Un desafío de muy alta exigencia para los pilotos no profesionales y para las motocicletas GS, una oportunidad para enfrentarse a los terrenos más difíciles y a los conductores más diestros del ámbito amateur. Pero también una ocasión para conocer mejor a la gente y los territorios que permanecen aún alejados de las rutas más transitadas. Tal es el espíritu del BMW Motorrad GS Trophy, que el año pasado celebró su tercera edición y que ya comenzó a preparar la cuarta.
El GS Trophy recupera la esencia de los primeros tiempos de la motorización, cuando las competencias no se llevaban a cabo entre profesionales, sino entre los gentlemen drivers, los aficionados entusiastas que invertían sus propios recursos, su esfuerzo y su escaso tiempo libre para aventurarse por unos terrenos agotadores.
Espíritu de precursores
El BMW Motorrad GS Trophy nació en 2008, bajo la organización del BMW Group, que lo concibió como una competencia para equipos de tres pilotos, cada trío representa a un país, y se compite exclusivamente sobre máquinas BMW F 800 GS. Los organizadores no la proyectaron como una carrera cuyo objetivo fuera llegar antes que los demás a la meta, sino como una competencia compuesta por diferentes pruebas, todas relacionadas con las habilidades específicas que un conductor de máquinas GS debe dominar. La prueba de manejo off road, por ejemplo, incluye zigzagueo con obstáculos (slalom), trampa de arena, troncos paralelos, cruce de agua, ascensos y bajadas, etcétera.
La página oficial www.bmw-motorrad.co.za/gstrophy establece cuatro módulos para esta competencia: Habilidades de conducción, Adventure fitness, Navegación y Examen técnico.
Los competidores deben demostrar sus conocimientos específicos como la navegación con hojas de ruta, así como los atributos sociales positivos que distinguen al estilo GS: trabajo en equipo, camaradería, cuidado del medio ambiente, espíritu GS y esfuerzo.
Cada prueba representa un cierto puntaje: la suma final da como resultado al equipo ganador. Los pilotos consideran que el concepto de competencia resulta muy limitado para definir al GS Trophy. Más bien lo conciben como una aventura de siete días con un recorrido de dos mil kilómetros, la mayor parte caminos de terracería, pistas de motocross y campos para pruebas de enduro. Desde luego, la lluvia y otras inclemencias del tiempo forman parte de los avatares que deben superar los equipos.
El GS Trophy se lleva a cabo cada dos años; en términos deportivos, cada media olimpiada. De ahí que se conozca a las competencias del GS Trophy como “los Juegos Olímpicos para los pilotos de GS”. Michael Trammer, organizador de la serie por parte de BMW, ha declarado a los medios informativos que la competencia es muy fiel al espíritu olímpico, ya que todos los pilotos son amateurs, aficionados que comparten unas vivencias enriquecedoras y emocionantes.
Como en los Juegos Olímpicos, participan equipos que representan a las más variadas culturas y orígenes. Entre ellos establecen una sólida empatía gracias a que comparten su pasión por las motos GS. El GS Trophy recuerda el espíritu deportivo que se reflejaba en la película Carros de fuego (Inglaterra, 1980), de Hug Hudson, ambientada en los Juegos Olímpicos de París 1924: los atletas eran todos amateurs, estudiantes, profesionistas y trabajadores que se entrenaban durante su tiempo libre y que obtenían permisos especiales para asistir a las competencias.
