Del sábado 12 al jueves 17 de octubre de 2024, la familia BMW Motorrad Club Perú celebró su séptimo aniversario con una travesía inolvidable que reunió a delegados, miembros y acompañantes, quienes compartieron días llenos de aventura, paisajes impresionantes y experiencias únicas que fortalecieron la camaradería y el espíritu de exploración del club.
Este recorrido, de cinco días y seis noches, los llevó a explorar algunas de las regiones más impresionantes del Perú. Con un total de 1,722 kilómetros recorridos y visitas a localidades como Pampas, Ayacucho, Andahuaylas, Vilcashuamán y Paracas, el viaje fue un ejemplo perfecto de la filosofía de BMW: una mezcla de aventura, camaradería y estilo de vida que dejó una huella imborrable en todos los participantes.
El Perú, un país ubicado en la costa occidental de Sudamérica, es reconocido mundialmente por su riqueza geográfica, política, cultural e histórica. Con una extensión que abarca tres regiones naturales —la costa árida, la imponente cordillera de los Andes y la vasta Amazonía—, ofrece paisajes tan diversos como majestuosos. Su capital, Lima, es el epicentro político y económico, y una vibrante metrópoli que combina modernidad con tradición.
En el ámbito histórico, Perú es la cuna del Imperio Inca, la civilización prehispánica más avanzada de Sudamérica, cuyo legado incluye maravillas como Machu Picchu y sistemas agrícolas aún estudiados. Durante el virreinato, se convirtió en un eje del comercio entre Europa y Asia, dejando huellas profundas en su arquitectura y cultura mestiza.
Culturalmente, Perú es un mosaico de tradiciones con raíces indígenas, africanas, asiáticas y europeas, reflejadas en su gastronomía, una de las más diversas del mundo. Platos como el ceviche y la pachamanca son símbolos de su creatividad. Además, festividades como el Inti Raymi o la Semana Santa en Ayacucho celebran su herencia milenaria.
Cada localidad visitada durante la travesía del BMW Motorrad Club Perú ofreció algo especial: Ayacucho, la “Ciudad de las Iglesias”; Vilcashuamán, con vestigios incas como el Templo del Sol; Andahuaylas, rodeada de montañas y lagunas; y Paracas, con su Reserva Nacional y biodiversidad única. Este recorrido permitió disfrutar la belleza del Perú y conectar con su historia, su gente y su cultura, haciendo de esta aventura algo más que un viaje: una experiencia que refleja el espíritu de BMW Motorrad.
La aventura comienza
El sábado 12 de octubre, a las 5:00 a.m., los participantes se reunieron al sur de Lima, cerca de la playa Venecia y Barlovento. Lima, la capital de Perú, es el punto de partida de esta extraordinaria travesía. Situada en la costa central del país, Lima es un mosaico de historia y modernidad. Fundada en 1535 por Francisco Pizarro, la ciudad fue el corazón político y económico del Virreinato del Perú, un legado visible en su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde sus imponentes iglesias coloniales y balcones tradicionales hasta su vibrante escena contemporánea, Lima refleja la diversidad cultural peruana.
Además, la ciudad es famosa por su gastronomía, reconocida mundialmente como un emblema de innovación culinaria. Desde ahí, partieron hacia Lunahuaná, a 167 kilómetros, donde disfrutaron de un desayuno típico en el restaurante “Mi Rosedal”. Este primer encuentro no solo llenó sus energías, sino también reforzó los lazos entre ellos al compartir anécdotas sobre su pasión por BMW y el motociclismo.
El día continuó hacia Yauyos, a 94.1 kilómetros, donde se maravillaron con cascadas, caminos de piedra y altas montañas. Aunque la escala fue breve, dejó una profunda impresión por la serenidad y la belleza de sus paisajes.
El destino final del día fue Pampas Tayacajas, Acraquia, tras recorrer casi 400 kilómetros. La jornada culminó en la histórica Casa Hacienda San Juan, un lugar que conserva el encanto de la época colonial, con paredes de adobe, techos altos y un ambiente acogedor. Ahí, la música, el baile y las risas llenaron la noche, creando recuerdos imborrables y fortaleciendo los lazos entre los participantes.
Este primer día fue solo el inicio de una experiencia que prometía combinar la adrenalina de las motocicletas con la riqueza cultural y natural del Perú.
Una conexión con la historia y la cultura de Ayacucho
El domingo comenzó con un desayuno en la Casa Hacienda San Juan, un lugar impregnado de historia y tradición que ofreció a los viajeros un cálido inicio para un día lleno de experiencias significativas. Desde allí, emprendieron una ruta de 217 kilómetros hacia el Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho, un lugar emblemático que marcó un antes y un después en la historia del Perú. El Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho, ubicado en la comunidad de Quinua, es el escenario donde se libró la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.
