La franquicia de Misión Imposible, es una de las más icónicas en la cultura cinematográfica a nivel mundial. Desde su inicio en 1996, la trama de las historias ha ido superándose a sí misma, con la mejor tecnología, no solo en los gadgets de Ethan Hunt, sino en la propia producción de la película. Siempre buscando los escenarios más impresionantes, las persecuciones que te mantendrán al borde de tu asiento y vehículos que te harán soñar con convertirte en un agente secreto.
Misión Imposible ha hecho de todo, desde entrar al Kremlin hasta escalar a 1,800 metros en las montañas rocosas, teniendo siempre el firme soporte de su productor y protagonista, Tom Cruise, quien hace sus propias escenas de acción, regalándole con esto a la cinta una gama sin fin de oportunidades visuales.
En esta ocasión con la quinta entrega de la saga, Misión Imposible; Nación Secreta, Ethan Hunt debe salvar al mundo, desenmascarando a una organización secreta llamada el Sindicato, pero las Fuerzas de Misión Imposible (MIF) no creen que este exista, dándole la espalda al protagonista y exiliándolo a su suerte.
Este agente secreto no puede quedarse con los brazos cruzados y por su propia cuenta emprende esta misión en Austria, en donde su búsqueda por salvar al mundo del Sindicato lo lleva a distintos países de Europa, con la ayuda de la misteriosa Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), logra recuperar un libro de datos virtual con información sobre los agentes que son parte de esta organización terrorista.
Pero las cosas no pintan como Ethan cree, Ilsa los traiciona para infiltrarse en el Sindicato por cuenta propia, pero Attlee, (Simon McBurney) el líder de esta operación, descubre sus intenciones y la obliga a permanecer dentro del juego.
Sin lugar a dudas, esta película cuenta con una de las persecuciones a alta velocidad más importantes de la saga, a bordo de una BMW S 1000 RR, Ilsa Faust trata de escapar con la información por una carretera de un carril, nuestro héroe Ethan Hunt, va tras ella en un terreno curvo, sin casco y haciendo goce de sus grandes habilidades de motociclista de carreras. Tom Cruise nos regala unos minutos de tensión, angustia pero sobre todo admiración, siendo uno de los pocos actores “Hollywoodenses”, que realizan sus propios stunts y que permiten que la fotografía de la película sea mucho más nutrida, con planos abiertos y cerrados, sin miedo a esconder al doble de acción del actor.
Es una película que mantiene la forma y línea de la franquicia, mujeres hermosas y fuertes, paisajes increíbles en las ciudades más importantes del mundo, tecnología de punta y por supuesto un héroe que una vez más salva a la Tierra de la destrucción.