En el mes de enero del 2017, recibí una llama de Roberto Carvajal, amigo motociclista miembro del Moto Tour BMW Club Ciudad de México, A.C., quien es conocido en el mundo del motociclismo de BMW como “El niño explorador”, este nombre lo adquirió porque tiene una profunda habilidad y gran experiencia en realizar viajes en motocicleta que generalmente tienen un grado mayor de complejidad, hasta podría decirse que son épicos.
Me contó sobre el viaje que estaba haciendo de México hacia Alaska, a bordo de motocicletas de Enduro, sin tocar súper carreteras o carreteras principales, todo el recorrido es por caminos Off Road, con el fin de ir descubriendo y disfrutando verdaderamente de la región, conociéndola a fondo y encontrando todas las bellezas y rarezas que son lo que hacen de un viaje, una gran experiencia de vida.
Lleva dos años en este recorrido, durante los cuales, ha hecho varias etapas y rodado muchos kilómetros. Me contó que una de las zonas que más le ha gustado, por su gran cantidad de opciones, paisajes y riquezas naturales, ha sido Colorado, en donde ha dedicado mucho tiempo para recorrer prácticamente todo el estado, cruzando todos los pasos de montaña y paseando por su magnífica geografía en todas direcciones. El estado de Colorado, está exactamente al centro del territorio de los Estados Unidos de Norteamérica, lo cruzan las famosas Rocky Mountains, es un territorio pleno de naturaleza y actividades al aire libre.
Es muy particular, ya que la población es bastante joven, es el estado con menos obesidad del país, y todo el mundo privilegia la vida al aire libre, su naturaleza y geografía tienen mucho que ofrecer a los aventureros. Al poder recorrerlo en diversas etapas, ha conocido no solo el territorio, sino también a mucha gente interesante que le han ayudado a profundizar más aún en esa área, entrando a un circulo virtuoso, en el que a mayor conocimiento, mayor sed de aprender y recorrer.
Uno de estos nuevos amigos, personaje legendario en el mundo del motociclismo del estado, le comento a Roberto, que debería realizar un viaje en snowmobile, es un vehículo que en México no es ni muy conocido ni muy utilizado, pero es un tanto parecido a la moto. Roberto, siempre ávido de aventura y acción, me llamo e invito a compartir esta experiencia nueva para ambos.
Realizamos la planeación normal de un viaje: itinerario, vuelos, presupuesto y lo más difícil las fechas en que tuviéramos un tiempo sin afectar las actividades cotidianas de ambos. Después de resolver la logística, nos organizamos y volamos a Denver, ahí rentamos un vehículo, recorrimos todas las tiendas de outdoors, de deportes, de aventura, (Rei y Bass Pro Shop, etc.) para ver novedades y poder adquirir el equipo o accesorios que nos hicieran falta.
Iniciamos el recorrido hacia el sur, pasando por Colorado Springs, en donde se encuentra la base aérea militar, en la que se dice que el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica tendría un resguardo en caso de que hubiera una amenaza nuclear, después giramos al oeste por las famosas montañas rocosas, pasando varios pueblos pequeños que destacan por su belleza y encanto.
Finalmente después de cuatro horas de recorrido, cruzando paisajes y lugares increíbles, llegamos a nuestro destino, la ciudad que seria nuestro centro de operaciones, Gunnison, es una pequeña ciudad en la cual el amigo de Roberto, Fritz Cadlec, dueño de la empresa Gunnison Motorsport, tiene la distribución de motocicletas para Enduro Husqvarna y de los Snowmobiles Arctic Cat, con los cuales realizaríamos nuestra aventura en la nieve.
Una vez instalados en el hotel, visitamos el pueblo y aprovechamos para terminar los últimos detalles antes de empezar nuestra aventura al día siguiente por la mañana. La lógica indicaba que la preparación seria muy importante, que deberíamos tomar en cuenta el clima extremo y la experiencia previa de actividades en este tipo de lugares.
