MEXICANOS EN ARIZONA: LA GRAN PRUEBA

Hace algunas semanas, recibí un mensaje de la agencia de relaciones públicas de BMW Motorrad México. En él se me invitaba a la presentación y prueba de dos motocicletas icónicas para la empresa bávara: la R 1200 GS y la R 1200 RT.

Después de establecer el contacto vía correo electrónico, me solicitaron información relacionada con mi experiencia como motociclista y se me dieron las instrucciones para tomar un vuelo a Phoenix Arizona.

En varias ocasiones antes de la fecha del viaje, se me llamó para reforzar la información o para resolver cualquier posible duda.

ORGANIZACIÓN DE PRIMERA CLASE 

Finalmente, llegó el día, tomé el avión, que realizó una escala en Hermosillo Sonora y fue ahí en donde me encontré con el otro mexicano invitado al evento. José Luis Matarredona, personaje muy conocido en el mundo de las revistas de motocicletas y automóviles, debido a que él es quien hace años lanzó al mercado la revista Motociclismo de grupo editorial Televisa, S. A. de C.V.

Precisamente por conocer su largo historial, creí que sería bastante mayor, pero me sorprendió muy positivamente que fuera un hombre joven, notable por su educación, inteligencia, capacidad y conocimientos.

Finalizamos el vuelo y llegamos a Phoenix, en donde con impecable logística nos esperaba un chofer que accedió a llevarnos a realizar algunas compras de último minuto, antes de recorrer durante tres horas una carretera rodeada de montañas, bosques y desiertos, llena de vistas panorámicas impresionantes, hasta la ciudad de Sedona, en donde nos hospedamos en el hotel Enchantement Resort, cuya arquitectura se pierde entre la orografía de las montañas rojas, tan características de ese estado.

Nos esperaba el equipo BMW, que nos dio la bienvenida, con la entrega de un paquete de recibimiento muy completo y un coctel.

Este pequeño acto social facilitó que, quienes no nos conocíamos, estableciéramos relaciones cordiales y así comenzaran las primeras pláticas e intercambios de integración.

Entramos luego a un salón, en el que Roy Oliemuller nos dio la bienvenida y nos presentó a Sergio Carbajal, gerente de producto de BMW North America, quien con todo lujo de detalle enumeró todas las bondades, ventajas y características de la R 1200 GS enfriada por agua.

Detalló los cambios y diferencias con la generación anterior, con un grado de conocimiento y detalle tal, que no puedo dejar de mencionar mi respeto y agradecimiento a la gran labor de Sergio en su trabajo.

Al finalizar la conferencia, hubo una sesión de preguntas y respuestas, comentarios y datos complementarios, cuya información aunada a lo expuesto, enriqueció la ya de por sí muy extensa y completa información.

También se nos dio una presentación de todo lo relativo a equipamiento BMW; dicha presentación estuvo a cargo de Derek Sorenson, quien nos informó detalladamente las características y beneficios que la ropa de BMW ofrece a quienes la utilizan, así como los cambios, modificaciones y mejoras respecto a los modelos anteriores.

Ambas ponencias nos dieron tanta información y tantos datos, que nos generaron una fuerte inquietud por probar en el terreno lo que se nos dijo en un salón, para aprovechar al máximo la gran capacidad de la tecnología aplicada al frenado, las suspensiones, los tipos de control de tracción, las nuevas comodidades, la calefacción, opciones de ABS, ergonomía, maletas, seguridad y tantos y tantos adelantos en los que el nuevo modelo destaca sobre la anterior.

Se nos entregaron en formato digital todos los informes relativos a la presentación y los diversos aspectos mencionados en ella, invitándonos en seguida a una deliciosa y muy esperada cena, durante la cual el equipo de BMW expuso con todo detalle la razón del evento, cómo serían las dinámicas y los objetivos que se esperaba obtener del mismo.

Nos dieron información pormenorizada sobre las actividades de todos los días. Pusieron hincapié en la mañana siguiente, que empezaríamos con el desayuno, e inmediatamente después procederíamos en equipos a salir realizar un largo recorrido en las BMW R 1200 GS completamente nuevas.

Cuando terminó la explicación, nos retiramos a nuestras respectivas cabañas, que estaban diseminadas por un terreno bastante extenso, en medio de una exuberante naturaleza y bien cuidados jardines.

EL GRAN ESTRENO

A la mañana siguiente, el desayuno fue muy práctico: un buffet con numerosas opciones para combinar. Una vez que terminamos, en el mismo salón se nos presentó el plan del día, se integraron los equipos y se designó a los líderes de cada uno.

Se tomaron de inmediato las fotos de identificación; se captaron imágenes de cada piloto con el casco en una mano y un cartel con su nombre en la otra, como siempre, con una esmerada atención por los detalles y con todas las opciones completamente analizadas y resueltas.

