BOXER MOTORS
Search
Close this search box.

Los caminos de un campeón

Los caminos de un campeón

Pedro García Iniestra tiene una historia llena de victorias como piloto de motocrós y de rallyes.  Durante lustros fue uno de los competidores a vencer en las pruebas más exigentes, dentro y fuera de México.   

Como testimonio de su trayectoria conserva una colección de máquinas, implementos y trofeos, amén de un caudal de recuerdos, mismos que comparte con los lectores de Boxer Motors.

Boxer Motors: Se tiene la impresión de que el motociclismo y el automovilismo son dos universos separados, incluso rivales, sin embargo, su trayectoria muestra que se pueden desarrollar con éxito ambas vertientes ¿Cómo ha sido posible esta doble actividad?

Pedro García Iniestra: Sí, son dos universos separados, pero una vez que se tiene la pericia de dominar un deporte de motociclismo, se puede desarrollar la habilidad para el automovilismo, ya que las dos especialidades son de velocidad, y al tener conciencia de ello se pueden dominar ambas, todo estriba en tener pasión y disciplina. Ha habido casos de campeones de motociclismo que también fueron campeones en automovilismo.

BM: ¿En su ámbito familiar había antecedentes de la afición por el automovilismo deportivo o por el motocrós? ¿Hubo alguna figura que le haya despertado el afán de emulación?

PGI: Sí, mi padre Aram García Mulia era aficionado a los dos deportes; tanta era su afición que la expresó a través de los dos hijos que tuvo: a uno le puso Pedro y al otro Ricardo, en honor de los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez.

Mi padre siempre tuvo relación con las carreras de motos y coches, pues conocía a los organizadores; empero, en su familia nunca lo dejaron correr, por eso tanto mi hermano como yo tuvimos  esa oportunidad; en particular  conmigo vio materializado lo que él hubiera  querido ser. Con mi  ingreso al Salón de la Fama  se siente orgulloso  y  satisfecho.

Los Go-karts de la tienda departamental

BM: ¿Cómo se iniciaba en 1962 un muchacho en la especialidad de los Go-karts? ¿Era difícil conseguir el equipo? ¿Dónde se realizaban aquellas competencias?

PGI: Todos los domingos mi padre nos llevaba al Distrito Federal, a la tienda Sears de Polanco, y cierto domingo la tienda trajo los Go-karts; en el estacionamiento instalaron una pista para que probara uno los Go-karts, y mi padre me subió a uno. Y fue tanto mi gusto por manejar un coche  ya con motor, que duré horas manejándolo. En ese momento mi padre preguntó dónde se iban a hacer las carreras.

Se corría en Plaza Satélite; en Toluca se construyó un kartódromo, al igual que en Veracruz, en Jalapa y Cuernavaca. En esos años Ricardo Rodríguez construyó también su kartódromo, que se llamaba “Cuatro Caminos”, frente a la plaza de toros de Naucalpan.

Ahí competí con él a la edad de 12 años. Había tres tiendas donde podían comprarse Go-karts de distintas marcas, y motores, por supuesto. Había además refacciones de esos años.  Para mí es inolvidable esa época.

BM: ¿Cómo pasó de los Go-karts al motocross? ¿Cómo se adiestraba y se formaba un piloto de esta especialidad en aquellos días? 

PGI: Fue un poco difícil, ya que las motos no me gustaban, pero mi padre, con tal de seguir corriendo, compró una moto Islo de 50 cc, y la puso en la entrada principal del rancho donde vivíamos, por la cual tenía yo que pasar.

Transcurrieron tres o cuatro días, durante los que ignoré su presencia, pero a la postre me subí a la moto sin pensar que mi padre me estaba observando. Él entonces me ordena echarla, andar y recorrer los terrenos del rancho, y me dice que a partir de ese día iba yo a correr motos.

El principio de mi carrera fue el 14 de julio de 1964, en una prueba en las cercanías de Toluca, en el poblado de Metepec.  Arrancamos en la categoría de novatos cinco participantes. Terminé en octavo lugar, pues me sacaron tres vueltas de ventaja; la moto no jalaba, y yo, sabiendo qué era ganar, le reclamé a mi padre que si quería que ganara, me comprara una moto buena.

Cuál fue mi sorpresa, cuando resultó que ya tenía en casa una moto Carabela arreglada de fábrica, por el señor Carlo Vecchi, que se convirtió en mi maestro.

A partir de ese día mi vida cambió totalmente, pues había que responder a la afición de mi familia. Me instalaron una pista en el rancho, en ella entrenaba todas las tardes después de la escuela, y me ponían a adquirir condición física para poder aguantar las competencias. Recibí todo este apoyo de toda mi familia, pues hasta mi madre Teresa Iniestra me respaldó en esta nueva etapa de las carreras.

