Quiero compartir con ustedes, lo que fue la vuelta rumbo al volcán Tacana.
Sólo por disfrutar una taza de café chiapaneco en este puente vacacional, emprendí la ruta de los cuatro volcanes, como yo la nombré: pasé al lado de los volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Pico de Orizaba, puentes y ríos; por Minatitlán y la Presa Malpaso bajé por las curvas de la Sepultura hasta las playas del Pacífico, hacia los esteros y manglares chapanecos del Soconusco, desde la playa hasta el monte y desde el monte hasta las faldas del volcán Tacana en Unión Juárez.
Gonzalo Medina
Toqué frontera con Guatemala en el puerto fronterizo de Talismán, con los campos repletos de ceiba gigante, el árbol sagrado de los mayas. En lo personal, la ceiba me impone mucho.
Continué por la ruta del café en Tapachula, visité unas fincas cafetaleras de grano árabe, marago y borbón; descubrí que en Santo Domingo hay una finca de café propiedad de la familia Braun; la dueña original era nada más ni nada menos que Eva Braun la esposa legítima del fhürer alemán Adolfo Hitler.
Rumbo a Unión Juárez existe un sitio llamado “Faja de Oro”, famoso por sus carnes y quesos. Ahí me detuve a comer en medio de un bosque brumoso.
Ya en Unión Juárez me tomé una taza de café del Soconusco, de grano árabe marago, con molienda a ¾, muy aromático y humeante, en la cafetería del café de la montaña, mientras escuchaba música regional de marimba, con músicos lugareños, a quienes verán el la foto que subí a la galería.
Una vez de regreso de la montaña, entré a Tuxtla Chico, un pueblo en donde preparan chocolate en barra de canela, vainilla, semiamargo etc.; hay mucha variedad de sabores, todo casero, naturalmente, y muy rico.
También probé los tamales de chipilín, exquisitos. Estaba a reventar, así que decidí aflojar mi faja y dar dos sorbos a mi taza de chocolate de canela.
En Tapachula me hospedé en un hotel Kamico, muy cómodo; sus desayunos son a base de platillos típicos de la región y ofrece un servicio digno de un rey, excelente atención de verdad: cuando salí por la mañana, descubrí que mi motocicleta (“La Libertad”) ya estaba lavada y pregunté si era servicio del hotel; me contestó el cuidador que no, pero que por el gusto de tocar una máquina como esa y por atención la habían lavado. No me quisieron recibir ni propina. De verdad fue un cumplido.
El lunes, de regreso, pasé a la terminal de cruceros de Puerto Chiapas, a Playa Linda y tomé rumbo a Huixtla, donde se observa una roca enorme, que se conoce como “la piedra encantada de Huixtla” muy famosa entre sus pobladores, quienes cuentan leyendas sobre ella.
Continué por Motozintla, rumbo a La Mesilla y me dirigí hacia las lagunas de Montebello. Me tocó un poco de lluvia por Las Choapas, pero el tiempo estuvo soleado, con muy buena temperatura el sábado y el domingo; el lunes ya por Veracruz bajó la temperatura y llegué a Córdoba por la noche.
El martes continúe hacia Puebla y salí a Yautepec, rumbo a Atlixco y hacia Cuautla. En general, todas las carreteras y autopistas están en muy buenas condiciones.
La seguridad muy bien, hay mucha vigilancia por parte del ejército y la Policía Federal; de hecho en todo el estado de Chiapas se vive un ambiente tranquilo, al parecer el problema grave es del lado de Guatemala, Honduras y El Salvador, ya que los mismos coyotes que me encontré en Talismán me dijeron que no entrara a Guatemala solo.
Considero esta una buena ruta para proponerla en el grupo, vale mucho la pena seguirla. De verdad miré y disfruté unos paisajes espectaculares durante el recorrido de todos los estados por los que pasé, y el que no crea que existe Dios, después de ver tanta belleza natural termina por creer que hay un ser supremo que lo hace posible.
Fueron 2,500 km en cuatro días; un cuarto de litro de aceite y ocho mil pesos bien aprovechados.
Además, la moto se portó de maravilla; es una ruta que puede cubrir cualquier tipo de moto, ya que como dije antes, las carreteras están en muy buenas condiciones.