Recordando a Nuestro querido amigo Jaime Chalita Sojo, Motociclista independiente, vendedor, y promotor entusiasta de las primeras BMW en nuestro hermoso México.
(28.01.1949 – 30.12.2020)
El concepto del motociclismo de turismo vino a revolucionar las necesidades, y los gustos de los pilotos, desde la movilidad de transporte, el trabajo y del mismo gusto por conocer el mundo arriba de una motocicleta.
A lo largo de la historia se han sumado personalidades que han aportado al mundo del motociclismo su granito de arena, y hoy hacemos un reconocimiento a Jaime Chalita Sojo. Un Motociclista entusiasta y apasionado, por su esfuerzo y dedicación a este maravilloso mundo de las dos ruedas, uno de los pioneros que apoyó a la introducción y la venta de las motocicletas que hoy en día se convirtieron en uno de los iconos de los Moto turistas, más deseadas por estos pilotos, me refiero a las motocicletas BMW.
En sus inicios, a los 7 años, Chalita recibió de su padre el Sr. Alfredo Chalita uno de los regalos más significativos de su vida, su primera motocicleta italiana 60 c.c., apretó el manillar sin lograr sentarse por lo alto del asiento y su corta estatura de su edad, inició manejando de pie solo con el consejo de su madre diciéndole que mantuviera el equilibrio, subió por primera vez a un vehículo de dos ruedas, quedando cautivo el resto de su vida.
En su juventud, a finales de los años sesenta su trayectoria en el motociclismo de competencia le daba frutos, ganando premios en las diferentes pistas como el circuito Valparaíso del estado de México, también en el circuito de la pista de los hermanos Rodríguez, en óvalos y circuitos en la ciudad de Houston Texas, en la pista de ciudad Satélite, en el óvalo de Copilco etc. Chalita impulsado por su padre y el apoyo de todo el grupo de jóvenes amigos con los que corría se adecuaban a la época, con su pantalón de mezclilla, botas y guantes, aprendían, disfrutaban y hacían su propia historia.
A bordo de su motocicleta de dos tiempos, como se usaba en los años sesenta, corría ganando experiencia en los diferentes tipos de manejo y marcas disponibles de la época.
En 1972, recién casado con Paz, su esposa, y con el apoyo de su familia, abrió su propio negocio de Motocicletas inglesas, iniciando su carrera de vendedor o asesor para el pequeño grupo de usuarios que podían tener acceso a estas Máquinas.
Seis años más tarde, en 1978, con mucha más experiencia en las ventas, inició su trabajo con Bavaria Motors ubicada en Tlalpan.
En 1982, durante la presidencia del Lic. José López Portillo, debido al cierre de fronteras, se suspendió la venta de motocicletas y cerraron parcialmente el negocio. En este tiempo se dedicó a vender motocicletas usadas, siempre asesorando a sus clientes para encontrarles la máquina de acuerdo a sus necesidades y características.
En 1988 colaboró en una empresa llamada Grupo Mompa, muy famosa en esa época por su excelente servicio, abriendo la tienda con cuatro motocicletas y haciendo lo que mejor sabía hacer, vender motocicletas, entregando la tienda con 90 unidades y convirtiéndola en la mejor tienda del grupo de la República Mexicana.
En 1990 colaboró en otra agencia, “Ferbel Norte” en satélite, continuando su trayectoria como promotor en Manzanillo y Tucumán, Colima, donde llevó tres marcas japonesas y también Carabela. Regresando dos años después a la ciudad, ya que el producto que se vendía eran Scooters de cilindrada pequeña. No era su segmento, extrañaba las motocicletas de grandes motores y decidió abrir un taller en sociedad en el año de 1992 ubicado en la calle de Tlacoquemecatl, llamado “Servicio Chalita” una sociedad de la cual se retiró en 1993.
Inició su colaboración como director comercial, y director general en diferentes agencias, lo invitaron abrir la primera tienda Fast Yamaha que al día de hoy es una gran cadena, posteriormente ya como
concesionario en Moto Altavista BMW y en el año de 1999 regresa con la apertura de fronteras a Grupo Bavaria.
Su amigo Eduardo Henkel de la tienda Bavaria, lo invitó a colaborar en la primera agencia de motocicletas BMW.
Logrando lo esperado, a lo largo de varios años, con la colaboración de su equipo de trabajo, logró muchos éxitos en todas las agencias de este grupo. Marca con la que se sintió cómodo por ser motocicletas con tecnología y seguridad para sus ocupantes y eso le dio la satisfacción de vender un producto seguro y confiable, ya que era un motociclista vendiéndole a otros motociclistas, respetando ese código que existe entre el gremio.
Vendía un bienestar a sus clientes, “sus juguetes” como él decía, vendió muchos sueños logrados, muchas ilusiones de personas que creyeron en la marca y en la labor de Chalita, siempre dijo que nunca había vendido ni una sola motocicleta solo por venderla, calculaba haber vendido más de 12 mil unidades a lo largo de su trayectoria.
Su momento cumbre, como lo expresó alguna vez, fue introducir al mercado las motocicletas BMW cuando correos y telégrafos de México las utilizaban como unidades de trabajo, costó mucho esfuerzo, pero cumplió su sueño.
Otro de sus deseos fue que el parque vehicular de motocicletas que rondaba los 4 millones, creciera a 10 millones o más como china o la india en aquel entonces, pensaba que el transporte del futuro por las necesidades era la motocicleta, siempre inculcó hacer cultura, cambiando el concepto para que las autoridades legislaran los derechos y obligaciones para las motocicletas. Como todo motociclista tenía el mismo credo y pensamiento, decía:
— Crea vicio andar en moto, refiriéndose a las satisfacciones inmediatas cuando es tu primera vez, con todas esas sensaciones de adrenalina, libertad, observar los caminos, llegar donde otros no pueden, somos motociclistas, no hay diferencias, religiones, estatus social, dinero, rodando nos encontramos todos.
La mejor motocicleta del mundo es la que vendo en el momento y el mejor motociclista soy yo.
También expresó que nunca pensaba retirarse, si se iba, sería haciendo lo que más le gustaba hacer, montado en una motocicleta, ya que, le habían dado todo lo que tenía en la vida.
Fue en el año de 2010 cuando se retiró de las ventas y se bajó de la motocicleta viajando intermitentemente entre la CDMX y el Estado de Morelos, Yautepec, viviendo satisfecho y en paz de la vida que logró formar con familia.
Un día, antes de partir en compañía de su familia, platicando, le preguntaron qué era lo que en ese momento quisiera hacer, y con esos ojos llenos de ayer les respondió:
Subirme a una motocicleta y fumarme un cigarro… Al siguiente día inició su rodada por la Autopista alta.
Gran ser humano, buen hijo, buen esposo, gran padre, excelente vendedor, buen amigo, gran motociclista.
Infinitas gracias por todo Jaime Chalita Sojo.
Rueda en Paz y buenas rutas.