Después de una semana bastante pesada de trabajo, el sábado 11 de abril de 2011 a las 11:10 pm finalmente estaba despegando de la Ciudad de México con rumbo a Tokio. Normalmente, a esas horas yo ya estoy durmiendo, por lo que en cuestión de minutos estaba profundamente dormido. Con una diferencia de 14 horas, a las 6:45 am llegué al aeropuerto Narita de Tokio.
Inmediatamente, tome el tren JR a la estación de Tokio y después la línea Marunouchi del metro a la estación “Akasaka mitsuke” y me dirigí a la Embajada de México, ya que el embajador Miguel Ruiz Cabañas amablemente me estaba esperando junto con Esaú Garza (Pro México).
Originalmente, ese mismo día continuaba mi viaje a Hida Furukawa, pero finalmente decidí quedarme esa noche en el Hotel APA, localizado muy cerca de la embajada y en una zona muy pintoresca del centro de Tokio, ya que la embajada me invitó a la inauguración de una exposición de fotografía que iban a tener en el “Espacio Mexicano”. Después de una noche en la que casi no dormí, al día siguiente tomé el tren bala JR Shinkansen a Nagoya.
Una vez en Nagoya, tomé una conexión a Takayama y un tren final a Hida Furukawa, trayecto que me llevó poco más de 4 horas. Llegando a Furukawa pasaron por mí a la estación del tren y me llevaron al Abram Institute, lugar de concentración para los competidores extranjeros que dirige Hiroshi Ohgo.
El “Abram Institute” es un lugar fuera de serie, ya que las construcciones tienen entre 150 y 300 años de antigüedad, con pisos de tatami, calentador de leña, etcétera. Se ubica en la zona montañosa de la Prefectura de Gifu. Al llegar fui introducido con el resto de los competidores (Alemania, Corea, Francia, Finlandia y Suiza), entre los que estaba Thierry Foucaud y José Mico, a quienes conocí el año pasado en el Spartathlon.
Durante 3 días y medio recibí una atención de primera, dormí en una habitación individual y comí como rey. Por las mañanas, antes del desayuno que era a las 8 am, todos salíamos a correr, algunas veces hacia la cascada y otras hacia el pueblo de Furukawa.
El viernes por la mañana a las 10 am un autobús nos trasladó a Nagoya, donde nos hospedamos en el magnífico Hotel KKR, localizado muy cerca del Castillo de Nagoya. A las 3 pm se llevó a cabo la ceremonia de bienvenida, en la que cada competidor recibió su “dorsal” (número de competencias) y fue presentado a los demás competidores. La ceremonia fue en japonés, acompañada por breves síntesis traducidas al inglés.
A las 4 pm fue la entrega de paquetes para los “Puntos de Control” (PC) o abastecimientos. A diferencia de carreras como el Spartathlon, en Sakura Michi no existe la posibilidad de recibir ayuda de un equipo de apoyo, por lo que cada competidor es responsable de planear qué va a necesitar en cada uno de los 14 PC designados y organizar sus propios paquetes; de tal forma que cada quien tenga ropa de cambio o lo que crea vaya a necesitar en un lugar específico dentro de la ruta.
En mi caso fueron: PC-21 (km 106.9), PC-28 (km 143), PC-42 (km 212) y la meta, con ropa de cambio, linterna, guantes y demás; así como seis PC más con cápsulas de Saltstick, barras de chía, cloruro de magnesio, vespa, cápsulas de UDO y MRx.
A lo largo de la ruta se distribuyen 49 PC divididos en 3 categorías: chico, mediano y grande. En los “chicos” había bebidas, fruta y barritas energéticas; en los “medianos” lo mismo que en los chicos, además de arroz y sushi; y en los “grandes” mucha comida, camas con masajistas y cualquier tipo de bebidas, inclusive cerveza.
El sábado 16 de abril a las 4:00 am se sirvió un desayuno en el hotel que incluía cualquier cantidad y variedad de comida. A las 5:30 am se efectuó el último registro. A diferencia de otras carreras, la arrancada era en seis bloques, cada uno con 3 minutos de diferencia; en mi caso me asignaron el #5 a las 6:12 am.
