Cuando Bernhard Naumann comenzó a trabajar por primera vez en una R nineT para BMW, no partió de los bocetos iniciales, ni se sentó a delinear el alcance, la topografía o el perfil de lo que quería que fuera esta construcción personalizada.
De hecho, comenzó como siempre lo hace con sus creaciones únicas: primero desmanteló la moto, luego trabajó en partes y piezas y vio emerger el producto final, y solo se detuvo en los bocetos en papel para ayudar al proyecto a avanzar. Está en su fase más intensa, e incluso entonces, es ‘más un caso de experimentar con variaciones’.
“En realidad no tengo ninguna inspiración fundamental. Desarmo las piezas originales y luego se me ocurre algo a partir de un lienzo en blanco”, admite Naumann en un comunicado de prensa de BMW Motorrad. “Para este proyecto, comencé a principios de año y realmente tuve que pisar fuerte, porque sabía que el tiempo sería escaso”.
“Él no percibe su versión de la R nineT como una moto personalizada, sino como una moto conceptual y una “oportunidad” Explica el ganador del premio de diseño Willie G. Davidson.
“La broma sobre esto para mí es que BMW recurrió a un individualista y quería que construyera una versión no estándar”… creando en su lugar “una máquina que fácilmente podría haber venido de BMW”.
Pero no lo ha hecho, como lo demuestra el hecho de que Naumann aparentemente eliminó casi todo en la R nineT, conservando solo las palancas del freno de mano, el manillar y la horquilla para su construcción.
¿Todo lo demás? Hecho a medida desde cero “de las manos del hombre de hojalata amante del metal”, excepto la electrónica, el sillín y la pintura, porque incluso el artista más inspirado necesita un poco de ayuda externa de vez en cuando. Tin Man es el apodo de Naumann, una fuente de inspiración que usó para el nombre del proyecto, con el proyecto bautizado “Blechmann” que necesitaba un título fuerte para que coincidiera con la personalidad igualmente fuerte de la bicicleta.
En cuanto al nombre de la bicicleta en sí… con bicicletas anteriores etiquetadas como “El ciclista extraño” o “Perro de los Cárpatos”, no nos sorprende esta.
Supuestamente, la gente ha descrito el trabajo de Naumann como “búsqueda del alma en el metal”. Superficies demasiado balsámicas para los ojos, así como ‘’fantasías que cobran vida a través de la forma y la figura”. Cuando se trata de una imaginación activa tan saturada como la de Naumann, nos encanta que lleve sus construcciones más allá de la esfera de la normalidad y desafíe los diseños actuales.