La R 18 Dragster de Roland Sands Design
Roland Sands es conocido por sus diseños arriesgados con una clara influencia de los deportes de motor. Combina estilos y no conoce fronteras. Para crear la R 18 se ha inspirado en las carreras de aceleración de su padre; Ha reducido la potente Cruiser a lo esencial y se ha centrado en obtener la máxima velocidad en tramos rectos. El resultado es una dragster de líneas rectas con el icónico motor Boxer, la R 18 Dragster.
Un diseño que no conoce fronteras
Roland Sands es conocido por combinar estilos y crear géneros nuevos. Siempre se empieza haciendo un boceto. En él se aproxima a la forma original de la moto y comprueba las posibilidades de su geometría. “Al final, cuando le damos vida al boceto, es cuando se produce la magia”, afirma el diseñador. Cada nueva moto personalizada supone todo un proceso de aprendizaje, incluso después de haber personalizado más de 200 motos. “Queremos entender cada vez un poco más el género con el que trabajamos. Esto es clave para conseguir que el resultado sea auténtico y funcional”, explica
“Mi padre corría en carreras de aceleración”, explica Roland Sands. Creció rodeado de motos únicas y, después, participó en carreras durante 10 años. Esto lo inspiró para “reducir la moto a lo esencial, darle la forma adecuada para que corra a gran velocidad en tramos rectos.” El objetivo era conseguir una dragster de líneas rectas con un Boxer grande y potente a modo de núcleo. Para lograrlo, Roland Sands y su equipo desmontaron completamente la R 18 y le dieron una forma totalmente nueva. El resultado, la R 18 Dragster.
El equipo de Roland Sands quitó la amortiguación y unos 23 kg de peso del bastidor y el balancín de la rueda trasera. De esta forma, consiguen bajar un poco la altura de la moto y le dan el aspecto rígido de una Dragster concebida para grandes velocidades. Se ha mantenido la longitud original de la moto con la línea cruiser clásica de frontal alargado hasta la rueda trasera. El frontal es el de la BMW Superbike S 1000 RR que proporciona a la moto un destacado aspecto deportivo.
“La parte más complicada fue, sin duda, la electrónica. Como habíamos añadido un inyector de óxido de nitrógeno, habíamos retirado el escape de serie y habíamos cambiado la toma de corriente de forma drástica, todo era un gran experimento. Pero lo hemos conseguido”, explica Sands.
Después de tres meses de trabajo, la potente R 18 Dragster pudo, por fin, pisar el circuito y mostrar todo lo que puede ofrecer el imponente Boxer grande.