Al igual que en Spartathlon, Sakura Michi tiene límites de tiempo distribuidos a lo largo de la ruta.
- Shiritori-chou 106.9 km en 14 horas
- Shoukawa-zakura 143 km en 20 horas
- Shirakawago 172.6 km en 24.5 horas
- Jouhana-shou 212 km en 30.5 horas
- Kanazawa (meta) 250 km en 36 horas
Lo que significa que si un competidor no llega dentro del límite de tiempo, automáticamente es descalificado. La marcación de la ruta es perfecta, inclusive cada competidor recibe una libreta con detalles de la ruta. Otra característica distintiva es la consigna de hacer “alto” en los semáforos con luz roja, aunque no vengan automóviles. La ruta del Sakura Michi va de Nagoya y finaliza en Kanazawa.
Desde un principio, y más sin conocer el recorrido, mi plan fue mantener mi paso independiente de los otros corredores, algo que a veces es difícil durante los primeros kilómetros de cualquier carrera. Los primeros 25 kilómetros son prácticamente planos atravesando la ciudad de Nagoya. Del kilómetro 25.9 en adelante comienza una subida constante de 102.5 km, hasta el kilómetro 128.4 donde se ubica el PC-25.
El primer control de paso en el kilómetro 106.9, correspondiente al PC-21 “Shirotori-cho”, lo pasé en 12 horas 10 minutos, 1 hora 50 minutos por abajo del límite. Debido a la altura y la hora del día, la temperatura bajó a unos 8° C. En este PC tomé mi linterna, guantes delgados, buff, manga larga Craft y una sudadera The North Face.
A diferencia de muchas carreras, la meta del Sakura Michi consiste en tocar un árbol de cerezos que se encuentra en el parque Kenrokuen. Los últimos metros los corrí con un japonés con el dorsal 33. Llegué a la meta a las 4:30 pm en un tiempo de 34 horas, 18 minutos, en el lugar 47 general y en primer lugar de los extranjeros.
Finalmente, estoy muy contento, no solo por el lugar obtenido, sino por haber terminado entero, únicamente con una pequeña ampolla en el dedo chiquito y otra en el dedo gordo del pie izquierdo que me salieron por haberme apretado de más el zapato, pero en dos días desaparecieron. Muscularmente, nunca tuve problemas, aunque se me hincharon un poco los pies por la cantidad de electrolitos que tomé, nunca me dolió el arco, algo que en Spartathlon sí me sucedió. Del estómago tampoco tuve problemas de ningún tipo.
En términos generales, para el 2012 haré algunos ajustes a mi ropa de frío, cargaré una lámpara de cabeza más pequeña y dejaré unos pants y una buena chamarra para la meta junto con una cerveza Sapporo de 500 ml; detalle que le vi a otro corredor que al llegar a la meta llevaba en su maleta una cerveza y me ofreció un trago, al ver esto una señora japonesa que estaba de espectadora se percató que se me antojaba una cerveza y sin yo saberlo fue y me trajo una, un detalle que jamás olvidaré.
En comparación objetiva con Spartathlon, la ruta de Sakura Michi tiene más subidas, es un poco más larga, el clima es mucho más extremo y los límites de tiempo son más estrechos. Además de una excelente preparación física, es muy importante una buena planeación estratégica previo a la carrera, ya que este tipo de carreras no dan margen para el error.
El lunes 18 se llevó a cabo la ceremonia de premiación en Chirotori, donde además plantamos un árbol en memoria de Ryoji Sato, quien es la inspiración de que se organice esta fabulosa carrera. La historia del Sr. Sato, la escribiré por separado, ya que así lo amerita.
Ese mismo día por la tarde tomé el tren bala de regreso a Tokio. Ya por la noche, impartí en la Embajada de México una conferencia narrativa de mi experiencia en Sakura Michi; conferencia que el embajador Miguel Ruiz-Cabañas me invitó a impartir y a la que asistieron diversas personalidades del servicio exterior de México y otras embajadas.