Al salir, cada piloto tenía que buscar el número que le habían asignado y encontraba una flamante moto. Inmediatamente se acercaba alguien del equipo de BMW, quien arreglaba las chapas de las maletas, la altura del manubrio, el ajuste al asiento y cualquier otro aspecto o explicación que se requiriera en forma personalizada.

En perfecta formación, de acuerdo al itinerario planteado, salimos uno a uno los grupos, dirigiéndonos a las pruebas en diversos tipos de terreno.

Comenzamos con un corto recorrido sobre la carretera asfaltada, procedimos luego a entrar en terrenos off road, en los que inicialmente recorrimos zonas de arena y otras de grava, en las cuales íbamos probando las cualidades y características de las motos; conforme se requería, modificábamos la suspensión, el sistema de manejo asistido, los frenos ABS, el balance y demás características que hacen de la nueva R 1200 GS, una motocicleta simplemente única en su tipo.

Finalmente, llegamos a un descanso, perfectamente planeado y equipado con todo los elementos que pudiéramos requerir: alimentos, hidratación, medicinas, artículos de aseo personal y cualquier posible necesidad.

Todo ello organizado a la perfección por el equipo de anfitriones, en la mina Golden King, curioso lugar que ha dejado de funcionar como mina, y es ahora una importante atracción turística, por el singular personaje que vive en ella, un coleccionista de fierros viejos y cosas varias, miles de artículos con una gran historia que contar, coches de colección, motos antiguas, máquinas de vapor, tuercas, anuncios, balas de hierro, casetas de teléfono, un pueblo entero simulado, maniquíes, animales de granja y toda clase de memorabilia que estoy seguro vale muchos millones de dólares regados por un amplio terreno, lo cual nos permitió tomar fotografías que más parecen escenas post apocalípticas que un museo de rarezas al aire libre.

Cuando reanudamos el recorrido, seguimos en grupos a través de los caminos de un húmedo bosque de coníferas, con suelos rojos. La luz solar se filtraba entre la floresta y volvía fantasmagóricos algunos parajes; pasamos por varios cruces de ríos, en los que imperaban el silencio y la paz, que sólo se rompían con el ruido de las motos, que cada vez estaban más distanciadas unas de otras, por lo que la tranquilidad de aquel lugar no se alteraba. 

Después de un largo y arduo recorrido llegamos a una cabaña en la mitad del bosque a comer. Fue una magnífica parada en la que compartimos anécdotas, puntos de vista, experiencias y expectativas cumplidas.

Durante la comida, el equipo de BMW, revisó y abasteció las motos para el regreso, a fin de que todos volviéramos sanos y salvos.

Después de la comida, continuamos el recorrido en grupos, tal cual había comenzado el día, la única persona que cambió del grupo tres al uno, fue José Luis Matarredona, quien cumplió un magnífico papel en la GS (modelo que nunca antes había manejado). José Luis fue el más rápido del todos, solamente lo superó el líder del grupo uno… A quien me parece que respetó por diplomacia.

Ya de regreso en el hotel sede, nos esperaba un coctel en la terraza, para que pudiéramos compartir las hazañas del día y comentáramos lo vivido, rodeados de un auditorio natural, gigantesco, de montañas rojas, que junto a las chimeneas producía una imponente atmósfera rojiza.

De ahí pasamos al salón, en el que se nos presentaron con todo detalle los pormenores de la nueva R 1200 RT, sus características, los cambios, las modificaciones, las ventajas, lo nuevo, el desempeño, las aplicaciones, las mejoras técnicas y demás aspectos.

Me llamó la atención el que no sólo se pueda cambiar de velocidad sin embrague, sino también bajar con toda tranquilidad y confianza, características que afortunadamente tendríamos oportunidad de probar al día siguiente.

Pasamos a cenar, con las pláticas y dinámicas que sólo se pueden dar entre un grupo de personas tan conocedoras de un tema y de quienes únicamente se puede aprender y aprender más.

ALTOS NIVELES

A la mañana siguiente nos presentamos al desayuno y al finalizar se dio la dinámica de la explicación de la ruta, la conformación de los grupos y la asignación de las motos, cada quien fue a su moto y se repitió el mismo ritual de ajuste y adaptación personalizada.

Cuando arranqué me preguntaba cómo funcionaría lo de los límites de velocidad, tomando en cuenta que esta vez íbamos a probar la moto, que más tecnología y más desarrollo tiene, una moto muy rápida, muy segura, con grandes prestaciones.

Efectivamente rodamos por carreteras muy bien delineadas, con grandes curvas y paisajes inmejorables, en las que no era necesario hacer demasiado esfuerzo. La RT, cumplía las expectativas a la perfección.

Conforme pasaba el tiempo, se notaba que la confianza subía y hubo momentos en los que la velocidad era por mucho más rápida de la que debía desarrollarse en esas carreteras.

