En el marco del motociclismo BMW, se encuentra un grupo de expertos llamado “Los Oxidados”, este motoclub es especial, ya que se dedica a la exploración fuera de la carretera. Fernando, miembro de este peculiar club, nos relata un poco de su historia que trasciende generaciones.
Él se inició con su moto BMW GS Adven- ture en el 2017; por ser parte de una familia muy motera, la influencia y gusto por las motos no se hizo esperar.
Tratan de salir a rodar muy seguido, ya que es algo que les encanta hacer; salir al off-road, acampar, olvidarse un poco de sus rutinas.
Las habilidades de cada miembro se complementan en conjunto, lo que los lleva a vivir auténticas odiseas, logrando superar cualquier obstáculo que se les presente.
La pasión por las motos nace en este grupo gracias a “Tio Victor”, papá de Chava y Tato, originario del estado de Durango, en el norte de México, quien pertenecía a un motoclub llamado “Los Mala Suerte”. Este grupo de motociclistas se reunía en la emblemática colonia Roma de la Ciudad de México. Incluso en las memorias de esta colonia se menciona a este moto club.
Durante los años de juventud de Tío Victor fue cuando recibió la invitación para unirse a “Los Mala Suerte”. En ese entonces, a Tío Victor le gustaba correr en óvalo, algo que hoy conocemos como “Flat Track”, y llegó a ser campeón nacional, tal y como nos cuentan Fernando y Tato.
Ellos suelen contar una anécdota algo curiosa, Víctor Cartas, padre de Tato y Chava, no había comentado a su familia sobre lo inmerso que estaba en el mundo del motociclismo; se enteraron de una manera muy peculiar, ya que, al leer el periódico, su mamá y hermana se dieron cuenta de que Víctor tenía un secreto muy bien guardado, ya que, no solo estaba corriendo motos, sino que era campeón nacional de este segmento, había participado en carreras en Estados Unidos e incluso era patrocinado por algunas marcas.
Para Tato y Chava “Hijos de Víctor Cartas”, su primer motocicleta fue una Polimatic, donde pasaban largas horas del día disfrutándola. Poco después tuvieron una pequeña Honda, claramente los imaginamos en vacaciones de verano pasando días enteros disfrutando de su gran afición.
Tato Cartas se compró su primera moto BMW a principio de los años 2000. La moto de sus sueños, una GS 650 modelo 2004, era un vehículo de doble propósito, que pese a contar con peso considerable, podría usar en terracería o carretera.
Al principio de sus salidas los comentarios de la gente era que con una moto tan pesada se le complicaría el uso en todo terreno, sin embargo, Tato comprobó que solventaba excelentemente toda la exigencia del todoterreno, en su caso la moto tiene la potencia y peso correcto para hacer desempeñarse en terrenos adversos, Tato se divertía a lo grande demostrándole al mundo que su idea era completamente errónea y que su GS 650 era perfecta para cualquier camino.
En esos años Tato tuvo la oportunidad de viajar a Canadá con su esposa; ahí realizó largos viajes sobre terracería, comprobando nuevamente la funcionalidad de su moto BMW. Algún tiempo después, desafortunadamente sufrió un accidente que lo llevó a estar sin moto por unos cuatro años. Sin embargo, su afición no esperó más y se compró su siguiente motocicleta, rodando de nuevo con su hermano Chava.
El motociclismo es una influencia de gran importancia en la familia, ya que tíos, hijos, primos y sobrinos mantienen esta afición como parte de su identidad familiar, por lo que no es extraño verlos juntos en rodadas, practicando motocross o incluso compitiendo.
Sin duda cuentan con una generación que recuerda con cariño la oficina del Tío Victor, llena de trofeos y reconocimientos, lo que les ha hecho tener esta pasión tan arraigada desde muy pequeños; ellos viven la experiencia de ser un club de motos sin pretensiones, rescatando el origen puro de salir a rodar, ir a la terracería, divertirse, y por supuesto respetando las reglas básicas cuando sales en un grupo.
El Motoclub lleva alrededor de ocho años, aunque, Tato y Chava, tenían ya algunos años de experiencia, con pasión y dedicación le han dado identidad e imagen a su grupo. Además, algo que resuena mucho dentro de sus anécdotas, fue un momento inolvidable, nos cuentan. Una de sus historias más memorables. Cuando Chava participaba en un rally, al momento de hacer su ruta cayó en una presa, hundiéndose por casi un metro de profundidad, el agua le llegaba al pecho.
Con muchas complicaciones lograron sacar la moto del agua; estaban en medio de un cerro, sin muchos recursos. En ese momento tuvieron que desarmar toda la parte superior; sacar bujías, meter mangueras, voltear completamente la moto para extraer el agua.
Era necesario cambiarle el aceite, lavarle el motor; sin embargo, el poblado más cercano estaba a una hora de camino, hicieron toda esta mecánica en medio de la serranía.
Esto les tomó cinco horas para terminar de levantar la moto y echarla a andar; y lo lograron, prendió la moto, una experiencia que para ellos fue muy divertida; el rally pasó a segundo término, siendo la audacia de Los Oxidados recuperando la moto lo que se quedaría grabado en la mente de este hábil motoclub. Es impresionante lo que aguantan estas motos.
En otra ocasión, en el desierto de Baja California, Chava uno de los integrantes del grupo, por desesperación, quemó el clutch de su moto; en el entorno en el que estaban rodando, era muy difícil que no pasara, la arena estaba muy fina. Y en esas condiciones tardaron casi seis horas en salir del desierto. Padecieron el camino sin agua, y en una carrera contra el tiempo, huyendo de la noche.
“Estando en lugares tan remotos sabemos salir del atorón, bajo prácticamente cualquier situación sabemos resolver el conflicto; por la naturaleza del Off-road es vital saber cómo manejar problemas” comenta Chava. Para ellos es parte fundamental de la diversión y del entretenimiento.
Por su experiencia e instinto saben cómo viajar bien preparados, llevan cámaras para los neumáticos, palancas, herramientas, etc.; cuando andan en la terracería, en medio de la sierra, es muy probable que sufran caídas, que pierdan alguna palanca, el clutch; saben estar listos ante la adversidad del todoterreno en medio de la nada. De esta forma, sus rodadas en grupo siempre culminan con grandes sonrisas en sus rostros.
Tato Cartas, como buen diseñador industrial, es un excelente mecánico nato, con gran instinto para solucionar problemas y gusto por diseñar cosas.
Cada persona del grupo tiene una historia que contar, desde Tato, quien demostró que su BMW GS 650 podía enfrentar cualquier terreno, hasta Fernando, quien compartió su pasión por la GS 1200 Adventure. Y aunque sufrieron algunos contratiempos, como el accidente que alejó a Tato de su moto por un tiempo, nunca perdieron la pasión por la aventura y la emoción de rodar juntos.
“Los Oxidados” son el ejemplo de lo que implica ser motociclista BMW: la combinación idónea entre habilidad, pasión, instinto aventurero y determinación, que te lleva a explorar lo desconocido y enfrentar los caminos más difíciles. Si estás buscando una aventura sobre ruedas, no dudes en unirte a “Los Oxidados” y dejar que la pasión por las motos BMW te lleve a lugares inimaginables. ¡Nos vemos en la carretera!