Desde su irrupción en 1986, la BMW K75 S representó para la marca bávara un nuevo triunfo ingenieril: un tricilíndrico longitudinal refrigerado por líquido de 740 cc, 75 CV a 8 500 rpm y par de 68 Nm a 6 750 rpm, con inyección electrónica Bosch LE-Jetronic y una compresión de 11:1. Aquella “S” enfocada al sport-tourer introdujo suspensión reforzada, carenado semifrontal, freno trasero de disco y rueda trasera de 17”, rasgos que le dieron una agilidad singular frente a su hermana K100.
En Boxer Motors, celebramos su equilibrio entre confort para viajar y carácter dinámico, con consumo moderado (unos 4 l/100 km) y autonomía notable. Fabricada entre 1986 y 1995 con alrededor de 18 649 unidades, supuso un salto técnico clave frente al dominio japonés. Hoy, su fiabilidad legendaria, su motor casi libre de vibraciones gracias al contrapeso y su sonido distintivo la convierten en pieza valorada por los coleccionistas que buscan diseño técnico, nobleza de marcha y herencia BMW auténtica.