Lo más parecido a la libertad
BM: ¿Qué es para ti el viaje en moto?
BALAM: El verdadero viajero en moto, el viajero de hueso colorado, cumple con tres requisitos: piensa en viajar en moto, habla de viajar en moto… y lo más importante, viaja en moto.
La mayoría de los motociclistas cumplen con los primeros dos y sueñan con el tercero. No conozco a ningún motociclista que no sueñe, aunque sea en la regadera, con realizar un gran viaje en moto. Es más, hay gente que nunca en su vida se ha subido a la moto, y quiere emprender un viaje épico en una.
La moto es el vehículo de los viajeros rudos, de los viajeros de corazón… los herederos de la tradición de los pioneros que lo hacían a caballo. Así, el viaje en moto es para mí un modo de vida. Un hermoso, incómodo, sufrido y glorioso modo de vida.
BM: Si todos los motociclistas tenemos ese sueño, ¿por qué no todos lo realizamos?
BALAM: ¡Pues porque no tenemos permiso! Cuando les dije a mis cuates del Mototour BMW que me iba a ir en moto a Bolivia, se rieron de mí. Les dije: “No me gusta trabajar porque me quita mucho el tiempo” y pensaron que era un chiste. Pero no. En verdad el trabajo es a veces una cárcel infernal.
Luego está la familia, las novias o los novios, los hábitos, las rutinas… y los millones de pretextos, intelectualizaciones y justificaciones para no cumplir nuestros sueños.
BM: ¿La moto es para ti un escape?
BALAM: No, para nada. Ya no tengo necesidad de escapar, me creé un modo de ganarme la vida que me permite tener mucho tiempo libre. La moto es para mí una forma de expresión.
Viajar es un arte difícil de dominar, ¿sabes? Porque un viajero no es un turista.
El turista sale de su casa, se pasea por un tiempo que puede ser más o menos largo, pero siempre tiene una casa adonde volver. El viajero, por el contrario, no tiene casa; la moto es su casa.
El viaje mismo es su hogar, su modo de ser, su forma de estar en el mundo. Te digo esto porque lo experimenté en carne propia. Cuando dejé de pagar la renta de mi casa en Valle de Bravo, algo en mi interior cambió.
Mi vacación, que en ese momento tenía 11 meses de edad, se transformó de pronto en un viaje sin fecha de caducidad y sin destino. Me di cuenta de que la libertad es aterradora, fascinante y adictiva; indispensable para la salud del corazón y de la mente.
…“no me puedo morir hoy, porque si no puedo morirme viendo las estrellas prefiero no morirme aún”…
BM: ¿Cómo se prepara uno para un viaje así?
BALAM: Lo primero es aprender a manejar off road; tienes que tomar una clase con mi hermano Gerardo (ríe). Manejar en tierra es una habilidad indispensable en la moto viajé; no importa que pienses hacerlo en una Harley, lo segundo es aprender a reparar tu moto solita.
No hay otra preparación realmente. Puedes ir a cualquier parte, en cualquier moto, con cualquier equipo y a cualquier edad, conocí en Argentina, tipos que viajaban miles de kilómetros en motos de 150 cc, con su ropa envuelta en bolsas de basura, conocí a una familia de neozelandeses que llevaban viajando un año y medio desde Alaska a Ushuaia; el papá llevaba de pasajero al niño de nueve años y la mamá al de siete.
Conocí a un inglés que viajaba en una MZ Panther a los 72 años por Insisto, lo único indispensable es pasar del pensar y el hablar al hacer, súbete a la moto y pícale al botón de “start”… Si puedes hacer eso, puedes ir al fin del mundo, si yo lo hice, cualquiera puede.
BM: ¿En qué moto te fuiste a Sudamérica?
BALAM: En otra KLR más vieja que la anterior, me gustan las monocilíndricas: son sencillas de reparar, ligeras, lentas, la KLR tiene además la virtud de ser fea, nadie te la va a robar… en lugar de causar envidia, causas lástima y eso es muy bueno viajando, la gente te siente más cercano, más… humano, digamos y está más dispuesta a echarte la mano.
BM: ¿Qué más puedes decirles a nuestros lectores?
BALAM: Pues… que si pueden juntar 300 mil pesos se pueden ir tres años a viajar por Sudamérica sin necesidad de trabajar. Si saben andar en moto y no han hecho un viaje internacional, no saben divertirse; que la familia nunca le estorba a uno para hacer lo que quiere, generalmente es al revés; que nadie nació para trabajar y obedecer; que hay de verdad gente en el mundo que no quiere venderte nada; que la moto es, sin duda, el mejor invento del hombre. Que tiren su coche a la basura y se pongan a rodar… ¡Ah! Que puedes comprar la moto… el espíritu motero no.