Henry Von Wartenberg: Travesía Alaska – Ushuaia BMW, Tierra del fuego

BM: Un viaje a través de un continente en solitario ¿Cuáles son los principales obstáculos en una viaje así?

HVM: El obstáculo principal se convierte en un desafío en sí mismo: todos los problemas los tiene que resolver el piloto. Desde una banalidad como puede ser conseguir un bonito hotel para dormir, a una cosa más seria, por ejemplo una llanta ponchada en medio del camino más solitario o levantar la moto del barro sin ayuda, bajo una lluvia torrencial. Ahí es donde juega un papel importantísimo BMW. Es la moto más confiable que yo conozco, y los problemas se reducen más que nada a las incontinencias normales en cualquier viaje.

BM: ¿Qué debe contemplar un viajero ante una ruta así de extensa?

HVM: Lo más importante es tener muy en claro la ruta, las distancias y las escalas del viaje. Salir del punto A, sabiendo que vamos a dormir en el punto B. Donde tenemos combustible y que clima nos va a tocar durante el trayecto. El resto es disfrutar del camino.

BM: ¿Cuáles serían tus 5 artículos necesarios para viajar?

HVM: Sin contar con el equipo básico de todo rider como casco, anteojos, guantes y ropa adecuada: Cámara de fotos, mapa, un juego de herramientas, una navaja, una T-shirt extra.

Mi lema es: ‘travel light, travel happy’.

BM: ¿Qué trámites son los necesarios para cruzar un continente, país tras país?

HVM: Con tener los papeles de la moto en orden, el registro de conducir y el pasaporte es suficiente. Generalmente, se exige un seguro, pero la mayoría de las veces es posible tramitarlo en la frontera. Cada aduana requiere distintos formularios de presentación, pero nada es complicado. Algunos países, México, por ejemplo, exige a los extranjeros el pago de un arancel cuando estos quieren internarse en el país. Se devuelve al salir.

BM: Debe ser todo un beneficio ser fotógrafo atravesando todos esos paisajes, ¿cuál ha sido la mejor imagen que has traído?

HVM: Es difícil quedarme con una sola imagen. Fueron muchos días y cada uno me regaló momentos únicos. Algunos paisajes de la costa de Oregón o atravesar el Troncal de la Sierra en Ecuador dejaron fotos increíbles en mis archivos.

BM: ¿Qué crees que sea lo que busca transmitir un motociclista a través de una fotografía?

HVM: Poder compartir con los demás, ese momento soñado de tener 360 grados de paisajes sólo para nuestros ojos.

BM: En tu opinión, ¿Qué define a un piloto que conduce una BMW?

HVM: La aventura y la pasión por viajar. El 90% de los viajeros que uno cruza por la ruta son otros ‘beemers’. Y eso no es casual. Al conocerlos, generalmente uno encuentra coincidencias inmediatas.

BM: Cuéntanos ¿Qué te lleva a decidirte por un viaje en solitario?

HVM: No es una norma en mi caso. He viajado en solitario, pero también con grupos de hasta 27 riders. Ambas son experiencias magníficas. En mi caso prefiero los grupos más reducidos. Cuatro es el ideal. Viajar en solitario es otra clase de experiencia. Es un encuentro introspectivo y también una comunidad con nuestra moto. Casi como una hermandad. Algunos de mis últimos proyectos requerían de una dinámica muy especial, donde no había lugar para un compañero. Ese fue el caso del libro sobre Darwin (15.000 kms detrás de sus huellas por 3 países) o de la travesía Alaska-Tierra del Fuego (55 días de viaje, 25.000 kms y 14 países). Antes produje y filmé un documental para Rev’it! Europa sobre Bolivia. En esa oportunidad fui con un compañero, pero muy parecido a mí en cuanto al ritmo de viaje.