GLAUCO RIVERA: PINTAR EL ESPÍRITU DE UNA MÁQUINA IRREPETIBLE

Nacido en 1955 en San José, Costa Rica, Glauco Rivera creció en un entorno creativo. Influenciado por su tía y abuelo, destacó en publicidad y desde 1995 se ha enfocado en la pintura, con exposiciones en Costa Rica y en otros paises.

Glauco Rivera, nacido en 1955 en San José, Costa Rica, es un artista y publicista reconocido. Influenciado desde joven por su entorno familiar, desarrolló habilidades artísticas en la infancia y adolescencia. 

Estudió en la Escuela de Bellas Artes y luego se dedicó a la publicidad, destacando como el director más joven de una agencia en Costa Rica a los 19 años. Trabajó en empresas como 3M, Nissan y Coca-Cola, liderando proyectos de rediseño y campañas creativas. En 1995, retomó la pintura, exponiendo obras sobre paisajes y vehículos personalizados, como motocicletas BMW y Vespas. Su pieza “Glauquito” para Boxer Motors en 2015 fue especialmente destacada. Actualmente, Rivera continúa activo en el arte con exposiciones en espacios reconocidos. Su trayectoria lo posiciona como una figura influyente en el arte y la publicidad costarricense.

BM: Glauco, Nos gustaría entender mejor tu proceso creativo: ¿Cómo logras equilibrar estos dos aspectos en tu trabajo?

GR: Un artista está en la apertura interna de expresar con líneas, colores, formas, en o sobre materiales milenarios como lo son el lienzo, papeles, telas, etc. El equilibrar los aspectos que conllevan una creación es cuestión de habilidad innata, observación, decisión o disposición para comenzar; lógico y no menos importante estudio y conocimiento; finalizando en una obra, podríamos llamarla que no solo agrade al observador sino al realizador. Pongamos un contexto: una persona que no sabe dibujar o no es diestro haciéndolo que no sabe pintar y/o usar colores el resultado es desastroso. 

Una persona que dibuja mediocremente y pinta bien, saldrá una obra relativamente bien. Una persona que pinta muy bien y dibuja saldrá una obra agradable.

BM: ¿Cómo equilibras tu visión artística personal con la necesidad de innovar y explorar nuevos temas y estilos? 

GR: Creo, a mi juicio, que se tiene que investigar el tema a exponer. Cuando he pintado sobre motocicletas me compré una grande, bonita y entré en grupos de moteros y sentí en mi carne cómo se emocionan, cómo piensan, cómo se siente tener el “sentido de la pertenencia”. Decidí un día aplicar el “sentido de la urgencia” y busqué a dueños de concesionarios como Vespa y BMW; a cada uno frente a muchos pilotos, les obsequié una pintura que está colgada en sus oficinas. El asunto dio resultado, muchos querían tener su modelo pintado al estilo Glauco Rivera. Llegué a ese estilo que me caracteriza, hago la pintura muy detallada, me preocupo por tener la línea en orden; así que tomo un “chupón”, como de salsa de tomate, lo lleno de pintura negra gruesita y lo llamo hechar a perder la obra con líneas gruesa a veces sin sentido y desenfadadamente.

BM: ¿Qué elementos de la cultura y la vida son los que más te gusta reflejar en tus pinturas? 

GR: En el caso de motos es un asunto, podríamos llamarlo “ego o vanidad”, pero sensibilidad de “gusto”. He visto que los propietarios se aferran a su pintura y tienen tema para comentar en su tiempo de esparcimiento. Los tipos pueden sentirse cómodos poniendo a participar en actualizaciones de conducta. 

BM: ¿Cuál crees que es el papel del motociclista en la sociedad moderna, y cómo crees que tu arte puede influir en la percepción de esa figura? 

