Saltó al mundo del modelaje a pesar de padecer vitiligo, una enfermedad que despigmenta la piel. En el caso de Winnie es más llamativo porque es negra y las manchas en su piel resaltan más.
Por la falta de producción de melanina, la modelo tiene parches claros en las rodillas, los muslos, las manos, los antebrazos, el torso, alrededor de la boca y la nariz y sobre los párpados.
“A medida que fui creciendo, se fue complicando. Cuanto más grandes son los chicos, se hacen más crueles, y sufrí intimidaciones de gente que me llamaba cebra o vaca”, confesó la modelo.
Nacida en Toronto, Canadá, en el seno de una familia humilde, la vida de Winnie Harlow –cuyo nombre artístico es Chantelle Young Brown– no fue nada fácil. Con apenas 4 años de edad fue diagnosticada con vitiligo. Por la falta de producción de melanina, la modelo tiene parches claros en las rodillas, los muslos, las manos, los antebrazos, el torso, alrededor de la boca y la nariz y sobre los párpados. Desde entonces su vida se transformó en una eterna batalla: soportó el constante bullying en la escuela y tuvo que aprender a fortalecer su autoestima.
“A medida que fui creciendo, se fue complicando. Cuanto más grandes son los chicos, se hacen más crueles, y sufrí intimidaciones de gente que me llamaba cebra o vaca”, confesó la modelo, que sufrió depresión e intentos de suicidio. Pero con el tiempo y la ayuda de su familia comenzó a aceptarse y ver su enfermedad como algo que le podía jugar a favor. Así decidió lanzarse al mundo fashion en su país natal.
Al principio no todas las marcas la aceptaban tal como era y ella sabía que no iba a funcionar en cualquier proyecto.
“En su primer desfile, el maquillador se me quedó mirando y me dijo ‘¿Ahora qué se supone que voy a hacer?, tendré que esconder las manchas’, y en ese momento me levanté y le hice ver que no tenía que cubrir mi piel: ¡ésta soy yo!, cuenta Winnie.