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Mariana Yáñez Corazón Rarámuri

En los confines de la existencia, donde la majestuosidad de lo auténtico encuentra su morada, se alza una figura inquebrantable, una fotógrafa que desafía los límites de lo convencional para abrir un portal que nos conecta a las maravillas que han permanecido ocultas de las comunidades indígenas.

En los confines de la existencia, donde la majestuosidad de lo auténtico encuentra su morada, se alza una figura inquebrantable, una fotógrafa que desafía los límites de lo convencional para abrir un portal que nos conecta a las maravillas que han permanecido ocultas de las comunidades indígenas.

Una artista incansable que se adentra en la complejidad de las comunidades indígenas, para poder plasmar con su lente las vivencias y costumbres de un maravilloso mundo escondido.
Armada con su cámara y una gran determinación, ha dedicado su vida a preservar las tradiciones ancestrales que conforman la diversidad cultural de nuestro planeta.

Con la dicha de poseer las habilidades innatas para capturar el espíritu humano en sus fotografías, estas nos invitan a sumergirnos en un mundo lleno de colores, texturas y emociones, donde cada imagen nos cuenta una historia y cada historia es capaz de despertar nuestra imaginación.

Nacida en la Ciudad de México en el año 1968, dotada de una visión creativa y una pasión sin igual, esta prodigiosa alma se adentra en las profundidades de su ser para emprender un viaje interior que trasciende las fronteras de lo común.

Con un gran talento para la fotografía, Mariana Yáñez es una maestra del arte visual, se ha dedicado a capturar la esencia, la magia y trascendencia de los pueblos originarios.
Desde 2011, su camino ha estado entrelazado con el documentalismo fotográfico, enriqueciéndolo con su enfoque en los pueblos indígenas.

Con un gran talento para la fotografía, Mariana Yáñez es una maestra del arte visual, se ha dedicado a capturar la esencia, la magia y trascendencia de los pueblos originarios.
Desde 2011, su camino ha estado entrelazado con el documentalismo fotográfico, enriqueciéndolo con su enfoque en los pueblos indígenas.

En su incesante búsqueda de la autenticidad, Mariana Yáñez se ha convertido en una embajadora de las etnias de México, y del mundo entero, alzando su bandera con orgullo y respeto.

Cada edición publicada de sus obras trasciende los límites de la mera expresión artística, ya que se convierte en un faro de esperanza y apoyo para las comunidades que ella tanta ama.

Su labor incansable ha sido reconocida y honrada con el prestigioso título de Doctoral Honoris Causa en el año 2022, un tributo merecido a su dedicación y constancia.

El equipo de Boxer Motors estando completamente cautivado por su trabajo, dedicación y pasión, tuvo la gran oportunidad de entrevistar a esta fascinante artista.

Boxer Motors: ¿Cómo se inicia tu trabajo de fotógrafa documental?

Mariana Yáñez: Hace más de una década, me aventuré en la tarea de capturar con mi lente los secretos que anidan en las entrañas de las diversas comunidades indígenas; mis pasos me llevaron primero a los misteriosos confines de la Sierra Tarahumara, pero antes de embarcar en esa sagrada morada, ya había plasmado en un libro mi devoción por los colores radiantes que danzan en la esencia misma de México.

Esa obra, fue bautizada como “Colores de México” y publicada en el lejano año de 2003, la misma se alzó como un testimonio vibrante de las comunidades mayas.

Cuando me adentré en las entrañas de la Sierra Tarahumara, fue que mi espíritu aventurero se desbocó y se entregó sin reparos a la búsqueda incansable de la verdad oculta tras la cultura de la magnífica etnia rarámuri.

Fue allí donde realmente toda mi curiosidad y el anhelo de obtener más conocimiento se desataron en toda su magnitud, impulsándome a emprender una investigación profunda y exhaustiva, con el fin de capturar en mi lente los más inefables secretos que anidan en el corazón mismo de esta comunidad indígena.

Y aunque la tarea se presentaba colosal y abrumadora, la belleza inenarrable, con la que innegablemente cuenta la Sierra Tarahumara, fue la chispa que encendió en mí el fuego eterno de la pasión por la fotografía documental.

En un giro sublime de propósito y significado, este proyecto trascendental se revela en toda su grandiosidad y nobleza, pues, con las alas de la generosidad y la solidaridad, las utilidades provenientes de la venta de mis libros se convierten en bálsamo sanador, rayo de esperanza que alcanza las comunidades más necesitadas de la majestuosa Sierra Tarahumara.

BM: ¿Puedes contarnos qué fue lo que más te enamoró o impactó de la cultura Rarámuri, hasta el punto de crear este gran proyecto?