“Una forma de vida”
Los organizadores y los equipos coinciden en que el GS Trophy propicia el acercamiento entre los pilotos y entre las naciones que ellos representan. Las entrevistas, que pueden leerse en el sitio bmw-motorrad.com, expresan que el sentido del reto y la camaradería destacan como los principales motivos que impulsan a los participantes. El piloto español Arturo Lupon Palas, quien tomó parte en la edición de Sudáfrica en 2010, declara que eligió la modalidad de enduro porque propicia el contacto con la naturaleza, mientras que Bernhard Schmidtmayer, del Equipo Alpino que también compitió en Sudáfrica, opina que no hay nada mejor que manejar su motocicleta a través de un terreno desafiante; el canadiense Dominique Lemaire declara que los aspectos técnicos y físicos del enduro lo motivan a emprender la competencia, y que no hay nada igual a compartir esta experiencia con los amigos. El sudafricano Roger Kane-Berman, por su parte manifiesta que el enduro le ofrece un nuevo e increíble tipo de libertad, que le permite llegar hasta regiones remotas y entablar contacto con nuevas culturas. Per Wallin, del Equipo Nórdico resume todo en unas palabras: “El enduro no es un pasatiempo, es una forma de vida”.
En un comunicado de prensa del BMW Group, en el marco de la edición 2012 del GS Trophy, el organizador de la casa bávara, Michael Trammer explica: De lo que se trató siempre con el GS Trophy es de ofrecerle a la gente común, como usted y como yo, la oportunidad de participar en una competencia de enduro a gran escala, una experiencia de un nivel y emoción de primera categoría. Se trata de gente común alcanzando metas extraordinarias. En el fondo es una competencia de motociclismo, así que los finalistas han tenido que conducir a un alto nivel, algo que han desarrollado mediante el aprendizaje y la práctica. Se han puesto a prueba en una serie de desafíos que corresponden al nivel estandarizado que se exige en los eventos de “Clasificación GS” que tuvieron lugar en todo el mundo. La idea es que estén bien preparados para los retos a los que se tendrán que enfrentar mientras circulan off-road a través de la Patagonia. Queremos que disfruten la experiencia.
El GS Trophy se lleva a cabo cada dos años; en términos deportivos, cada media olimpiada. De ahí que se conozca a las competencias del GS Trophy como “los Juegos Olímpicos para los pilotos de GS”. Michael Trammer, organizador de la serie por parte de BMW, ha declarado a los medios informativos que la competencia es muy fiel al espíritu olímpico, ya que todos los pilotos son amateurs, aficionados que comparten unas vivencias enriquecedoras y emocionantes. Como en los Juegos Olímpicos, participan equipos que representan a las más variadas culturas y orígenes. Entre ellos establecen una sólida empatía gracias a que comparten su pasión por las motos GS. El GS Trophy recuerda el espíritu deportivo que se reflejaba en la película Carros de fuego (Inglaterra, 1980), de Hug Hudson, ambientada en los Juegos Olímpicos de París 1924: los atletas eran todos amateurs, estudiantes, profesionistas y trabajadores que se entrenaban durante su tiempo libre y que obtenían permisos especiales para asistir a las competencias.
“Una forma de vida”
Los organizadores y los equipos coinciden en que el GS Trophy propicia el acercamiento entre los pilotos y entre las naciones que ellos representan.
Las entrevistas, que pueden leerse en el sitio bmw-motorrad.com, expresan que el sentido del reto y la camaradería destacan como los principales motivos que impulsan a los participantes. El piloto español Arturo Lupon Palas, quien tomó parte en la edición de Sudáfrica en 2010, declara que eligió la modalidad de enduro porque propicia el contacto con la naturaleza, mientras que Bernhard Schmidtmayer, del Equipo Alpino que también compitió en Sudáfrica, opina que no hay nada mejor que manejar su motocicleta a través de un terreno desafiante; el canadiense Dominique Lemaire declara que los aspectos técnicos y físicos del enduro lo motivan a emprender la competencia, y que no hay nada igual a compartir esta experiencia con los amigos. El sudafricano Roger Kane-Berman, por su parte manifiesta que él enduró le ofrece un nuevo e increíble tipo de libertad, que le permite llegar hasta regiones remotas y entablar contacto con nuevas culturas. Per Wallin, del Equipo Nórdico, resume todo en unas palabras: “Él enduro no es un pasatiempo, es una forma de vida”.
