Viajar por el mundo es algo que muchos podrían desear, pero no todos se atreven a intentarlo.
Esto no es un sueño para Agustín Ostos que decidió dejar todo para viajar al rededor del mundo solo con su BMW F 650 GS.
Agustín Ostos originario de Llerena (Badajos), España, ha recorrido Latino-america documentando todas las experiencias y vivencias con las que se va encontrando en su travesía, pero: ¿Qué fue lo que lo impulso a recorrer el mundo?
Agustín menciona que la adicción a viajar por el mundo nació desde que tenía 13 años de edad, en los campamentos extranjeros para aprender idiomas. “Con 13 años es difícil ser consciente de las posibles consecuencias de los viajes en la forma de ser, así que supongo que algo comenzó a gestarse sin darme yo demasiada cuenta.”
A los 18 años viajo a Madrid para estudiar derecho, pero a sus 21 años tuvo una epifanía que se convirtió en una obsesión. “Tras 7 años incubando ese sueño, rompí aguas, parí y partí”.
BM: ¿Cómo nace en Agustín el impulso por recorrer el mundo?
AO: Nace como nacen las mejores cosas: soñando. Tras 7 años incubando ese sueño, rompí aguas, parí y partí.
BM: ¿Cómo cambió tu vida a partir de que optaste por este estilo de vida?
AO: En 360 grados de cabo a rabo, de popa a proa y de arriba abajo. Esta vida agitó y centrifugó todas mis percepciones y creencias, trajo luz a mis días y valentía para recorrer las sombras.
BM: Muchas personas han recorrido el planeta de diferentes maneras, ¿por qué escogiste una moto BMW como tu compañera en esta aventura?
AO: No solo por la tradición que tiene la marca de apoyar a aventureros, sino también por la fiabilidad, robustez y desempeño de las motos BMW para una aventura de este tipo. Después de casi 70.000 kilómetros en los 13 países continentales de Sudamérica, ratifico lo que pienso.
BM: ¿De qué manera te afectó el tener que utilizar una motocicleta diferente a la planeada originalmente? ¿Qué cambiarías en tu moto actual si tuvieras la oportunidad?
AO: Afectó completamente, pues empecé con una moto vieja de 20 años, muy mal cuidada y fatal mantenida. El primer año de viaje fue un martirio desde el punto de vista mecánico y, dado que el corazón del viaje no reside en contar averías, tuve que cambiar cuando se le reventó el motor. La seguridad es lo primero. Y no, no cambiaría la moto.
BM: ¿Hay una historia con las motos previa al viaje? ¿Cómo inició tu gusto por este medio de transporte?
AO: Además de que mi padre fue motero, un día mi tío Ángel me llevó en su moto al Gran Premio de Moto GP de Jerez y me ayudó a convencer a mi padre de que si sacaba 7 sobresalientes me comprase un scooter a los 15 años. Saqué 8 y el veneno entró en mis venas para nunca más salir.
BM: ¿Quién o qué te inspira en esta vida de aventurero?
AO: Me inspiran los héroes y heroínas que viven en coherencia con sus ideales, relativizando lo material y dedicados a la vitalicia búsqueda de la esencia, de su esencia, de la esencia del todo.
BM: ¿Qué papel juega la familia en un emprendimiento como el tuyo?
AO: A pesar de que la reacción inicial fue de rechazo, miedo y temor, a día de hoy me apoyan incondicionalmente en la labor que realizo, lo cual es fundamental para estabilidad emocional cuando esta se tambalea por alguna razón.
BM: ¿Qué responsabilidad significa ser una figura dentro de un mundo como el del motociclismo de aventura BMW a tan temprana edad?
AO: Significa la responsabilidad de tener cuidado con lo que se dice y se expresa sin dejar de ser uno mismo. Encontrar el equilibrio entre la autenticidad y pureza de tu persona sin dejar de ser consciente de que cientos de miles de personas ven tus vídeos o leen tus posts. Pero, sobre todo, significa un orgullo.
BM: ¿Cómo nace en concreto el proyecto SOY TRIBU?
