Mi experiencia Edelweiss

Mi experiencia Edelweiss

Gino Barragán

A petición de mis clientes se decidió que el punto de partida para este increíble Moto Tour a medida “Custom made” sería Munich, Alemania, por diversas razones.  La primera es que esa ciudad alberga el museo, el mundo (BMW WELT) y las oficinas corporativas de BMW, nuestra amada marca bavara. La segunda es excelente ubicación como puerta de acceso a los Alpes y a escasos 100 kilómetros de las oficinas centrales de Edelweiss en Mieming, Austria.

El punto de encuentro fue un hotel, en el famoso “Olympiapark”, complejo diseñado y construido para las olimpiadas de 1972, que esa ciudad albergó. El hotel Four Points ubicado en una de las torres que hospedaron a los atletas, fue a donde uno a uno llegamos todos los participantes.

Yo estaba muy emocionado de poder conocer a todos y cada uno de ellos, con quienes sólo había sostenido conversaciones telefónicas e intercambio de correos, así como de poder empezar a vivir la experiencia de un Moto Tour de Edelweiss.

A las 5 de la tarde nos reunimos en el estacionamiento del hotel donde se llevó a cabo recepción de las motos, todas de modelos recientes, seminuevas y en perfecto estado.  Cada una tenía una etiqueta con el nombre de su conductor, un detalle de personalización muy agradable que se complementó con una estampa en el windshield del Moto Club “Halcones de Monterrey” nuestros importantes clientes. Nos entregaron los documentos y llaves de las motos, así como el kit de primeros auxilios obligatorio de llevar a bordo para rodar allá.

Posteriormente y en uno de los salones del hotel tuvimos nuestra primera junta de pilotos, ahí Marcus HellRigl, Director de Operaciones, quien con una atención excelente, fue especialmente a dar la bienvenida a nuestro grupo, comenzó a explicarnos lo que tenían preparado para nosotros, un recorrido magnífico de 14 días viajando por Alemania, Italia y Austria y de paso breve por Suiza y Liestchentien.

Una vez terminada la junta, cada uno comenzó los preparativos en su respectiva moto, preparando su equipo, algunos instalando sus cámaras de acción, pues el recorrido nos ofrecería caminos sinuosos y vistas espectaculares, perfectos para ser captados con esas cámaras, entre otros preparativos. Por la noche todo el grupo compartimos la primera cena felices y entusiasmados que al día siguiente comenzaría nuestra increíble aventura.

Después de un desayuno muy completo nos reunimos para la segunda junta de pilotos, en donde revisamos información como señales de tráfico europeas, y donde se nos proporcionaron consejos importantes de conducción. Se establecieron políticas de como rodaríamos en pelotón propuestas por Edelweiss y sobre todo por los propios de los integrantes del Moto Club Halcones, que con un alto nivel y grado de organización son sin duda uno de los clubes oficiales BMW más sólido de nuestro país. Aproveche la ocasión para dar las gracias de darnos la oportunidad de poder servirles y les hice entrega de un pequeño obsequio en nombre de Boxer Road Adventure, agencia representante de Edelweiss para México y América Latina.

Poco después, ya equipados, nos hicimos la 1.ª foto grupal y reunidos todos los pilotos en un círculo, Don Carlos González, pilar del Moto Club, pidió en voz alta que fuera una experiencia increíble, libre de accidentes y exhortándonos a rodar de manera segura y responsable, para luego hacernos la primera foto grupal.

Este primer día no ofrecía muchos kilómetros por delante, pero sin duda fue emocionante, pues comenzábamos a rodar en Europa, cuya avanzada educación vial y perfectos caminos ofrecen condiciones de manejo muy placenteras y seguras. Hay un gran respeto y cultura donde conviven bicicletas, motocicletas y autos.

Conducimos hacia las afueras de Munich con destino a la Autobahn, rodando las 18 motos juntas, grupo que más adelante y para el resto del viaje se dividía en dos grupos de 9, incluyendo el guía, pues resulta más fácil y seguro rodar en un grupo más pequeño.

La camioneta de apoyo nos seguía, cargada con la moto de repuesto, así como el equipaje, el cual cada mañana, entregaríamos en la recepción y para ser transportado hacia nuestra habitación del siguiente hotel.

Contar con un vehículo de apoyo fue muy importante, pues ante cualquier eventualidad, hay comunicación permanente entre los guías en las motos y el conductor de la van, tendiendo una red de seguridad, sin duda un servicio y ventaja muy importante cuando no se conoce la región y los caminos, brindan un buen respaldo.

Ya dividido el grupo comenzamos a rodar por caminos secundarios de suaves colinas y paisajes preciosos, no había pasado una hora a bordo de la moto y yo ya estaba boquiabierto por la perfección de los caminos y los paisajes.

Rodamos con rumbo a Seefeld, donde llegamos a un excelente hotel, como todos los demás en los que nos hospedaríamos durante el recorrido, pero con la sorpresa y el gustó de ser recibidos por Karin Gritsch y Anna Hertwig del área de mercadotecnia y atención a clientes respectivamente y con quiénes había estado trabajando arduamente para que ese momento fuera realidad.

Después de un baño y ya en el restaurante del hotel con vista a las bellas montañas de Sud Tirol que anuncian los imponentes Alpes, nuestra segunda tarde de convivencia fue como todas muy agradable, conviviendo todo el grupo, compartiendo los detalles y anécdotas del día  junto a Guido de Lorenzo y Christian Thaler, nuestros excelentes y amables guías quienes nos navegarían y compartirían de su experiencia y conocimiento de la región los próximos días.