En un comunicado de prensa del BMW Group, en el marco de la edición 2012 del GS Trophy, el organizador de la casa bávara, Michael Trammer explica: De lo que se trató siempre con el GS Trophy es de ofrecerle a la gente común, como usted y como yo, la oportunidad de participar en una competencia de enduro a gran escala, una experiencia de un nivel y emoción de primera categoría. Se trata de gente común alcanzando metas extraordinarias. En el fondo es una competencia de motociclismo, así que los finalistas han tenido que conducir a un alto nivel, algo que han desarrollado mediante el aprendizaje y la práctica. Se han puesto a prueba en una serie de desafíos que corresponden al nivel estandarizado que se exige en los eventos de “Clasificación GS” que tuvieron lugar en todo el mundo. La idea es que estén bien preparados para los retos a los que se tendrán que enfrentar mientras circulan off-road a través de la Patagonia. Queremos que disfruten la experiencia.
De Túnez a Sudáfrica
Al igual que los Juegos Olímpicos y otras competencias internacionales, en cada ocasión se lleva a cabo en una sede distinta. En 2008, el GS Trophy se disputó en Túnez. Fue la única ocasión en que todas las pruebas se resolvieron en un solo país. Los equipos se concentraron en Milán, Italia, donde los competidores recogieron sus BMW F 800 GS con preparación especial a cargo de Touratech. Salieron luego rumbo a Génova para embarcarse hacia Túnez. Los países representados en aquella primera ocasión fueron Italia, Alemania, Estados Unidos, Japón y España. En el desierto se realizaron las duras pruebas que determinaron las posiciones finales.
Desde la primera edición del GS Trophy, quedó establecida la regla de que todos los competidores participaran en motocicletas idénticas. El triunfo de la primera edición le correspondió al equipo de los Estados Unidos con 2,700 puntos; el segundo lugar lo compartieron los equipos de Alemania y España con 1,900 puntos. El tercero le correspondió a los italianos, con 1,400 puntos. El cuarto sitio fue para el conjunto del Japón, con mil puntos. Para 2010, la sede fue Sudáfrica, si bien la competencia abarco también Suazilandia y Mozambique.
El triunfo en aquella segunda edición del GS Trophy le correspondió al equipo del Reino Unido de Gran Bretaña, con 152 puntos; los anfitriones sudafricanos lograron un excelente papel con 151 puntos; el tercer puesto fue para el Equipo Nórdico, que obtuvo 149 puntos. Los canadienses quedaron en cuarto lugar con 124 puntos; sus vecinos estadounidenses alcanzaron el quinto sitio con 107 puntos. El conjunto de los Alpes obtuvo la sexta posición con 105 puntos; el equipo español sumó 101 puntos en el séptimo lugar. La tripleta alemana terminó en octavo lugar con 95 puntos; la italiana quedó en noveno sitio con 86 puntos. El décimo puesto fue para el equipo del Japón, con 54 puntos. La casa BMW difundió poco después una invitación para animar a los aficionados a que se inscribieran en las pruebas para determinar quiénes habían de ocupar las plazas para la próxima edición del GS Trophy: “Si eres amante de la aventura, la naturaleza y el enduro, BMW te brinda la posibilidad de realizar un viaje increíble por tierras lejanas. Si posees una BMW trail y logras ser uno de los finalistas en el Desafío GS, que se organiza por diferentes puntos de la geografía nacional, puedes convertirte en el feliz ganador de una de las tres plazas para participar en el GS Trophy.”
Aquella invitación reseñaba el caso del valenciano David Borcha, de profesión arquitecto: “Fue el afortunado repetidor de la experiencia GS Trophy. Ya formó parte del equipo español en la primera edición del GS Trophy en Túnez en 2008. Se quedó prendado con aquella aventura rodando con la F800GS sobre las blandas y arenosas dunas, por eso se presentó a la convocatoria de este año para rodar por África, y esta vez, sobre una R1200GS, salió nuevamente seleccionado.”
