La R 57 se presentó en 1928 para tomar el relevo de la R 47. En realidad, ambas máquinas tenían mucho en común. El motor de la R 57 era el ya habitual bóxer “cuadrado”, con 68 milímetros cúbicos, que igualaba la potencia del antecesor con 18 caballos de fuerza. Sin embargo, el nuevo modelo ofrecía varios avances, como una transmisión mejorada y un sistema eléctrico perfeccionado.
El sistema de encendido por magneto se mejoró igualmente, con un mayor voltaje y un generador opcional que proporcionaba una iluminación superior. Esta cualidad era muy apreciada durante los años veinte, ya que la calidad del combustible solía ser muy variable. Otro tanto sucedía con las normas de afinación. Por aquel entonces, las motocicletas de tipo deportivo carecían generalmente de luces delanteras y traseras, lo que les daba un aspecto rudo, recio; sin embargo, para 1929 las luces se convirtieron en equipo de normal en todas las BMW. La fábrica de Baviera produjo unas, mil R 57, 700 menos que el modelo R 47. Esta baja en las ventas se debió en parte a su precio, 20 por ciento superior al de su predecesora.