GR: Si hablamos de arte dentro de la sociedad, y sobre todo de pertenecer a un segmento de ella con una máquina que se traslada a lugares diversos, o sea, llámese “libertad” que no tiene durante la semana y esperan sábado o domingo para sentir, oír, controlar, maniobrar y al final llegarán al lugar donde su “chineito de 2 ruedas” descansa y ver el cuadro de ella ahí en su esplendor. 

Es así que como llega a ser parte de ese tiempito que se pueden dar cómodamente hacia una sociedad moderna.

BM: ¿Qué otros artistas o movimientos artísticos han influido en tu trabajo? 

GR: En mi caso, en Costa Rica no existían artistas de motos; bastó que comenzara a exponerlas y hacer una labor de acercamiento con coleccionistas y curiosos, tocando fibras a gerentes, dueños de marcas para que salieran algunos que al ver mi estilo deformaran o desvirtuaran la pasión de una marca o un ícono en el tiempo, como lo es Vespa y BMW. 

Que son buenos artistas, sí lo son sin duda; pero no han sentido el viento en la cara, o el calor con todo el equipo. Cada moto que he hecho es del puro corazón, con un profundo deseo de causar una huella profunda; conste y no digo que soy el mejor.

BM: ¿Cómo logras capturar la esencia de una motocicleta, no solo en su forma y estructura, sino en su alma, personalidad e historia? ¿Qué procesos mentales y creativos te llevan a descubrir y plasmar el espíritu de una motocicleta en tus obras? 

GR: Lo voy a contestar con una anécdota: Un empresario conocido me llama y me dice “¿Tenés una Vespa por ahí?” Casualmente terminaba una Vespa 1960, y me relata que la necesita para obsequiarla a un gran coleccionista de autos y motos. Bien, se la lleva a la celebración de cumpleaños. Pasan unos días y el coleccionista (conocido también) me dice con voz fuerte: “Huevón, ¿por qué mandaste ese modelo si yo tengo aquí en la colección un modelo 1955? Haceme el favor, venite para tomar una foto y me la pintás que tengo una exposición la próxima semana”. Así creció la “fiebre de las motos”. 

Ahí en ese momento ya había hecho dos modelos; así que me llama el exdueño de Vespa y Ducati y repite el cuento: la señora quería la de ella y el señor quería dos Ducati (Tricolore y otra). Luego de eso se desató una serie de pinturas de propietarios de motos. 

BM: ¿Qué crees que convierte a una motocicleta en un ícono cultural? 

GR: Hace 30 años comenzó a crecer en el país el interés por las motocicletas de marca, inicialmente como una moda o símbolo de estatus, especialmente entre ejecutivos. La Vespa destacó por la restauración de modelos antiguos y su vinculación con eventos como el “Distinguished Gentleman”. Las exposiciones atrajeron al público y fomentaron esta tendencia, que mezcla tradición, estilo y satisfacción personal al conducir.

BM: ¿Qué crees que es lo que hace que una obra de arte trascienda? 

GR: El arte trasciende básicamente porque alguien lo prefiera; en mi caso, no pretendo ser un fenómeno que con motocicletas dé ese efecto de magnitud y trascendencia, es un objeto valorado, apreciado y hasta decorativo. 

BM: ¿Cuál es el papel que juega la memoria y la experiencia personal en tus pinturas? 

GR: El arte que yo hago lo visualizo, lo pienso, decido cómo comenzar, compro el lienzo y me sumerjo apasionadamente en realizar para alguien que está en espera de algo agradable.

BM: ¿Cuál es el mensaje o la emoción que te gustaría que se llevarán después de ver tu obra, más allá de técnica o la estética? 

GR: El autor relata cómo al obsequiar su primera obra a un dueño de BMW, este quedó sorprendido y causó asombro entre los presentes. Aunque fue un trabajo hecho al azar, lo hizo con confianza en que gustaría. A partir de ese momento, inició una carrera artística que ha producido más de 200 obras inspiradas en marcas como BMW, Ducati, KTM, Triumph, Vespa y Harley-Davidson. 

