América2 2015: Etapa 13, diez días de adrenalina y grandes caminos

América2 2015: Etapa 13, diez días de adrenalina y grandes caminos

Diez días de adrenalina y grandes caminos

La emoción y adrenalina de hacer un viaje a un lugar nuevo, es algo que me apasiona. Por lo general tenemos algo de información sobre el lugar, a través de las noticias, leemos y preguntamos entre amigos que han viajado ahí, buscamos llegar lo más informados posible.

Sin embargo, siempre queda la parte de la emoción que provoca lo desconocido, especialmente si se pretende viajar a países donde las noticias hablan de cierto grado de inseguridad.

La oportunidad de hacer este viaje, inicia contactando a través de un gran amigo y Editor de la Revista Boxer México, con el director de la Expedición América Tour BMW 2015; Gustavo Cuervo.

La expedición tiene el objetivo de cruzar América en Motos 1200 Adventure 2015 totalmente equipadas. Ofrezco mi experiencia y conocimiento de las montañas, desiertos y selvas mexicanas a la expedición. Tengo respuesta de inmediato de su parte diciendo que están completos y que si hay algún espacio me avisaría.

Cinco meses después, recibo noticias de Gustavo diciendo que hubo la baja del equipo alemán que realizaría la etapa 13 entre Guatemala y Costa Rica, ofreciéndome un lugar. De pronto, pasé de lo aburrido que estaba al recibir una descarga de adrenalina suficiente para reanimarme y comenzar la organización de este viaje, que sería en menos de dos semanas.

El 25 de agosto nos reunimos en la ciudad de Guatemala los integrantes de la etapa 13 de esta Expedición: los españoles Francisco Marín, Juan Manuel y Juan José; Giancarlo Cardillo, en la camioneta Topo Pañeda y yo, para iniciar nuestra travesía de diez días por Centroamérica.

Nos esperaban días de tensión por delante en Guatemala. Además de la emoción de manejar una BMW Adventure 1200, el país atravesaba por un momento de alta tensión política. Los ciudadanos habían realizado movilizaciones para meter a su presidente a la cárcel por malos manejos de dinero. Se habla de manifestaciones y bloqueos de carreteras.

Por buena ventura, al día siguiente muy temprano logramos sin mayores complicaciones salir de la ciudad de Guatemala y llegar por carreteras bastante buenas a la bellísima Antigua y por la tarde con la lluvia tratando de alcanzarnos, disfrutamos de tramos con buenas curvas por hermosos bosques, donde corrían ríos caudalosos y otro tramo con vistas espectaculares recorriendo una cordillera alta en un atardecer brillante.

Después comenzamos a bajar por un tramo nuevamente, con muchas curvas pero ahora muchas más cerradas y con una vegetación selvática. Y de la nada, después de una curva, aparece con su magnificencia, entre dos volcanes, el lago que dicen muchos, ser el más hermoso del mundo, el de Atitlán.

Para descansar, tomamos un baño de aguas termales en el hotel. En el pequeño pueblo de Panacachel, lugar con ambiente internacional, lleno de restaurantes, bares, música y divertidos moto taxis rojos por todos lados.

Para el día siguiente, aún preocupados por los paros de carreteras en Guatemala, rodamos alrededor del lago de Atitlán por un tramo de terracería con partes técnicas donde la pendiente se hacía sentir y la combinación de rocas sueltas y llantas sin tacos para carretera obligaba a poner especial atención a la destreza y manejo de cada uno de los pilotos y para el conductor de la camioneta. Topo nos dijo que por ningún motivo nos podíamos dar el lujo de detenernos en la subida, ya que nos quedábamos por el peso de la camioneta y de las motos en arena suelta. En algunas partes unos a otros nos apoyamos para superar los obstáculos.

Habiendo bordeado el hermoso lago de Atitlán, comenzamos a bajar por una carretera secundaria hacia la costa del Pacífico, sin duda la parte más espectacular y hermosa de nuestro recorrido por Guatemala: tramos de curvas con buen pavimento a través de una exuberante selva primaria, donde los rayos del sol apenas entraba entre el follaje, de pronto aparecían ruinas de viejas haciendas tabacaleras.

Más abajo, conforme nos acercábamos a la costa, donde la selva se convertía en plantíos cafetaleros, la gente de campo nos saludaba con alegría al pasar los poblados.

Por la tarde de este segundo día de ruta, logramos pasar sin contratiempo los puntos donde se decía habría bloqueos, nos fue muy bien. Ya más tranquilos durante la comida, pensamos la estrategia para enfrentar las fronteras de salida de Guatemala y entrada al El Salvador.

En este tramo del continente, las fronteras implican mucho papeleo y son tardadas, sobre todo por cuestiones de aduanas, permisos de importación, seguros para circular en cada país.

En el caso de la salida de Guatemala, nos detuvo mucho el que las motos entraran al país a nombre de una persona y saliera con ella una persona distinta, puesto que el equipo que culminó la etapa 12 fue el que ingresó las motos a Guatemala.

Después de muchas horas de trámite en temperaturas que pasaban los 40 grados, disfrutamos de rica comida y buen ambiente en una playa de surfistas llamada Tunco, en la costa del Pacifico de El Salvador.

Por seguridad, la zona de hoteles y restaurantes estaba custodiada con guardias armados hasta los dientes, pues el gobierno ha impuesto seguridad para los turistas. La recomendación fue no estar en la calle de noche ni en zonas con poca gente o sin vigilancia.