En una parada para tomar fotografías, me informaron que los guías y algunos elementos del staff, eran de una empresa llamada Premier. BMW los contrató para el evento, y como característica complementaria muy positiva, resultó que se trataba de policías retirados del estado de California, lo cual nos ayudó a que pudiéramos vivir y analizar las experiencias que se puede alcanzar con estas motos.

En cierto momento, nos juntamos dos grupos y al rebasar a un contingente de Harley que iba notablemente más despacio, nuestro compañero que iba hasta adelante, sufrió un movimiento brusco, se lanzó contra el carril derecho, pasó entre las Harleys con una gran pericia, pero también temeridad y se estacionó en el acotamiento. Todos, respetando la formación, nos orillamos también.

Cuál sería nuestra sorpresa cuando vimos que ambos rines y llantas estaban completamente destrozados y sin posibilidad alguna de rodar ni unos centímetros.

Afortunadamente la motocicleta, la tecnología, la pericia del piloto y la buena suerte evitaron que se produjera un gravísimo accidente, en el que muchos de nosotros habríamos sufrido las consecuencias.

Unos minutos después, llegó la camioneta de apoyo, que recogió al piloto y a la moto. Los demás proseguimos hasta que llegamos a una restaurante muy pintoresco, en el cual por fortuna tenían sidra caliente, sin la cual hubiéramos padecido, porque llegamos con temperaturas bajo cero.

La comida resultó extraordinaria y la convivencia mejor. Cuando partimos de regreso al hotel, comenzó una nevada, que más que preocuparnos volvió más festivo el trayecto, por la novedad, por lo singular y lo diferente del caso.

El recorrido lo cubrimos desde luego en modo rain, y probamos que los preceptos que se nos habían manifestado, eran absoluta y completamente ciertos.

De regreso en el hotel, tuvimos una vez más reunión de comentarios y convivencia. De ahí nos llevaron en tranvías a otro hotel, en el que se nos agasajó con una magnifica e infortunadamente, última cena.

Durante dicha cena, fui testigo de la entrega a los canadienses, camaradas del piloto que sufrió el percance, de una canasta con la piedra que puso a prueba su capacidad de motociclista y que afortunadamente hoy todo podemos recordar con una sonrisa.

Toda la experiencia fue muy positiva y enriquecedora. Absolutamente todos los procesos, la invitación misma, la logística, recibimiento, organización, seguridad, explicaciones, respaldo, ayuda, seguimiento y supervisión, fueron inmejorables y de excelencia.

El lugar que seleccionaron, el grupo que asistió y la forma tan profesional, pero muy divertida en la que transcurrieron los muy cortos cuatro días de convivencia, han dejado en mí una experiencia mucho muy grata.

A todos y cada uno de quienes tuvieron algo que ver con esta gran vivencia, no puedo menos que agradecerles en toda la extensión de la palabra.

A todo el equipo de Porter Novelli, Empresa de Relaciones Públicas de BMW México.

Al equipo de BMW USA, conformado por Roy, Sergio, Derek, Todd y Rob, gracias por su seriedad, profesionalismo, su capacidad y gran eficiencia.

A mis compañeros del equipo III y a Sean, el líder, gracias por su paciencia y buena actitud.

A Kevin y John, los siempre versátiles fotógrafos que  documentaron absolutamente todo con magníficas imágenes, lo que permitirá que mucha más gente aprecie lo que vivimos, felicidades.

A Mark Hoyer, Marc Cook, Mark Tuttle, Tom Roderick, Bart Madson, Jeff Buchanan, Neale Bayly, David Searle, Alfonse Palaima, Will Guyan , Kent Kunitsugu, Neil Graham, David Booth, Costa Mouzouris, Jose Luis Matarredona, Scott Brady, Mike Barrett, Ron Lawson, James Pratt, Jonathan Handler, Allen Cohen, informadores y editorialistas de gran renombre, capacidad y trayectoria, por ser los mejores de esta industria y compartir su tiempo y experiencias. No puedo imaginar absolutamente nada más enriquecedor para mí y mi actividad al
frente de Boxer motors.

A André Reid, Chris Cohea, Tom Havalik y Wade Miller quienes en todo momento velaron porque el equipo, la seguridad y comodidad fueran las normas del viaje

Al magnífico equipo de la empresa Premier, Russell, Alex, Austin Bree, Brock, Jim, Don, Dennis, Gina y Sean, quienes coordinaron todo el evento para BMW y a los que les debemos el haber compartido los caminos, pláticas, vistas, carreteras, comidas y convivencias, cuidando absolutamente todos los detalles, siempre empeñados en que el desarrollo de las actividades fueran en forma segura, divertida, inteligente y muy profesional.

El compartir con personas tan preparadas, con tanta experiencia y capacidad, nos obliga a ser mejores y esto sólo puede redundar en beneficios para nuestra comunidad.

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