La protección contra los elementos
La mujer motociclista, con buen o mal tiempo, se halla siempre expuesta a la intemperie; no cuenta con una carrocería que la proteja de los elementos, ni contra los posibles percances. Ya en los números anteriores de Boxer Motors hemos hablado acerca de los cascos, guantes y botas, por lo que nos abocaremos a los trajes y a sus características.
La experiencia acumulada durante muchas décadas se conjuga con la tecnología de vanguardia en los actuales atuendos para la mujer motociclista. Como en los tiempos precursores, el cuero sigue siendo insustituible para proteger a la viajera contra las fricciones. Sin embargo, los atributos de este material se han perfeccionado notablemente. Un ejemplo es el traje Atlantis 4, confeccionado en cuero vacuno nubuck, muy suave al tacto. El traje garantiza completa impermeabilidad gracias a las bandas que recubren todas las costuras; también las cremalleras externas cuentan con protección que evita las filtraciones de agua. Así la conductora se protege contra la lluvia, que puede provocar trastornos muy graves, capaces de comprometer su integridad física.
El cuero nubuck casi no absorbe el agua, por lo que no se vuelve pesado; además se seca muy rápidamente. Desde luego, para las competencias en general, los uniformes son de cuero, con protecciones reforzadas en los ángulos más expuestos del cuerpo.
Los trajes textiles no han avanzado menos que los de cuero y ofrecen otras prestaciones gracias al desarrollo de tecnologías como la membrana inteligente, que permite que las dimensiones de sus poros se aumenten o se reduzcan de acuerdo a las condiciones ambientales.
Esta solución conserva las propiedades impermeables de las prendas, que también amparan a la viajera contra el viento, pero al mismo tiempo le permiten transpirar con libertad, lo que evita la sofocación y la incomodidad en condiciones calurosas; si el tiempo es frío, los trajes textiles con estos atributos, como el Streeguard 3 uno de los más seguros del mercado contribuyen a evitar la hipotermia.
Uno de los enemigos de las motociclistas es la radiación ultravioleta; este problema se soluciona con el novedoso material coldblack, que refleja hasta el 80 por ciento de la luz solar. Así se ayuda a la prevención de los daños a la piel, entre ellos, el cáncer. No se debe olvidar que la piel femenina es más delgada y posee menos glándulas sebáceas que la masculina; por ello es importante proporcionarle la mejor protección.
Existen también trajes especiales para el verano, con tejidos que permiten el paso del aire, a fin de refrescar a la conductora durante las travesías. El modelo Airflow es uno de los más confortables en esta clase.
En el mercado hay unos modelos más económicos, de material sintético impermeable y con revestimientos térmicos que se pueden remover fácilmente cuando hace calor. Un ejemplo es el modelo Tourance 2, que se fabrica en colores vistosos, fáciles de ver a gran distancia, lo que constituye un factor de seguridad.
El principio biónico de la piña de abeto es otro de los avances de los modernos trajes de carretera, como el Comfort Shell. La superficie del material se compone de escamas que reaccionan ante el calor abriéndose; ante el frío se cierran, por lo que el conjunto se ventila en el verano y, en cambio, aísla a la conductora durante los días fríos.
Toda motociclista debe considerar los factores que habrá de encontrarse durante sus travesías, a fin de que seleccione el equipo más adecuado. Por fortuna, el creciente interés de las damas en este deporte ha estimulado a los fabricantes para que ofrezcan unos diseños más acordes a la anatomía femenina. Se trata de un campo que puede llegar a interesarle seriamente a los diseñadores, tan presentes en otras disciplinas.