El texto del BMW Group presentaba también el testimonio del bombero forestal de Zaragoza, Arturo Lupon, que deja ver su entusiasmo:
“Basta con ver lo que mueve el GS Trophy y conocer a los responsables de la organización, para entender la esencia del evento. Allí participaron los artífices del recorrido, que llevaban más de ocho meses preparando el itinerario y las pruebas que los concursantes tendrían que superar, los guías nativos y los propios directivos alemanes de BMW Motorrad en Múnich. Todos ellos, al igual que los concursantes, iban enfundados en el equipamiento de motorista y realizaron el mismo recorrido, así que se mojaron, se cayeron, sudaron y se divirtieron, como el resto.
En el recorrido, de unos dos mil kilómetros, rodamos por todo tipo de terrenos con diversidad de paisajes, desde las selvas repletas de animales silvestres, hasta zonas de escasa vegetación, pasando por montañas de más de mil metros de altura. Por fin llegamos al mismo nivel del mar. Pasamos frío y mucho calor, nos mojamos bajo la persistente lluvia de la primavera africana y vivimos la burocracia de las fronteras cuando pasábamos por Sudáfrica, Suazilandia y Mozambique. Durante las siete etapas del GS Trophy, se llevaron a cabo pruebas de habilidad y de orientación que contarían para poder clasificar al equipo ganador. Los americanos y los españoles partíamos como favoritos, por haber quedado primeros y segundos respectivamente en el GS Trophy 2008 de Túnez, pero aquí todo fue muy diferente.”
Sudamérica
El tercer GS Trophy en 2012, tuvo como sede los Andes: abarcó Chile y Argentina. Se llevó a cabo del 24 de noviembre al 2 de diciembre. Los organizadores constataron el crecimiento exponencial de la competencia respecto a la primera: 45 motociclistas en 15 equipos, con pilotos de 19 países a bordo de idénticas motos BMW F 800 GS.
Por primera vez tomaron parte los representantes de Europa del Este, Francia y América Latina. Los guías y algunos miembros del personal de BMW usaron la BMW R 1200 GS Rallye y la BMW G 650 Sertao. Cada una de las F 800 GS fue especialmente preparada por Touratech, casa especialista en motos de turismo y aventura. Herbert Schwarz, director ejecutivo de Touratech, declaró: “Estas motos están hechas para una conducción off-road, pero con respecto a las condiciones difíciles en América del Sur, hemos añadido algunas piezas para darles una mayor protección, como barras de motor, protector de marco, pedales más anchos con empuñadura adicional. Asimismo, todas las motos van equipadas con neumáticos todoterreno Metzeler Karoo, que son perfectos para las condiciones que los participantes van a enfrentar”.
La salida y la llegada se efectuaron en las afueras de Temuco, en Chile, y los participantes cubrieron un circuito de dos mil kilómetros a través de la cordillera, hacia la Argentina y luego de vuelta. Como lo comentó Herbert Schwarz, fue un escenario muy distinto al de las ediciones anteriores, compuesto en su mayor parte por un paisaje de montaña.
“Hemos trabajado en conjunto con guías locales para crear una ruta que garantice que los pilotos disfruten al máximo de la increíble belleza natural de la región. En parte es muy montañosa, pero también hay grandes extensiones de bosque nativo y amplios llanos. Este es un paisaje que me tiene muy emocionado. Nuestros competidores van a estar encantados todos los días al arrancar su propia GS; será sin duda la aventura de su vida, lo cual fue siempre nuestra intención”, declaró Schwarz en vísperas de la partida.
La importancia que ha adquirido el GS Trophy se refleja en la presencia de 20 periodistas internacionales. BMW dispuso de su propio equipo de periodistas, fotógrafos y camarógrafos, que registraron a los competidores cada kilómetro del recorrido.