Este enfrentamiento definió la independencia del Perú y consolidó la emancipación de América del Sur del dominio español. Hoy, el santuario alberga el imponente Obelisco de Quinua, un monumento que rinde homenaje a los héroes que participaron en la batalla. Su entorno, compuesto por extensas pampas rodeadas de montañas andinas, evoca una sensación de solemnidad y patriotismo que invita a reflexionar sobre el legado de esta gesta histórica. Como parte de este recorrido, los miembros del BMW Motorrad Club Perú también aprovecharon para contribuir a la comunidad de Quinua, realizando donaciones de juguetes, alimentos, herramientas y productos de primera necesidad.
Esta acción solidaria fue un gesto significativo que demostró el compromiso del club no solo con la aventura, sino también con generar un impacto positivo en las localidades que visitan. La alegría de los niños y el agradecimiento de las familias de la comunidad hicieron de este momento uno de los más emotivos del viaje, reforzando los valores de empatía y humanidad que forman parte de la esencia del club. Tras recorrer los terrenos de este lugar lleno de simbolismo, los participantes disfrutaron de un almuerzo en el restaurante Limacos, conocido por su diseño que fusiona elegancia y naturaleza. Rodeado de paisajes andinos, este espacio ofrece una experiencia culinaria única que combina sabores locales con un ambiente tranquilo y acogedor.
Por la noche, el grupo se alojó en el Hotel Santa Rosa en Ayacucho, una ciudad reconocida como la “Ciudad de las Iglesias”.
Por sus más de 30 templos coloniales que representan la riqueza artística y religiosa de la región. Ayacucho también es famosa por su tradición artesanal, especialmente en la elaboración de retablos y cerámica. Este aspecto cultural resalta la creatividad de su gente, que ha mantenido vivas estas técnicas por generaciones. El día culminó con una velada exclusiva en el restaurante El Nino, donde los viajeros disfrutaron de un espectáculo cultural que reflejó la vibrante tradición artística de Ayacucho. Entre danzas típicas y música andina, se reforzó la conexión entre la riqueza cultural de la región y el espíritu aventurero de los miembros del BMW Motorrad Club Perú.
Este segundo día del recorrido no solo permitió explorar la geografía y la historia del Perú, sino también estrechar lazos con las comunidades locales a través de un gesto solidario, fortaleciendo aún más el vínculo entre los participantes y el país que recorren.
Los delegados del BMW Motorrad Club Perú dejaron un momento sus motocicletas para adentrarse en la majestuosidad de los cañones de Qorihuillca, uno de los destinos de aventura más emblemáticos de Ayacucho. A pocos kilómetros de la ciudad, estas formaciones rocosas, esculpidas durante siglos por el agua y el viento, ofrecen un escenario natural único. Guiados por los expertos de Zamy Tours, los viajeros realizaron actividades de senderismo y escalada, explorando pasajes estrechos y formaciones impresionantes. La zona alberga una variada flora y fauna —cactus, aves andinas y pequeños mamíferos— que enriquecieron la experiencia.
Como acto simbólico, los participantes apilaron piedras siguiendo una tradición andina que expresa unión y gratitud a la Pachamama. Por la tarde visitaron el Mirador El Águila.
Naturaleza y hospitalidad en Andahuaylas
El martes 15 llevó a los delegados a las imponentes Cumbres de Puncupata, un área situada en la región de Apurímac, cerca de Andahuaylas. Este lugar, caracterizado por su altitud y paisajes andinos inigualables, ofrece vistas panorámicas que combinan montañas cubiertas de vegetación, quebradas y cielos diáfanos. Las Cumbres de Puncupata son un refugio de tranquilidad, donde los viajeros pudieron desconectarse del bullicio urbano y conectarse con la pureza de la naturaleza. Además, este espacio es hogar de una fauna diversa que incluye llamas, alpacas y aves de altura, representando la riqueza biológica de la región.
La siguiente parada fue la Laguna Pacucha, una de las lagunas más grandes y bellas de Apurímac. Situada a más de 3,100 metros sobre el nivel del mar, esta laguna es conocida por sus aguas cristalinas rodeadas de colinas verdes y pequeñas comunidades agrícolas. Un lugar imperdible en la ruta de Perú.
Además de su belleza natural, la laguna tiene un significado histórico y cultural, ya que se encuentra cerca del complejo arqueológico de Sondor, un importante centro ceremonial de la cultura Chanka. Los viajeros disfrutaron de un almuerzo en la cevichería Puerto Nuevo, donde los mariscos frescos conquistaron sus paladares y ofrecieron un contraste delicioso al entorno serrano.
El día culminó en el Hotel La Mansión en Andahuaylas, una ciudad apodada “La Perla de los Andes” por su combinación de paisajes majestuosos y hospitalidad local. Fundada en la época colonial, Andahuaylas ha sido históricamente un importante centro agrícola y cultural de la región. Hoy en día, es conocida por su vibrante mercado local, su artesanía y sus festividades, como el Carnaval de Andahuaylas, que celebra la herencia cultural con danzas, música y colores. El Hotel La Mansión, con su arquitectura acogedora y vistas hacia las montañas, ofreció un descanso perfecto para los participantes tras un día lleno de emociones. Este hotel es reconocido por su servicio cálido y su ambiente relajante, donde los viajeros pudieron reflexionar sobre las maravillas exploradas y prepararse para las siguientes etapas de su travesía.