Consideramos que lo indicado seria utilizar ropa para esquí, complementada con los elementos de protección para Enduro, como el casco y los goggles.
A la mañana siguiente nos presentamos en la tienda de Fritz, quien ya tenía cargado un gran remolque con tres snowmobiles nuevos verde limón (Arctic Cat M800). Son unos aparatos impresionantes, mucho más grandes y pesados que una motocicleta. Afortunadamente eran completamente nuevos y esos nos aseguraba que no habría problema para disfrutar de ellos en plenitud.
Con esquís al frente y una oruga en la parte trasera, estos aparatos, tienen una gran potencia, con la oruga se genera la tracción y el impulso, y con los esquís la dirección, aunque buena parte del manejo y control es con inclinación y balance del cuerpo, al igual que en las motos, el peso es definitivo para girar. Iniciamos el recorrido rumbo a la zona que se llama Crested Butte, es un área de esquí muy sofisticada en la cual hay pocos extranjeros pero que es muy reconocida por el gran nivel de sus pistas. Un poco antes de llegar a este lugar, nos desviamos hacia las montañas.
Bajar los equipos del remolque, me hizo pensar que sería una acción titánica pero no fue así, curiosamente Fritz metía reversa y brincaba los 90 cm o la distancia que lo separaba del piso como si nada, son unos vehículos increíbles con una potencia impresionante. Son muy pesados pero una vez que están en movimiento se sienten muy ágiles y livianos.
Lo que es bastante difícil de controlar es la relación con la nieve, ya que en algunos lugares es sólida, en otros es firme y en otros es como polvo que cubre completamente los vehículos. En mi caso saber a qué tipo de nieve me iba a tener que enfrentar durante la ruta, fue lo que más trabajo me costo.
En ciertos momentos quienes saben manejarlo van parados o también con una rodilla sobre el asiento y la otra pierna estirada; es una técnica que me costó mucho trabajo llevar a cabo.
Teníamos las inclemencias del tiempo en contra, por momentos caían nevadas no tan frías y en otros el frío llegó a menos 30 grados centígrados. Se trata de una experiencia completamente diferente, el manejar moto no asegura que uno pueda manejar bien estos vehículos.
En algunos momentos llegué a la desesperación de estar todo el tiempo clavado en montones de nieve, tratando de resolver como sacar el snowmobile.
Después de algunas horas uno se da cuenta de que como en todo hay mucho que se aprende con la experiencia, y mucho es maña, afortunadamente Fritz invitó a dos de sus amigos para que nos acompañaran, ver gente experta nos ayudó mucho, desde entender la técnica de manejo hasta desenterrar los equipos en ciertos momentos cargándolos.
Lo más increíble de la experiencia es no solamente estar con amigos o con equipos nuevos de tan alta calidad y capacidades, sino la relación que estableces con la naturaleza.
Las montañas de Colorado, los bosques, ver los paisajes con el reflejo sobre la nieve; son algo que verdaderamente hay que vivir por lo menos una vez en la vida. Toda una experiencia agotadora pero muy emocionante.
También visitamos Black Canyon, un parque nacional que tiene un cañón con un río al fondo, el cañón asemeja a una serpiente negra debido a que es de algún tipo de granito muy obscuro, de ahí el nombre de Black Canyon.
En este lugar realizamos por primera vez una caminata utilizando raquetas de nieve o snowshoes. lo principio pensé que sería muy cansado y complicado, pero en unos cuantos minutos uno se adecua a tener que caminar levantando un poco más de lo normal los pies y funciona muy bien, dan bastante soporte y no es nada dificil, teniendo en general una gran experiencia.
Estoy muy agradecido con Roberto porque como de costumbre, el viajar con él ayuda no solo a aprender cosas interesantes, sino a vivir experiencias nuevas y que seguramente nunca se olvidan.