargo, este crecimiento no significa que el uso en viajes diarios dentro de la ciudad se haya incrementado. De acuerdo al diagnóstico presentado en el documento, en 2017 diariamente se realizaban apenas 170 mil viajes en moto dentro de la ciudad. Esto se debe principalmente a que las condiciones de movilidad urbana no ofrecen un entorno de seguridad y confianza para los usuarios de motocicletas.
En días pasados, el congreso local exhortó a los titulares de las secretarías de Movilidad (Semovi) y de Seguridad Ciudadana (SSC), a reforzar programas y políticas públicas que garanticen el derecho a la movilidad y la seguridad de los usuarios de este medio de transporte, así como a establecer la obligatoriedad para los motociclistas y acompañantes el uso cascos y chalecos, incluyendo la incorporación del el número de sus placas y el color que identifique su actividad (laboral o privada), de acuerdo a la propuesta presentada ante el congreso de la ciudad en 2019 como respuesta al aumento del uso de este tipo de vehículos en actos delictivos.