Este cuarto día resaltó la majestuosidad natural y cultural de Andahuaylas, reafirmando que el viaje del BMW Motorrad Club Perú no es solo un recorrido físico, sino también un homenaje a la riqueza geográfica, histórica y cultural.
Más adelante, exploraron el Bosque de Piedras, otra joya natural de Ayacucho. Este lugar destaca por su increíble colección de formaciones rocosas de gran tamaño, que se asemejan a esculturas creadas por la naturaleza. Cada roca cuenta una historia, con formas que han sido asociadas a animales, figuras humanas y símbolos culturales. El Bosque de Piedras es también un sitio de importancia espiritual para las comunidades locales, que lo consideran un espacio sagrado vinculado a su cosmovisión andina.
El día culminó en Puquio, la capital de la provincia de Lucanas, Ayacucho. Esta ciudad, situada a 3,222 metros sobre el nivel del mar, es conocida por su herencia cultural y su rol como centro agrícola y ganadero. Puquio destaca por sus canales de agua conocidos como amunas, sistemas de origen preincaico que aún se utilizan para la irrigación. Además, es una ciudad donde se celebran importantes festividades, como el Carnaval Puquiano y la fiesta de la Virgen de la Asunción, que reflejan las tradiciones andinas y la mezcla cultural que define la región.
En Puquio, los participantes disfrutaron de una parada gastronómica en el Restaurante Sierra Café Puquio, un lugar acogedor conocido por su oferta de platos regionales, bebidas exclusivas y un espacio innovador que combina entretenimiento con juegos tipo casino. Este ambiente relajado permitió a los viajeros compartir anécdotas y disfrutar de la hospitalidad local. El descanso llegó en el Hotel Los Andes, una opción ideal para los aventureros que buscan comodidad en un entorno tranquilo. Este hotel, ubicado en el corazón de Puquio, se caracteriza por su servicio cálido y su atención a los detalles, lo que garantizó una noche reparadora para los participantes antes de enfrentar la etapa final de su emocionante travesía. Este quinto día fue un recordatorio de la riqueza natural y cultural de Ayacucho, donde los paisajes únicos y las experiencias compartidas crearon recuerdos imborrables para los miembros del BMW Motorrad Club Perú.
El broche de oro en Ica El jueves 17 de octubre marcó el último capítulo de esta inolvidable travesía, con un recorrido hacia Ica, una región reconocida por su riqueza histórica, cultural y natural. Situada al sur de Lima, Ica es famosa por sus vastos desiertos, oasis como la Huacachina, y su tradición vitivinícola que incluye la producción de pisco, la bebida bandera del Perú.
Durante el almuerzo en la emblemática Estación de Ica, los participantes disfrutaron de la gastronomía regional, caracterizada por platos únicos como la sopa seca, la carapulcra y los tamales, acompañados, por supuesto, de una copa de vino o pisco. Este lugar, cargado de historia, evoca el pasado ferroviario de la región y la importancia de Ica como un punto de conexión y desarrollo en el país.
Ica también posee un legado histórico notable, siendo hogar de las enigmáticas Líneas de Nazca, creadas por las culturas preincaicas Nazca y Paracas, y una zona arqueológica que testimonia las avanzadas habilidades artísticas y astronómicas de estas civilizaciones. Además, la región destaca por sus festividades coloridas, como la Fiesta de la Vendimia, que celebra la cosecha de uvas y refuerza el vínculo de la comunidad con su tierra.
El séptimo aniversario del BMW Motorrad Club Perú fue más que una celebración; fue un homenaje al Perú y su vasto patrimonio cultural, histórico y natural. Desde las alturas andinas hasta los valles costeros, cada kilómetro recorrido reveló una faceta diferente de la riqueza del país. Los participantes no solo cruzaron paisajes impresionantes, sino que también revivieron historias de independencia en Ayacucho, se conectaron con la espiritualidad de los Andes en las lagunas y bosques de piedras, y celebraron las tradiciones vivas de las comunidades locales.
Este viaje resaltó la importancia de fomentar la conexión entre las personas, la historia y el entorno natural.
Perú, con su diversidad única, ofreció un escenario perfecto para recordar que viajar es más que moverse de un punto a otro: es aprender, experimentar y formar parte de algo más grande. En cada parada, los valores de BMW Motorrad –pasión, precisión y camaradería– estuvieron presentes, reforzando la unión entre los miembros del club y su aprecio por la cultura peruana.
BMW Motorrad Club Perú se posiciona como una gran comunidad que trasciende el motociclismo para convertirse en un colectivo que celebra el espíritu de aventura y el poder de compartir experiencias.
Este recorrido fortaleció los lazos entre sus integrantes, quienes, a través de cada paisaje y cada experiencia, recordaron que son parte de una gran familia que comparte una misma pasión.
Finalmente, este aniversario dejó una huella imborrable en cada participante, reafirmando la capacidad de los viajes para inspirar, conectar y transformar. La travesía no solo fue un recorrido por carreteras y destinos, sino un viaje emocional y cultural que refuerza la idea de que Perú es un país que merece ser explorado, vivido y admirado en cada uno de sus rincones.