Tuvimos días de mucho calor y humedad, Centroamérica en el verano, sobre una BMW 1200 totalmente equipada, y uno de igual forma, es un sauna.

Los cruces de fronteras de El Salvador a Honduras y a Nicaragua estuvieron bien, fuera de las 3 o 4 horas por frontera que hay que dedicarles, llevar varias copias de facturas de motos, pasaportes, seguros de motos, etc. Lo demás son trámites burocráticos, la mayoría tardados, pero no complicados. Al salir de Honduras y entrar a Nicaragua, la cosa cambió notoriamente.

Tal vez por venir de dos países con tensión de inseguridad y sobre todo en El Salvador, bastante sucio y con una notable pobreza extrema. Al entrar a Nicaragua, nos encontramos en un campo limpio, ordenado y con gente alegre, sonriendo y saludando por el camino, sin duda muestra de un país mejor organizado, sin tanta tensión y pobreza.  Sin embargo, son pésimos conductores, te “avientan lámina” sin importarles la seguridad vial.

Siguiendo la autopista Panamericana, en Nicaragua tuvimos la oportunidad de visitar el volcán Masaya, al que se puede llegar hasta el cráter.  Es un volcán de poca altura, pero con un atractivo interesante, ya que desde su punto más alto se puede apreciar la ciudad de Granada, al igual que hermosos lagos que integran su extensa cordillera volcánica.

En Nicaragua visitamos las hermosas ciudades de León y Granada, donde increíbles construcciones Coloniales embellecen y les dan un sabor único a estas ciudades. La comida muy rica, la gente amable y sonriente, hoteles, boutique increíbles, a precios razonables. En Granada, como recomendación, está el Hotel Museo del Cacao y para hombres aventureros, no dejen de visitar la barbería local en donde se transportarán al pasado a través de una buena afeitada.

Dejando atrás Granada, bordeamos el lago Cocibolca o Gran Lago de Nicaragua. Es el más grande de Centroamérica, contiene más de 400 isletas, tres islas y dos volcanes. Una de sus islas volcánicas es la más grande del mundo en un lago de agua dulce. Vimos plantas eólicas, en esta región hay tres parques eólicos que generan la quinta parte de la energía eléctrica del país.

En un día combinado con sol y lluvia, llegamos a nuestras últimas fronteras por cruzar: la salida de Nicaragua, que fue relativamente rápida, y la entrada a Costa Rica. Contrario a otras entradas, nos la hicieron muy cansada, estuvimos en el trámite cerca de cuatro horas, nos pidieron bajar la quinta moto de la camioneta, ya que tenía que entrar al país rodando y otra serie de cosas un tanto absurdas para nosotros, pero para ellos requisitos indispensables para ingresar a su país. Séptimo día en la moto después de rodar por Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, días de mucho calor, humedad.  Soy una persona que transpira mucho, lo cual me hizo estar totalmente mojado bajo el traje de moto durante todo el día, todos los días.

Al entrar a Costa Rica, el clima no cambió mucho, siguió la humedad y el calor; sin embargo, sí vimos un cambio radical en los paisajes y lugares que visitamos. Sin duda este país hace honor a lo que dicen de él, la Suiza de Centroamérica, parajes verdes llenos de vida y colorido, ríos, cascadas, gente alegre saludando por el camino, se sentía la energía de un país de paz y naturaleza.

Este lugar es particularmente conocido por no tener ejército, porque más de la mitad de su territorio es Parque Nacional y cuenta con las playas, selvas, flora, fauna y paisajes de naturaleza más hermosos de Centroamérica. Sí, es más costoso que los países anteriores, en la comida y hospedaje, ya que vive en gran medida del turismo.

Recorrimos la costa del Pacífico, visitando playas hermosas, descansando. En días, solo rodando algunas horas por la mañana para a partir del mediodía tomar el sol y comer rico. Para el día diez, nuestro último día en la moto, planeamos una buena rodada en donde recorreríamos más de 350 kilómetros.

Pasando por la zona del volcán Arenal y rodeando el lago que está en sus faldas. En esta zona disfrutamos una de las partes más bonitas del viaje, rodando por una carretera increíble con muchas curvas que rodean el lago, una vegetación desbordada y vistas del lago y del volcán.

Siendo un centro turístico importante en el país, se pueden encontrar hospedajes tipo cabañas y hoteles pequeños con vistas increíbles al lago y al volcán. En el lago se practica el windsurf, entre otras actividades.

Al dejar la zona del Arenal, ya por la tarde, después de comer para terminar el viaje y entrar a San José, atravesamos la cordillera de la Paz, subiendo por carreteras muy angostas y con muchas curvas. En algún punto de la carretera se podían ver, de ambos lados, cañadas con caídas muy pronunciadas. La concentración debía de estar al máximo, ya que además de las características de la carretera, apareció mucha neblina y lluvia, lo cual hacía que a ratos no pudieras circular a más de 20 kilómetros por hora y de la nada aparecían caídas con mucha altura. Sin duda un tramo con mucha adrenalina.

Todos los integrantes eran buenos pilotos, aun así, había que ir con mucha precaución y despacio. Al llegar a la cima de la cordillera de la Paz, comenzamos a bajar a San José y ya por anochecer, cansados, sudados, enlodados y muy contentos, nos dieron la bienvenida; nuestro amigo Marco Arvide y su equipo de expertos en el taller y concesionaria de BMW Touratech, en donde entregamos las motos para que les hicieran cambio de llantas y revisión general para la próxima etapa de la Expedición América Tour BMW 2015.

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