MY: En el umbral de mi primer encuentro con la cautivadora cultura rarámuri, fui testigo de un revelador despertar, entre todas las etnias que he tenido el privilegio de fotografiar: con su enigmática hermeticidad, sobresalen en su resguardo celoso.

Ellos, de forma incansable, han buscado proteger su comunidad, alejándose de la civilización, sumergiéndose en las montañas, y, lamentablemente, esta elección ha conllevado una carga pesada: la sombra de la extrema pobreza se ha cernido sobre algunos de ellos.

A cambio de hacer tal sacrificio, han logrado preservar sus tradiciones ancestrales, así como mantener su cultura imperecedera y su idioma místico, no obstante, en paralelo al inquebrantable esfuerzo por mantener su identidad, algo se desvanece en el horizonte. 

Como ocurre en otras comunidades originarias de México, los jóvenes son atraídos hacia las ciudades en busca de oportunidades que la montaña no puede brindar. Y así, poco a poco, el amor por sus raíces se desvanece en los vientos urbanos.

Es en este contexto que la importancia de tomar acción se torna imperante, mi trabajo, aunque sea apenas un humilde grano de arena, se alza como una voz en el coro de aquellos que anhelan preservar nuestra invaluable cultura. Pero si juntáramos nuestros esfuerzos, si entrelazáramos nuestras voluntades, seriamos capaces de tejer un manto protector mucho más vasto.

BM: ¿Cuánto tiempo se invierte en crear un proyecto de principio a fin?, ¿qué tan sencillo es adaptarte a estos cambios de vida, rutinas, etcétera?

MY: Cada proyecto se lleva a cabo en tres etapas muy distintivas, en la primera, me aboco a investigar de una forma exhaustiva la cultura y las peculiaridades de la etnia que me interese capturar; esto es, con el propósito de establecer fuertes vínculos de confianza con ellos antes de siquiera pensar en tomar alguna fotografía. 

Es entonces que yo nunca robaré imágenes… convivo con ellos hasta que logro que se sientan cómodos en mi compañía; por eso es que dedico tanto tiempo a crear un ambiente de complicidad y armonía que me permita obtener los mejores resultados.

Posterior a esto viene la segunda etapa del proceso, es una labor de creación que implica varios meses de trabajo en oficina, durante los cuales edito y diseño el libro que será publicado, ya que yo misma me desempeño como casa editorial.

En la tercera etapa, acudo a empresas solidarias que apoyan la causa y adquieren los libros, con el fin de obtener recursos que me permitan brindar valiosa ayuda a las comunidades más necesitadas de la etnia en cuestión. Es así que, a través de mi trabajo, puedo no solo capturar la esencia de estas culturas, sino también contribuir a su preservación y bienestar.

BM: ¿En qué proyecto estás trabajando ahora?

MY: En este año, me embarco en un proyecto colosal en las tierras de Cuatrociénegas, en el imponente estado de Coahuila. Este proyecto titánico no solo persigue la noble tarea de divulgar y promover este rincón bendecido por la naturaleza; va mucho más allá, buscamos erigir un bastión de apoyo sólido para la conservación de esta región, el rescate de su río vital y los humedales que le confieren de un encanto indescriptible.

En un acto de profunda convocatoria, logré reunir a los líderes sagrados de la Nación Ndee, los auténticos custodios de estas tierras ancestrales que hoy en día están al filo de la extinción. Son conocidos como apaches, aunque debemos recordar que tal denominación dista de ser precisa y respetuosa.

Ellos nos aportarán su sabiduría ancestral y compartirán la riqueza cultural de cada rincón de esta tierra sagrada. Este libro, más allá de su innegable valor cultural, emerge como un faro luminoso en la vastedad del desarrollo sostenible. Sus páginas, impregnadas de un conocimiento ancestral, se erigen como una guía indispensable hacia la armonía entre el ser humano y su entorno natural. En este crisol de tradiciones y progreso, encontramos la semilla del cambio, el trampolín que nos lanzará hacia una visión más respetuosa y sostenible del futuro de esta región.

Sus libros como un puente de ayuda

Yo inicié mi trabajo de fotografía documental en comunidades indígenas hace aproximadamente once años y publiqué, antes de llegar a la Sierra Tarahumara, el libro “Colores de México”, en el 2003; en este tuve un acercamiento con comunidades mayas a las que pude fotografiar; después llegué a la Sierra Tarahumara y ahí nació el interés de hacer una investigación mucho más profunda por la etnia Rarámuri. El proyecto de ‘Corazón Rarámuri’ es para homenajear nuestras raíces y brindar ayuda a las comunidades tarahumaras más necesitadas. Todos mis libros son un puente el cual tú utilizas para poner tu granito de arena.

Sigue a Mariana Yañez en todas sus redes como:

Facebook: Mariana Yañez

Instagram: @marianayanezc

Sitio Web: https://marianayanez.com/

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