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Vanessa Ruck, “The Girl On A Bike”

Un mundo que creó de la nada hace unos cuantos años que se convirtió en un éxito conocido como “The Girl On a Bike”.

Vanessa Ruck, nacida en Inglaterra; es una mujer que hace unos cuantos años no era escuchada, ni figuraba en el medio del motociclismo.

Hasta su juventud fue amante de la equitación, después, deportista de alto rendimiento, obsesionada con practicar deportes extremos como Kite-Surf, bicicleta de montaña, Windsurf y toda aventura que se le cruzara por el camino, exigiendo extraordinaria fuerza física, agilidad y habilidades que son generadoras de endorfinas, ese elemento químico que esas disciplinas generan adicción y pasión por llevar el cuerpo físico al extremo.

En el 2014 regresando de su trabajo en bicicleta, un auto que no respetó el semáforo fue el causante de un accidente que en un segundo dio fin y vuelco a una vida. Impacto en seco contra un auto, fracturándose hombro y cadera. Al ser llevada y evaluada al hospital, un mal diagnóstico y error en un médico la enviaron a su casa afirmando que eran solo contusiones y lesiones que sanarían con el tiempo. A pocos días tuvo que ser ingresada de urgencia.

Este túnel oscuro y frío, fue el escenario perfecto para buscar una alternativa y aliciente en medio de un torbellino de duda. Momento que sugirió a su esposo comprar una moto. Propuesta alocada y sin fundamento. Su única experiencia y relación con motocicletas fue años antes con una motocicleta que uso como medio de transporte por un año. “The Gir On a Bike” empezaba ya a gestarse.

Con esa premisa y el apoyo de su esposo, un militar. La motocicleta fue el remedio no médico de llevarla a exigirse y darle un sentido nuevo a su vida.

Sin duda esta entusiasta y figura reconocida hoy día en el motociclismo es un ejemplo de resiliencia pura, con siete cirugías al día de hoy, bien dice habrá unas cuantas más en un corto plazo. Eso no la frena ni desalienta para seguir entrenando y ganándose un lugar en la élite del motociclismo, Hard Enduro, Trial.

Un mundo que creó de la nada hace unos cuantos años que se convirtió en un éxito conocido como “The Girl On a Bike”. A Vanessa no hay límite ni obstáculo al cual le huya en cuanto al estilo, tamaño y cilindrada de motocicleta que se le cruce de frente. En un viaje a USA rentaron unas motos para rodar en la icónica ruta 66, fue un idilio que inició con la marca. Su preparación para enduro la llevó a implementar entrenamientos muy originales y auténticos, cortar madera, mover cerros de tierra, hacer la mecánica en sus motocicletas, cronometrar el cambio de llantas, le ha dado un espacio singular al no ser la modelo que solo sabe rodar y competir. Su competencia inicia en el garaje de su casa. En el segmento de doble propósito no fue más que perderle el miedo a primera vista, donde ha sido un éxito por su historial de ciclismo de montaña y enduro. Al paso que le toquen no se achica, esta inglesa aguerrida a vivir a full.

Todos estos logros tienen una mente que entiende y valora el entrenamiento previo y esa parte tras el escenario que pocos ven o pocos quieren llevar a cabo. Su entrenamiento con la modalidad trail le llevó a conseguir ese balance y control que en la competencia es increíble ver qué esta aguerrida Inglesa hace unas cuantas lunas estaba postrada en una cama, deprimida y sin sentido a la vida.

Ver sus videos viajando en Bolivia, metiéndose en vericuetos y problemas con tal de exigirse más de la cuenta, son su generador de adrenalina y necesidad de conseguir más, aunque más tarde tenga que pagar la factura con dolor crónico.

Él enduro inició como una pasión por lo que se conoce en Inglaterra como (Greening), rodar, al contrario, como bien muestra en su página y habla abiertamente de una condición más que es un obstáculo a vencer. Vanessa quiere mostrar un lado real y crudo, sin maquillaje.

El trabajo que lleva en convertirse en un motociclista de alto rendimiento y el precio que hay que pagar por ello, el conocimiento que se tiene que adquirir mecánicamente, la parte sucia y lodosa de la realidad, ya que, hoy en día, en este mundo tan efímero de redes sociales, pareciese haber una gran parte tóxica que no muestra el trabajo que conlleva para capturar una fotografía, un instante espectacular por mucho editado.

Pero su accidente no es el único obstáculo que Vanessa ha tenido que superar, si hablamos de afecciones en la piel, Vanessa padece vitíligo, que es de carácter hereditario y provoca que el sistema inmunológico trabaje contra sí y elimine la pigmentación de la misma causando manchas blancas.

En Vanessa, se encuentra presente en manos, pechos, espalda y piernas, haciendo de “The Girl On A Bike” un distintivo más de ella, que aprendió, al paso del tiempo, a amar su cuerpo y aceptarlo tal cual es. Afortunadamente, a diferencia de muchas afecciones cutáneas, el vitíligo es meramente estético y no conlleva mayor riesgo más que el de ser más propensa a daños en piel por el sol debido a que no tiene melanina.

Si bien, el vitíligo es una condición que no daña, los comentarios y miradas de la gente sí, sobre todo cuando se es niño, un obstáculo más que Vanessa tuvo que sortear, pues; en su momento no podía verse en un espejo, le afectaba mirarse distinta a los demás; algo de lo que aprendió con el tiempo a aceptar y amar y convirtió en una fortaleza.

Aquellas personas que no se sienten seguras de sus cuerpos pueden, encontrar en ella una figura empoderada, que afirma que si se es mamá, papá, abuelo, hermana o hermano, se debe enseñar a las generaciones más jóvenes de la familia qué es el vitíligo, ya que la comprensión ayudaría a muchas otras personas que aún no han encontrado la fuerza para mantenerse firmes con la piel.

Sin embargo, también sabe que mucha gente desea camuflajear sus manchas blancas, cosa que ella misma hace, por lo que da consejos de la manera de hacerlo de forma estética y sin daño en la piel a través de su sitio thegirlonabike.com

La vida parece no cansarse de poner extremas pruebas en Vanessa Ruck, y ella luce feliz de recibirlas si es que de ello obtiene un aprendizaje.

Una vez vista finalizada la entrevista, solo queda preguntarle, ¿dónde está el límite?, ¿hasta dónde llegan las expectativas?, su respuesta es clara y contundente. Hasta el límite…

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