Crónica de la convención anual del BMW Moto Club Monterrey A.C.
La tradicional Convención Anual del BMW Moto Club Monterrey en San Antonio, Texas, reunió en esta oportunidad a un total de 40 motociclistas, quienes como cada año disfrutaron de una alegre convivencia y de su pasatiempo favorito: pasear en motocicleta.
La Mística
El Moto Club Monterrey se fundó en 1936, con el nombre de Motoclub Halcones de Monterrey, A.C.; este año, se eligió como sede la extraordinaria región de Hill Country, al oeste de San Antonio, Texas, donde disfrutamos de las carreteras norteamericanas con nuestras motocicletas.
Del jueves 26 al domingo 29 de abril, pudimos comprobar una vez más que, cuando las cosas se hacen con pasión por un motociclismo socialmente responsable, cuando se hacen con un elemento fundamental como lo es la seguridad en el manejo, cuando contamos con el equipo de protección y una motocicleta con los sistemas de seguridad más avanzados, mantenemos el espíritu con el que se iniciaron aquellos primeros motociclistas fundadores del club.
Tenemos ya 60 socios, con una edad promedio de 57 años: incansables, apasionados, decididos a batir récords personales, a crear nuestra propia historia, mediante nuestra presencia en la agrupación de 24 Moto Clubes México, A.C., con sede en la ciudad de México. Actuamos con tenacidad, con el buen ejemplo y con actitud responsable para nuestra comunidad de motociclistas, que convierte al patio trasero de nuestros hogares en los caminos del mundo.
Jueves 26
Utilizamos este día para trasladarnos a la ciudad de San Antonio, Texas. Ya por la tarde, pudimos disfrutar de una cena de bienvenida.
Viernes 27
Se organizaron tres grupos, cada uno con siete pilotos. Las tres rutas establecían recorridos de más de 500 kilómetros diarios; pasamos por pueblos como Utopía, Hondo, Kerville, Bandera, Leskey, Hunt, Uvalde, El Sabinal y Tarpley, de entre dos y cinco mil habitantes, con siete u ocho décadas de fundados, e inspirados en el estilo del viejo Oeste. Cada uno tiene restaurantes propios, originales, inmunes a los años.
Las carreteras, bellamente concebidas, cruzan las zonas montañosas; conservan su estilo de antaño, y aún reciben un cuidadoso mantenimiento; así, cualquier tipo de motociclismo las recorre con extrema seguridad: no hay vados, grietas ni rupturas en su pavimento altamente abrasivo.
Nuestra columna de motociclistas admiraba los bellos paisajes, los ranchos, las casas veraniegas, los zoológicos con animales como jirafas, alces, avestruces y venados.
Sábado 28
El último día. Tras un sueño que nos recarga las fuerzas, emprendemos el mismo recorrido del día anterior, combinando las rutas entre los tres grupos; así, todos los pilotos pudimos disfrutar de la misma trayectoria.
Cerramos nuestra reunión del 2012 con una cena especial regiomontana, con carne asada, una camisola y una gorra conmemorativas para cada integrante. Durante el convivio, concluimos que si renunciáramos a organizar estos encuentros, después de tantos años con el Moto Club BMW de Monterrey, antes Halcones, estaríamos rompiendo con nuestra dinastía de motociclistas de alto rendimiento y de ruta; desde 1936 nuestros antecesores imaginaron lo que llegaría a ser: una agrupación de motociclistas por un tiempo y de amigos para siempre.
Domingo 29
Regreso de todos los socios a nuestros hogares, con saldo blanco, sin infracciones de tránsito, con un sabor exquisito que deja la experiencia haber tripulado una motocicleta de alto rendimiento, con gran espíritu halconiano y armonía, agradeciéndole al Creador habernos dado una vez más la oportunidad de vivir este deporte de alta concentración que es la moto.
Humberto Castillo y Roberto Gutiérrez