Alrededor de las 8 de la noche se sirvió la cena, la cual estaba anunciada en un menú personalizado Ya dividido el grupo comenzamos a rodar por caminos secundarios de suaves colinas y paisajes preciosos, no había pasado una hora a bordo de la moto y yo ya estaba boquiabierto por la perfección de los caminos y los paisajes.

Rodamos con rumbo a Seefeld, donde llegamos a un excelente hotel, como todos los demás en los que nos hospedaríamos durante el recorrido, pero con la sorpresa y él gustó de ser recibidos por Karin Gritsch y Anna Hertwig del área de mercadotecnia y atención a clientes respectivamente y con quiénes había estado trabajando arduamente para que ese momento fuera realidad.

Después de un baño y ya en el restaurante del hotel con vista a las bellas montañas de Sud Tirol que anuncian los imponentes Alpes, nuestra segunda tarde de convivencia fue como todas muy agradable, conviviendo todo el grupo, compartiendo los detalles y anécdotas del día junto a Guido de Lorenzo y Christian Thaler, nuestros excelentes y amables guías quienes nos navegarían y compartirían de su experiencia y conocimiento de la región los próximos días.

Alrededor de las 8 de la noche se sirvió la cena, la cual estaba anunciada en un menú personalizado, este momento fue especialmente importante y emotivo para mí, pues tenemos un fuerte vínculo de trabajo y estar ahí saludando a mis colegas fue un sueño hecho realidad.

Estuvimos también en el garaje donde se ponen a punto las motos y se tienen todos los accesorios necesarios para personalizar las motos de acuerdo a las solicitudes y especificaciones de los clientes como asientos bajos o altos, maletas, etcétera.

Todos reunidos y en mi calidad de representante de Boxer Road Adventure entregué al Sr  Wachter, una placa conmemorativa en metal que quedaría instalada en un muro, como reconocimiento a la excelente relación comercial y amistad entre nuestras empresas, basadas en los valores de ética,  altos estándares de calidad, un dedicado y esmerado servicio, comunicación permanente e innovación, promoviendo el Moto Turismo y apostando por el crecimiento y fortalecimiento constante de dicha relación.

Poco después nos despedimos entre abrazos y aplausos y continuamos la marcha hacia Galtur, donde pernoctaríamos aquella noche cerrando el tercer día de viaje.

Los siguientes días continuó el recorrido, adentrándonos más en los Alpes y sus caminos zigzagueantes, por rutas “secretas” especialmente planeadas, que cargadas a los navegadores de los guías incluían paradas para conocer los atractivos de cada región, como castillos, lagos, sitios históricos, miradores con vistas espectaculares simplemente un “coffee stop” en pintorescos pueblos.

Normalmente, rodábamos de las 9 am a las 6 pm, es decir, prácticamente todo el día, llegando al hotel a buena hora para ducharnos, pasear un poco en la ciudad o pueblo donde estuviéramos y cenar delicioso con una copa de vino local.

Ya en territorio italiano visitamos Livigno, Merano y Verona, donde llego el día de descanso justo a la mitad del tour. Aunque las distancias recorridas diariamente no eran tan largas, lo técnico de los caminos requiere que cada piloto este completamente concentrado, disfrutando de las vistas y paisajes increíbles, por lo que comenzaba a haber un poco de cansancio acumulado.

Ese día dejamos las motos estacionadas y a bordo de un pequeño autobús, nos condujeron hasta Módena para visitar los museos de dos, las marcas más prestigiosas de vehículos en el mundo: primero, la de Ferrari en Maranello, donde tuvimos una visita guiada previamente concertada y con guía en español, y posteriormente a unos cuantos kilómetros el museo Ducati donde también visitamos la fábrica, que no es tan fácil de ver, pero que con la experiencia y contacto de Edelweiss estaba todo perfectamente organizado para nosotros, bajo el concepto “llave en mano”.

Luego visitamos Kaprun, Gmunden y la histórica Salzburgo, una ciudad rica en historia, cuna del famoso compositor Mozart, donde disfrutamos de una deliciosa cena en el restaurante mas antiguo de toda Europa, el St Peter Stiftskeller fundado en el año 803 en pleno alto medievo y hospedados en un antiguo hotel con vista espectacular al lago de aquella hermosa ciudad.

Ya en el penúltimo día emprenderíamos el regreso a Munich, último punto del recorrido, no sin antes pasar por el “Hangar 7” que alberga una colección de autos, aviones, helicópteros y otros juguetes caros para niños grandes propiedad de la firma Red Bull.

Llegamos a Munich directamente al museo de BMW, última asignatura pendiente por visitar y ahí conocimos mucho de la historia de la icónica marca con una colección impresionante de históricos y míticos motos y autos de la firma que han creado la historia de la empresa que lleva en su logotipo los colores azul y blanco representativos del estado de Bavaria.

Nos dirigimos a dejar las motos al garaje local, no sin un poco de tristeza de dejar nuestras excelentes máquinas que fueron nuestras compañeras y vehículos en un recorrido de casi 3000 km que afortunadamente tuvo saldo blanco, sin accidentes que lamentar y que cerró un viaje de alto nivel de Moto Turismo y una experiencia que por siempre quedará en la memoria de todos los que participamos.

Gracias a todos los integrantes del Moto Club Halcones, quienes me recibieron como uno más y me hicieron sentir muy cómodo y ser parte de un selecto grupo de pilotos. Gracias a Edelweiss por la invitación y todas las atenciones que nos brindaron. Gracias a Andrés Martínez, mi jefe y amigo, quien impulsó que este sueño y espectacular recorrido en moto por Europa se volviera realidad para mí.

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