AO: El día que entendí que mi vuelta al mundo en moto tenía que mostrar algo más allá del mero viaje en moto, algo que trascendiera lo que la ya se ha hecho, algo que compartiera realidades ignoradas, algo que erizase los pelos del corazón y abriera ventanas a la belleza que bulle en nuestro planeta.
BM: ¿Para ti que es una TRIBU?
AO: Como indica la RAE en su tercera acepción: “grupo de individuos con alguna característica común”. Por ello, no solo entrevisto tribus indígenas, sino también personajes que encuentro poseedores de un contundente mensaje que siento ha de ser esparcido a través del cosmos digital.
BM: Utilizas diversos formatos (texto, video, fotografía) para contar tu historia y mostrar al mundo los lugares y personas durante tu recorrido ¿Cómo compaginas el trabajo y esfuerzo que implica documentar y comunicar todo, con el hecho de disfrutar el viaje y las experiencias?
AO: Ese es el gran reto, el mayor desafío. Jamás imaginé que sería un trabajo tan grande documentar, editar y subir los contenidos con regularidad. Por eso, a veces “me obligo” a no grabar, a reservarme cosas y experiencias para mí, a tratar de equilibrar la balanza entre trabajo y viaje para no mancillar la pureza del sueño que me llevó a emprender este periplo.
BM: De lo que llevas recorrido por Latinoamérica ¿Cuál ha sido la “TRIBU” que ha dejado una huella más profunda en ti?
AO: Es imposible elegir tan solo una porque los temas han sido tan dispares y profundos que escoger una sería sesgar la experiencia global. Por ello, prefiero contestar que la huella más profunda me la deja el hecho de saber que está habiendo un despertar, que hay seres muy diferentes entre sí que cultivan mensajes y sentires muy alineados que trascienden todo credo político o religioso. Son mensajes tan llenos de verdad, tan humanos, que al final creo que todos ellos son una Tribu en sí mismo: la Tribu Humana.
BM: ¿Cuál ha sido hasta hoy el mejor momento de tu aventura y por qué?
AO: El momento en el que desarrollé consciencia; consciencia de ser, vivir y respirar, consciencia de valorar el mundo en el que vivo, de agradecer los alimentos y la naturaleza, de aceptarme y aceptar a los demás, de deshacerme de preceptos morales y juicios de valor, de apreciar la hermosura de las cosas pequeña que tanto me enseñan. Conciencia, en definitiva, de tratar de entender el significado de mi existencia.
BM: ¿Cuál ha sido el mayor desafío o momento más difícil que has enfrentado?
AO: Sin duda alguna, la ruta de Guyana a Brasil con Manuel, un amigo de mi pueblo, durante la temporada de lluvias. Tres días selva a través recorriendo un montón de kilómetros de tierra y barro que nos puso a prueba llevándonos al extremo. Sin duda alguna, la mayor aventura de nuestras vidas https://youtu.be/kllgsRzlBAI
BM: ¿Cómo defines para ti el éxito y el fracaso?
AO: El mayor éxito en la vida es ser uno mismo.
El fracaso es la mejor fuente de sabiduría que conozco.
BM: Está claro dónde y cuándo comenzó tu viaje, pero ¿cuál esperas que sea su duración de acuerdo a lo que has podido experimentar hasta ahora?
AO: Quienes sigue el proyecto saben que fui muy optimista al pensar que en 4 años daría la vuelta al mundo. Bueno, sin editar vídeo y llevas las redes sociales podría haberlo hecho. Sin embargo, si se simultanean ambas cosas, el tiempo consumido es exponencial. No tengo prisa; durará lo que tenga que durar. No tengo que demostrarle nada a nadie, voy al ritmo que siento que debo ir y, como dice la canción de Chambao, “poquito a poco entendiendo que no vale la pena andar por andar, que es mejor caminar pa’ ir creciendo…”.
BM: ¿Cuál esperas que sea el resultado para ti al final de la vuelta al mundo?
AO: Un mundo mejor, una Humanidad más consciente.
BM: ¿Tienes en mente una nueva aventura para cuando esta llegue a su fin?
AO: Rimaré palabras que el camino me ha ido dejando para continuar la misión de una manera diferente. Pero no se preocupen, la aventura me acompañará hasta el resto de mis días, hasta el último aliento.