BM: ¿Cómo tu arte puede inspirar o influir en la forma en que las personas ven y experimentan el motociclismo? 

GR: La obra que se ve o se observa ahí está, habrá detractores, críticos y gente que la alabe, las obras por sí solas tienen una magia, un toque diferente que no es comparable con otras obras, porque no existen.

BM: ¿Cómo crees que tu arte puede evolucionar en el futuro? 

GR: El autor reconoce que enfrentará los retos de las nuevas tecnologías, pero se mantiene fiel a su propio camino creativo, guiado por su habilidad, destreza e ingenio. Acepta la evolución y nuevas propuestas, manteniéndose auténtico como un artista analógico e imperfecto. 

BM: ¿Cómo manejas la presión de crear obras que satisfagan tanto a tus clientes como a ti mismo como artista? 

GR: Puedo sonar petulante; si pensara solo en la satisfacción del cliente me convertiría en comercialista. Lograr un contrato de pintar una moto o un tema específico es dar mis mejores trazos y será mi recompensa como realizador. Gracias a Dios Todopoderoso, no ha habido ninguna obra devuelta o menospreciada. 

BM: ¿Cuál es el mayor desafío que has enfrentado como artista? 

GR: En un momento incursioné en desnudo de gran tamaño con la técnica de espátula; no era explícito, no tenía cara, ni partes genitales. A mí y a los amigos les gustó mucho. Pues un día participé en una exposición colectiva, no muy concurrida, por cierto, y un día se acerca un ancianito y me hace preguntas hasta comprarme el cuadro. Muy contento se va a su auto. Al día siguiente, muy temprano, veo a lo lejos un gran cuadro por el lado de atrás y unos piecitos caminando lento; comento a los que estaban conmigo y digo -ese parece que viene al stand- y llegó, era una señora viejita y dice -¿Quién es el artista?- “¡Yo!”, enojadísima la señora dice -En mi casa la única desnuda soy yo. Devuélvame el dinero- Es un cuento como pocos que me impactó en mi carrera.

BM: ¿Hay algún aspecto emocional o simbólico relacionado con las motos que aún no has tratado y te gustaría capturar o explorar en tu arte en el futuro? 

GR: No, realmente no, pero sí con este tema mi arte no solo se queda en un lienzo, los moteros gustan de comprar souvenirs y recuerdos gratos. 

He pensado en hacer otro tipo de arte como: reproducciones de mis obras en tamaños más pequeños y darle valor negociable, a manera de coleccionables. Crecería exponencialmente y/o hacer T-Shirts con esas reproducciones y otros artículos.

BM: ¿Cómo crees que tu arte puede ser un reflejo de la libertad y la aventura? 

GR: El que pertenece a un grupo de propietarios de una máquina son asiduos a comprar recuerdos, T-shirts alusivas, calcomanías, tener mi identificación con la marca, llamémoslo “poder de pertenencia”. Así que si fulano tiene su moto pintada, ¿por qué no yo? En mi caso, los clientes se maravillan por el estilo propio, la agilidad expresada, la poca duración de la entrega y algo importante: “Ya tengo mi moto en bonito”. 

BM: ¿Cuál crees que es el papel del artista en la creación de una leyenda en torno a una marca como BMW Motorrad? 

GR: Como artista y diseñador propondría crear una estrategia publicitaria que abarque gift away interesantes para los “fiebres” de las motos y variar los diseños. 

BM: ¿Qué legado te gustaría dejar en la sociedad a través de tu trabajo? 

GR: Me encantaría ser un influencer o referente de pinturas de motos, que se comente de mí y me prefieran. 

BM: ¿Qué significa para ti BMW, como marca, ícono, etc.? 

GR: Significa historia, fortaleza, calidad y diseño insuperable, solo ver el logo lo dice todo, ni hablar de tecnología.

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