BM: ¿Era posible obtener algún patrocinio? ¿Qué tan difícil era conseguir el equipo, las refacciones, las propias máquinas?

PGI: En aquella época, el patrocinio siempre fue por parte de mi padre. Pero al conocer a los señores Vecchi, de la fábrica de motos Carabela, tuvimos apoyo para poder comprar motos y refacciones conforme fuimos ganando pruebas en el campeonato de novatos. Recibimos así de parte de los Vecchi más respaldo para poder comprar mejores equipos de carreras. 

Vocación y disciplina

BM: ¿Cuánto han cambiado estos aspectos de ayer a hoy? ¿Los pilotos de nuestros tiempos tienen un camino más estructurado, mayores facilidades?

PGI: El cambio ha sido como de aquí al Sol, ya que en mi tiempo todo era muy precario con respecto a la tecnología: las llantas eran normales en su estructura, se usaban las mismas en tierra, asfalto o agua. 

Hoy existen compuestos específicos para tierra, asfalto y agua respectivamente. En cuanto a los cuadros, eran tubulares, muy rígidos y ahora son cuadros de aluminio que se prestan para un mejor manejo, los motores eran de pocos caballos de fuerza y las motos muy pesadas.

Actualmente, las motos son ligeras y con caballos de sobra; antaño las suspensiones eran de resortes, ahora son electrónicas, muy adelantadas. Y claro, como en todo, entre más avanza la tecnología, los pilotos tienen mayores oportunidades de avanzar, con preparación física y concentración en cada carrera, para un mejor éxito.

La Panamericana

BM: ¿Qué lo decidió a incursionar en el rallismo? ¿Cómo se preparó para competir en esa especialidad?

PGI: Al retirarme del motociclismo, empecé a pensar en otro deporte motor y decidí incursionar en el rallismo por su versatilidad de rutas, tanto en asfalto como en tierra. Para mí fue un reto más grande manejar en carreteras, ya que estaba acostumbrado a correr en circuitos, fue entonces que resolví correr rallyes.

La preparación fue la misma que en las motos, con disciplina y dedicación; nos rodeamos de un nuevo equipo, con preparador y mecánicos. Para esto me apoyé en el taller del señor y amigo Alfredo Villa Calleja, uno de los mejores preparadores de coches de carreras en México.

BM: ¿Con cuáles coches participó en las diferentes temporadas? ¿Por qué elegía esas marcas? 

PGI: Elegimos competir con Volkswagen Caribes, después cambiamos a Nissan Hikari, quedándonos a la postre con Volkswagen, ya que el señor Alfredo Villa es especialista en Porsche y Volkswagen; corrimos con los Volkswagen Golf y VR 6, obteniendo dos campeonatos nacionales y dos subcampeonatos.

BM: ¿Puede contarnos alguna experiencia especialmente memorable en la Panamericana? 

PGI: La Panamericana es única en el mundo, y con la participación de tantos países, es algo bonito convivir con los pilotos durante una semana; desde nuestro debut ganamos dos años consecutivos las siete etapas y el primer lugar, con un Alfa Romeo.

BM: ¿Cuáles son los principales retos en esa carrera? 

PGI: El principal reto es ganar, es una carrera larga y agotadora, pues son siete días de competencia y cada jornada es un desafío ganar contra unos pilotos de alto nivel.

El reto más fuerte que arrostré fue haber corrido para el equipo sueco perteneciente al expiloto Mats  Hammarlund, quien es uno de los mejores constructores de autos para la Panamericana con Mats corrí un Volvo y quedé en quinto lugar absoluto.

BM: ¿A qué rivales considera los más difíciles? 

PGI: Todos son difíciles, pues todos son de talla internacional y vienen con el propósito de ganar, con equipos de carreras fuertes y espectaculares.

BM: Vemos que la marca Alfa Romeo le ha dado buenos resultados en la Panamericana, ¿por qué eligió ese coche?

PGI: Platiqué con el señor Alfredo Villa acerca de con cuál coche podría participar en la Carrera Panamericana. Fue gracias a su orientación que me decidí por el Alfa Romeo, por sus características y diseño, que para mi gusto es muy bonito y versátil para el tipo sinuoso de las carreteras por donde se corre la Panamericana.

BM: ¿Prefiere los vehículos europeos? Vemos que en su colección hay también modelos estadounidenses ¿Qué atributos poseen unos y otros?

PGI: Sí, efectivamente tengo un estadounidense Corvette   Z06, pero este es un vehículo para circuitos y no entra en la Panamericana, pues es de modelo reciente.

Por Amael Vizzuett

Fotografía: Luis Carlos Pérez-Gavilán

Scroll to Top